Restaurante La Mary (Bilbao). A la carta por 20 euros
La Mary, franquicia del grupo catalán Andilana (29 restaurantes, seis hoteles -Fork & Pillow- y cuatro tiendas gourmet -Fèlix Food Society-), ha aterrizado en la capital vizcaína de la mano de varios inversores, entre los que figuran socios de los restaurantes italianos La Tagliatella y Trastevere. El local es bien amplio, aseado y de acertado diseño, decorado con austero buen gusto por el interiorista Lázaro Rosa-Violán, con predominio del blanco de la madera lacada que combina con baldosas mediterráneas, vigas en rojo caldera y una mezcla de mesas de roble con sillas de teka y butacas de piel. Y el otro gran valor es que permite comer a la carta por 20 euros en pleno centro de Bilbao, junto a la rutilante Alhóndiga. Todo un logro. Ésa es la promesa de sus impulsores y los cuatro enviados de Don Manuel les dimos el gustazo de cumplirla compartiendo una botella de crianza y dos enormes postres.
El local es acogedor pese a sus dimensiones, ya se ha dicho, y el objetivo del precio se cumple sin grandes cálculos al estar su carta bien provista de tapeo, pastas, ensaladas y productos tan poco nobles, pero tan satisfactorios, como el pollo. A La Mary no se va a comer txuletón, ni rodaballo, ni terso rape; tampoco a degustar sorprendentes ‘creaciones’; se acude a tomar austera comida mediterránea emplatada con coquetería. Todo en un bonito marco. Parece el restaurante pulcro y fashion pero informal que pondrían jóvenes y solteros, con muchos platos casi de batalla, y las pretensiones no deben elevarse más, pues probablemente no se verán satisfechas.
Patatas sabor pescado en La Mary
En nuestro caso pusimos en el centro de la mesa cuatro entrantes: un cuenco de patatas bravas con chistorra (3,90 euros); ocho croquetitas de pollo (4,95); una ración de espárragos trigueros con cuenquito de salsa y patatas panadera que sabían a ¡¡pescado!! (4,90); y una ensalada mixta (5,95) con aceitunas bien aliñadas, un pequeño huevo cocido, tomate, atún y hojas variadas entre las que se colocaron dos tronchitos y una hoja enorme que, dadas las fechas navideñas, pensamos sería para la mula o el buey. Yo pondría más chistorra, pero seguramente tendría que aumentar el precio de la ración. Serviría croquetas más grandes y con mejor bechamel, pero hincharía también el PVP. Los espárragos estaban bien ricos, y la ensalada también.
Como plato principal me quedé con las ganas de probar albóndigas con sepia en su salsa, pero el camarero nos explicó que lo han retirado de la carta. Vaya. Me contenté con unos pulpitos encebollados sobre patata panadera (9,60); saciantes mas no trascendentes. A mi derecha sirvieron un filete de pechuga de pollo con salsa de queso y patatas fritas (7,65); seco el ave, pero muy rica la salsa, ideal para apurar las papas. Los canelones de carne gratinados (7,85) fueron lo peor que se cató; impersonales y con relleno pastoso, parecían un (merecido) homenaje a la producción en cadena. Lo mejor, el bacalao con mermelada de tomate y brocheta de patatas (10,75); bonita presentación y sabor, aunque la brocheta se pasó de turrada y quedó en el plato.
De la oferta de postres nos conformamos con compartir dos propuestas, y menos mal. Resultaron ser enormes, tanto la copa para fanáticos del chocolate (4,60) como el Tim Baon, helado de turrón con cobertura de crema catalana, gajo de mandarina y lago de chocolate caliente (3,90). Bien por los postres, pero difícil afrontarlos en solitario si no se quiere correr el riesgo de no caber por la puerta a la hora de abandonar el local.
La comida la regamos con una botella de agua (1,35) y una de Azpilicueta crianza (13,35), para redondear una factura de 78,75 euros. El servicio fue correcto, pese a buscar nuestra complicidad, y sobre todo célere. Los camareros vuelan (y resbalan) entre las numerosas mesas, pues su objetivo es ‘doblar’ los servicios. Así, más de 300 personas se apuntan a diario a su menú de 10 euros (con siete primeros y otros tantos segundos a escoger), por lo que es frecuente ver gente esperando su turno en la acera (no hay barra donde matar el tiempo de espera) y no se aceptan reservas. El que llega se sienta. El último puchi. Vaya con La Mary.
(disfrutó más con la compañía que con la comida Igor Cubillo)
Plaza Arriquibar, 3; Bilbao (Bizkaia)
94 410 77 91
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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- LO QUE COMA DON MANUEL - [...] éxito de público de La Mary en Bilbao ha tenido consecuencias, y se llama Miu, restaurante japonés. Meet the…
Para comer un menú al mediodía, es fantástico!! Hemos estado 2 veces y calidad precio está fenomenal.
Algo en lo q nadie suele fijarse pero es imprescindible para muchos, es su accesibilidad. Hace poco comimos alli 6 personas en silla, 1 con muletas y 3 sin problemas de movilidad y hacia mucho q no nos trataban con tanta naturalidad y atencion. La comida fue excelente sobre todo si tenemos en cuenta el precio de los menus. Volveremos
Tanto por la crítica, como por el local y un vistazo rápido que eché a la carta, me parece que es un sitio que no aporta gastronomicamente nada y cuyo ¿único? valor consiste en poder llenar la andorga sin apoquinar en exceso.
Más o menos, Dandy. Yo no he vuelto, ni lo recomiendo. Así de clarinete.
Un saludo.
El verdadero Txoko de La Mary en el Casco Viejo es el Urbieta, La Mari, que lleva el restaurante junto a su marido va todos los días a la plaza a primera hora, selecciona los productos y se mete a la cocina a preparar uno de los mejores bacalaos al pil pil de Bilbao entre otras cosas. No tiene el interiorismo de La Mari, eso es cierto, pero ya quisieran sus platos tener la mitad de sabor que cualquier cazuelita de La Mary.
Dear the Black, es evidentemente una información pagada y dicho queda por si no había quedado claro. La hemos puesto como apéndice al post porque creemos que tiene valor informativo y porque deducimos de la entrevista que el éxito que han tenido en Bilbao no se lo esperaban ni ellos.
kisses
me encantaria que los responsables de La Mary se pasaran por algún blog que ha escrito sobre su comida, su servicio y su gestión. Evidentemente, ese artículo, más que una entrevista me parece un publirreportaje. Una pena.
ARTÍCULO EN LA EDICIÓN IMPRESA DEL PERIÓDICO CINCO DÍAS – OSCAR LAPENA – RESPONSABLE DE FRANQUICIAS DE LA MARY
«El éxito de La Mary en Bilbao ha superado todas nuestras expectativas»
Una cocina tradicional mediterránea con presentaciones actuales, el exclusivo interiorismo de los locales y unos precios muy competitivos constituyen los principales valores distintivos de las franquicias de restaurantes La Mary, un proyecto que se puso en marcha con gran éxito el pasado mes de noviembre en Bilbao y cuyas previsiones apuntan a una expansión pausada pero sólida en ciudades y ubicaciones muy selectas.
¿En qué contexto se ubica el proyecto de franquicias de los restaurantes La Mary ?
Los orígenes habría que situarlos en el 1958) cuando la familia Camofl abre el hostalostra Llar Palamós. El auge que en aquel momento la Costa Brava3 la calidad de la cocina del hostal, con platos tradicionales mediterráneos y de mercado, propició que muchas personas acudiesen a comer al restaurante de este establecimiento. Poco a briendo nuevos restaurantes tanto en el propio Palamós mmoen Barcelona (1.9.92) y Madrid (1.999)Actualmente cuentan con un total de 32 locales con cuatro líneas culinarias distintas: cocina clásica mediterránea, fusión de cocina asiática y mediterránea, haniburuesria-hocadillería y cocina japonesa, repartidos entre Palamós, Girona, Barcelona y Madrid.
¿Cómo surge la idea de expandirse por medio de franquicias?
Muchas personas nos han preguntado en los últimos años la posibilidad de convertirse en socios nuestros a través de la apertura de franquicias. En 2010 empezamos a diseñar el proyecto y en agosto de 2011 abrimos el primer restaurante Ia Man en la Avenida de Sania 1 le Barcelona como centro piloto, banco de pruebas y escaparate en el que pueden formarse los futuros franquiciados. El pasado mes de noviembre abrimos ya el primer local en Bilbao, en la Plaza Arriquibar, justo delante de 1.a Albóndiga, y lo cierto es que la realidad ha superado con creces cualquier expectativa previa.
¿Cuáles son sus principales valores diferenciales?
Los restaurantes I a Mary se distinguen poc una cocina tradicional mediterránea con presentaciones contemporáneas, por un interio
rismo de alta calidad suministrado por algunos de los mejores artesanos del país y por unos precios muy asequibles, con menús diarios a 9,95 euros y la posibilidad de elegir a la carta un primero, un segando) un postre por menos de 20 euros.
¿A qué perfil de franquIciado se dirigen?
Para ser franquiciado nuestro se precisa una capacidad de inversion bastante elevada, asi como gran ilusión y una firme voluntad de gestionar el negocio de manera directa, ya sea en primera persona 0 a travo de profesionales de total confian/a. para sacar la máxima rentabilidad al restaurante. Otro elemento que priorizamos, aparte de la propia persona, es el emplazamiento del local, pueesto que ofertamos menús diarios a 9,95 euros y la posibilidad de elegir a la carta un primero, un segundo y un postre por menos de 20 euros en la situaeion de crisis económica nos permite acceder a ubicaciones excepcionales. Nuestro proyecto pasa por expandirnos a nivel nacional, de manera paulada pero sólida, en poblaciones y capitales de provincia con más de 200.000 habitantes.
¿Qué servicios ofrecen al franquiciado?
Ofrecemos una formación de obligado cumplimiento para todos los profesionales y puestos del restaurante que van de las dos a las cuatro semanas, soporte inaugural in situ durante las primeras semanas para garantizar una perfecta puesta en marcha inicial y auditorías periódicas acerca de diferentes aspectos para pulir posibles defectos y lograr la máxima satisfacción del comensal.
http://www.lamaryrestaurant.com
Tengo intención de ir éste viernes que viene mi ama a Bilbo! Le tenía echado el ojo desde hace tiempo y que el menú sea baratérrimo (9,95) y además rico (según he oído) ha terminado por convencerme. Ya te diré…
Yo también tengo algunas revisiones de restaurantes en el blog, pero poca cosa 🙂
Patrizia
thecookrocker.wordpress.com
En la segunda vez que acudimos y al estar en pareja y no en grupo comimos junto a una hilera de parejas todos apelotonados, con mucho ruido y cierto agobio y no fue tan divertido. La pregunta del día es ¿porqué son tan tacaños con el espacio en los restaurantes?
Como una de las enviadas del «donmanuel» me sorprendió la relación precio-calidad, muy buena por cierto. Por comentar algo diría que es un lugar para comer rápido, que no de comida rápida, con lo cual no hay tiempo para la tertulia, sirven los platos a gran velocidad por lo que se termina muy pronto la comida. Pero esta objeción puede ser una ventaja, cuando lo que interesa es comer bien en poco tiempo
Estuvimos hace poco y nos convenció la Mary esta. También fuimos a carta y, aunque el risotto fue grande en tamaño pero escaso en sabor el resto estuvo aun nivel muy alto. A destacar los huevos estrellados con panadera y chistorra. Un platazo sencillo y contundente.