Restaurante Atea (Bilbao). La corrección de su ‘Menú de par en par’
Es la falta de amor la que llena los bares. Y la crisis económica la que vacía los restaurantes de lujo. Quizá por eso son muchos los restaurantes de postín que de un tiempo a esta parte lanzan suculentas ofertas, idean versiones reducidas de sus menús y/o abren locales de vocación popular, low cost, con una carta más sencilla y al alcance de muchos más bolsillos. Éste es el caso de Atea, que brinda “la cocina de Daniel García para todos los públicos”. No del Dani García que comanda el prestigioso Calima y la cadena de bares de tapas Lamoraga, sino del Daniel García que luce una Estrella Michelin y dos Soles Repsol en la cocina del (también prestigioso) Zortziko y mantiene bajo su manto El Viejo Zortzi, “origen de lo que hoy es el Grupo Zortziko”.
Aclarado el asunto de la identidad, procedo a comentar, a modo de publicidad gratuita, que aún queda una semana para degustar en Atea el llamado ‘Menú de par en par’. Una buena excusa para invitar a comer a un amigo, o mejor a una amiga y ser querido, a un restaurante que “lo lleva Daniel García, el del Zortziko, que tiene una Estrella Michelin. Ya sabes. Blah, blah, blah…”. En fin, el caso es que por sólo 49 euros (IVA incluido, exclusivamente a mediodía y sólo hasta el 30 de septiembre) disfrutáis dos personas de un menú sencillo y completo, tal y como se anuncia; sin excesos de imaginación ni inane exhibicionismo, pero sí ceñido a la hoy día tan añorada buena relación calidad/precio.
La cosa empieza con una ensalada de tomate, correcta, saciante y a la que aportan vida e imagen bolas de queso de cabra envueltas en semillas de amapola. Luego se comparten diez anchoas y varias tiras de pimiento rojo; se dice que la anchoa es de Bermeo, pero no es ninguna maravilla. Acorde al precio, no obstante. Ya has tenido suficientes tiempo y pitanza para entablar una buena conversación y olvidar cualquier sensación de apetito, cuando llega el arroz cremoso con hongos; apenas cremoso y correcto también. El arroz es una joya, una esponja maravillosa que absorbe todos los sabores y, si se consigue la textura adecuada, es capaz de conducir al comensal a un clímax gastronómico; lamentablemente, no fue el caso y los granos pasaron del plato a nuestros estómagos sin excitar nuestras papilas gustativas ni lograr que perdiéramos el hilo de la conversación. Sin pena ni gloria, vamos. Aprobado raspado.
La estrella del menú es un kilogramo de cordero lechal cocinado a baja temperatura y servido acompañado de una mínima ensalada. Jamás insultaré a un cordero lechal, faltaría plus, pero sí diré que el asado resultó menos voluminoso de lo que nuestra mente había fantaseado, aunque correcto (una vez más); sólo eché en falta que me tocara en suerte un costillar. Pena. Y el telón final cayó con una tabla de pizarra provista de cuatro finísimas cuñas de queso Idiazabal, dos nueces y cuatro trozos enanos de membrillo casero. Demasiado escaso el postre, pero queda el consuelo de su buen sabor y la posibilidad de saciarse comiendo las rebanadas de pan tostado que lo acompañan.
Destacar también la sorprendente solvencia de la botella de tinto incluida en la oferta. Desechamos el verdejo y optamos por probar Koden de Luis Alegre, un vino de año, 100% tempranillo, que maridaba perfectamente (a ver si toma nota el Bistró Guggenheim Bilbao) y resultó más rico que muchos crianzas. Una sorpresa reseñable y recomendable. Tan sorprendente como la respuesta de la camarera a la siguiente pregunta: “Es cosechero, ¿no?”. “Es tempranillo”, respondió impasible. Toma ya.
Hoy en día, que cualquier ganapán cobra 16 o 17 euros por una ensalada, un filete seco, patatas congeladas, yogur y un mal vinagre, me parece una muy buena opción dejarse caer por el Atea y compartir su De par en par. Sólo hay que darse prisa.
(ya sabía que era tempranillo, Igor Cubillo)
web del restaurante
Paseo de Uribitarte, 4. 48001 Bilbao (Bizkaia)
94 400 58 69
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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- Los mejor del 2013 en 11870 y en Lo que coma Don Manuel | LO QUE COMA DON MANUEL - [...] está representada por el Huevo Frito. Y también están en la lista de lo mejor la Kuina, el Atea, y vemos…
Con la lata que diste con el kilo de cordero, y no era para tanto, je, je
Anda! Casi coincidimos! Yo, sin embargo, fui a cenar…y la verdad, los precios no son los más baratos, pero sí de los mejores en cuanto a cantidad y calidad por precio.