El Churrasco (Bilbao). No sólo de moderneces se alimenta el treintañero bilbaíno

(+13 rating, 3 votes)Cargando... Teníamos pendiente una cena con nuestros amigos Diana e Íñigo desde julio. Pero entre vacaciones de unos y otros, y viajes laborales al otro lado del mundo, no habíamos podido coincidir hasta el pasado sábado. Nos propusieron para la velada ir al restaurante El Churrasco, en Bilbao La Vieja, esa zona que tan poco frecuento y que, visto lo visto, tiene aún mucho que ofrecerme. Pues resulta que El Churrasco es un sitio de Bilbao de toda la vida, y yo sin saberlo. Como prueba, los cuadros que lucen orgullosas sus paredes con autógrafos y dedicatorias de un buen número de “celebrities” que por allí han pasado a través de los años. Desconozco la fecha de inauguración del local, pero dados los looks de las fotos, se abriría, como pronto, allá por los 80. El comedor, un tanto viejuno, estaba a rebosar. Y no precisamente de gente mayor, como yo esperaba. Los clientes eran más bien jóvenes (buena señal, pensé). Una encantadora camarera nos llevó a nuestra mesa y nos contó todo lo que ese día tenían fuera de carta. Pintaba genial, la verdad. Nos decantamos por los siguientes entrantes: jamón ibérico, ensalada de salmón marinado y queso de cabra, falsa lasaña de pisto y anchoas, y almejas a la marinera. Del jamón, sólo puedo hablar de la pinta y del olor: la pinta, muy buena; el olor, gloria bendita. Y el sabor, por lo que dijeron los afortunados que se comieron mi parte, entre un 8 y un 9. La ensalada de salmón, correcta y sabrosa, sin nada que resaltar. La falsa lasaña, que realmente era una lustrosa tostada de pan rectangular, cubierta de una generosa capa de pisto y, sobre ésta, anchoas en vinagre, resultó abundante y rica a partes iguales. Y, por último, las almejas: no supe calcular cuantos kilos tenía el plato pero, vamos, que era una animalada que sólo costaba 10 euros. ¡Un regalo! Y, además, aunque un poquito saladas, bien ricas con su salsa marinera para mojar...
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