Gurutze-Berri (Oiartzun). Para amantes de la caza con paciencia
* Buenas, he ojeado la carta y quiero comer arroz, liebre y luego paloma y perdiz. ¿Será demasiado?
– No sé. Tú verás.
* Es que no puedo hacerme a la idea porque no conozco el tamaño de las raciones.
– Son normales.
Llamadme raro, no me gustan este tipo de respuestas cuando acudo a un comedor y pido consejo, prescripción, asesoramiento, pero me tocó escucharlas hace unas semanas en el hotel restaurante Gurutze-Berri (Oiartzun, Gipuzkoa). La desmotivación es lo que tiene; cuando un camarero no parece puesto por el ayuntamiento sino por Instituciones Penitenciarias, condenado a trabajos forzosos, malo. Así, la hosca atención, que realmente mejoró con el paso de los minutos, la verdad sea dicha, fue el primer obstáculo que tuve que librar en un espacio avejentado de rancia elegancia decorado con profusión de cuadros (bodegones, retratos, caseríos), querubines, flores de tela, una alacena de aspecto antiquísimo con vajilla rococó, detalles orientales, candelabros dorados… La casa de la familia Zapirain desde 1969, comandada hasta hace poco por el difunto Xabier Zapirain, impulsor de la nueva cocina vasca, y protegida por dos leones blancos un tanto kitsch.
Lo mejor lo encontré en el plato. Fui a comer exclusivamente caza a este restaurante recomendado por Inaxio Valverde (otro enamorado de la cocina y la cinegética al frente de Bodegón Alejandro) y sus preparaciones no me decepcionaron en absoluto. Dispone de un menú específico tasado en 48 euros, pero no me apetecía tentar terrina de jabalí ni medallón de ciervo Camberland; no es mi debilidad la caza mayor, me quedo con la volatería, así que finalmente escogí tres propuestas de la referida carta. Con opción a una cuarta merced a una promesa del camarero: “luego, si quieres, te caliento una perdiz”.
ZORZAL, DE PÁJARO DENOSTADO A ESTRELLA DE LA TEMPORADA
Tras las croquetas de paloma, cortesía de la casa y quizá con leve exceso de pimienta, opté por y encontré estupendo, ciertamente manjaroso, el arroz con malvices. Por textura y sabor, del arroz, firme y meloso, y del pequeño y esquivo zorzal, “la caza más básica y fundamental del cazador de a pie vasco, junto a las caprichosas palomas y las siempre exigentes becadas para las que resulta necesario el perro”, según recuerda el periodista Javier Atxa en su ‘Cuaderno de campo’. Y remata a propósito del túrdido en el mismo texto: “en los últimos años ha pasado de ser un pájaro denostado y que no merecía siquiera el precio de un cartucho a convertirse en estrella principal de la temporada de caza”.
Siguió un notable civet de liebre, con salsa sobresaliente a base, según las recetas clásicas (hablo en plural porque hay casi tantas versiones como cocineros), de vino donde se habrá macerado la carne, cebolla y sangre del propio animal que inspiró a Esopo, que facilita la ligación. Para comer a cucharadas y salpicada con trozos de hongo, bien rico, y liliáceas tan tiernas como minúsculas.
Enmudecido por los perdigones su arrullo grave y potente (aunque no hallé plomo en ninguno de los tres platos), una rica paloma torcaz, especie robusta y poderosa según la Sociedad Española de Ornitología, nuevamente bien cocinada pese al levísimo amargor de algún bocado inicial, puso fin y rúbrica a la ratificación particular de que Gurutze-Berri es parada recomendada para cuantos gozamos comiendo caza menor. ¡Pum!
Eso sí, si mejorara el servicio y la carta de vinos fuera más audaz, manteniendo el rango de precios comedidos, la experiencia mejoraría.
(le encanta comer pájaros a Igor Cubillo)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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