Asador Sagartoki (Vitoria). ¿Apuesta segura?
Hemos repetido en el Sagartoki, uno de los restaurantes con mejor cartel de la capital alavesa. Son varias las cervezas que hemos tomado en su barra, también hemos catado su muy reverenciada tortilla de patata (la mejor de España, dicen), y nos resulta muy satisfactorio sentarnos en su comedor. La vez anterior optamos por probar sus rulos, divertida y lograda reinterpretación de los sushis y los makis japoneses, envuelta en láminas vegetales deshidratadas, ideada por el cocinero autodidacta Senén González. Luego atacamos sus famosas croquetas y alcachofas en tempura con crema de pistacho antes de entregar nuestras almas a un estupendo besugo convenientemente desespinado y emplatado con toda la ceremonia. La última hemos alterado la elección, pero hemos quedado igualmente satisfechos. Igual incluso más, pues ha sido la confirmación de que, efectivamente, es una apuesta segura.
Hemos abierto boca con unas guindillas de Ibarra a la sartén, una propuesta ineludible ahora que los langostinos guipuzcoanos están en plena temporada. Caballo ganador. Y hemos repetido alcachofas en tempura, pues resulta un plato bien fino que coge vuelo gracias a la rica crema de pistacho. Recomendable. La gran protagonista, no obstante, ha sido una ijada de bonito para dos que ha superado incluso las espectativas del lekeitarra que me acompañaba, un tipo ducho en la materia que se ha rendido ante una pieza tiernísima y largamente sápida que se ‘deshojaba’ con facilidad y agradecía exultante el paso por la brasa.
De postre, como aún nos quedaba Pruno 2009, un Ribera de Duero (de Quintanilla de Onésimo) apañado, con 12 meses de barrica y compuesto en un 90% por uva tempranillo y en el 10% restante por cabernet sauvignon, hemos negociado una tabla de quesos acompañada de nueces y membrillo. Queso rico, membrillo, nueces, buen vino, un amigo y buena conversación. ¿Qué más se puede pedir? Pues un dedal de Zacapa 23 años, pero éste nos lo hemos tomado donde el bueno de Ángel, el gaucho del Gautxo. Aunque esto es ya otra historia…
En el debe sólo hemos anotado que el servicio ha pecado, si se me permite la expresión, de ‘cagaprisas’, pues la camarera ha intentado por dos veces retirar los entrantes antes de terminarlos (el último trozo de alcachofa lo hemos tenido que rescatar al vuelo) y hasta en tres ocasiones nos han preguntado si queríamos café, cuando a la primera ya habíamos precisado nuestras preferencias, indicando, eso sí, que esperaran a que terminásemos el queso. También nos ha llamado la atención que la camarera haya tenido que preguntar en cocina (después de insistirle y darle la idea, porque en principio se limitaba a decir que no lo sabía) si el queso que ofrecen con membrillo y nueces es fresco o no. Más teniendo en cuenta que la carta no es especialmente larga.
Ahora nos queda volver nuevamente, porque mi ídolo de la Democracia ya me ha advertido de que las habilidades no se limitan al pescado, pues el txuletón está impresionante en el Sagartoki. Bueno, eso habrá que verlo. O mejor, catarlo.
(Igor Cubillo)
Prado, 18; 01005 Vitoria-Gasteiz (Araba-Álava)
945 28 86 76
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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El domingo del último Azkena nos fuimos a comer pintxos al Sagartoki y pedimos la anunciada cómo mejor tortilla de patatas de España y tengo que reconocer que estaba de muerte. Nos la sacaron reciente y a pesar de que dijimos que las tortillas había que dejarlas reposar, nos tuvimos que tragar nuestra observación porque estaba rica rica rica… Poco cuajada, como a mí me gusta, y la patata se deshacía en el paladar. Yo tenía tanta hambre de la resaca azkenera que además elegí un pintxo moruno soñando en trozos de carne grasienta y chorreante cuando, ¡oh mi sorpresa!, me presentan un vasito con una especie de puré anaranjado y tres trocitos de carne insertadas en un palito. Antes de cagarme en todo lo probé y me tuve que tragar mi ira porque estaba también de muerte. La carne sabrosísima y el puré espectacularmente finísimo. Lo maridamos con un fresquito rueda, José Pariente. El pintxo moruno de marras es este:
Durante un Azkena (el de Deep Purple, el de 2005) comí a solas ahí un sábado y el cordero no estaba mal, aunque quizá un escalón inferior a su excelente fama.
Afortunado Cubillo y afortunada tu Ídolo Democrático.
Las dos veces que hemos ido al Sagartoki, en dos grupos de diez, la relación calidad precio ha sido nefasta, el servicio inexistente, las carnes han llegado a la mesa frías y nos hemos ido con la idea de no volver.
Pero bueno, quizás con las pistas de la carta que ofreces y pillándoles en día bueno, sea otra cosa.
Ah! y (broma privada) los del Sagart podrán bailar mejor que yo, pero NADIE hace la ventresca a la brasa mejor que yo.
Ya sabes, para brasas las que yo pego