El hambre es un incendio frío (conversación)
En el bar Soledad, que hace chaflán donde se cruzan el dolor y las ilusiones rotas, se liba licor de pena, son amargas las cortezas, se añoran tus abrazos, pesa la memoria, no se percibe ya el calor de esos labios, hay un brindis por cada derrota y se busca la anestesia en conversaciones como ésta…
Pablo: Comer solos es muy amargo, pero no comer es profundo, es hueco, es verde, tiene espinas como una cadena de anzuelos que cae desde el corazón y que te clava por adentro.
Igor: Tengo hambre decimos cuando no existe aguijón ni arde nuestro interior, cuando simplemente tenemos apetito, apenas el cosquilleo de una larva, un simple capricho.
Pablo: Tener hambre es como tenazas, es como muerden los cangrejos; quema, quema y no tiene fuego: el hambre es un incendio frío. Sentémonos pronto a comer con todos los que no han comido, pongamos los largos manteles, la sal en los lagos del mundo, panaderías planetarias, mesas con fresas en la nieve, y un plato como la Luna en donde todos almorcemos.
Igor: El hambre, sí, es un incendio frío. Hoy debería haber no solo pan y vinagre, no sólo agua turbia y arena, también calor y un crustáceo, aunque sólo fuera uno, para cada persona. Un cangrejo, una nécora, bella y robusta, sabrosa y delicada, huidiza y armada, deliciosa y envuelta en vapor de tristeza, trabajosa y, oh, solitaria.
Ariel: Debería haber una, aunque sólo fuera eso. Comer solos es muy amargo, pero la soledad compartida se lleva mejor.
Juan Ramón: En la soledad no se encuentra más que lo que a la soledad se lleva.
Miguel: Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida habita siniestramente sola. Reaparece la fiera, recobra sus instintos, sus patas erizadas, sus rencores, su cola.
Pablo: Por ahora no pido más que la justicia del almuerzo. Ahora me dejen tranquilo. Ahora se acostumbren sin mí.
(si se encontraran Neruda, Rot, Jiménez, Hernández y Cubillo, éste pagaría ronda )
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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