Restaurante Boga (Getxo). en sus salsas
Hace no mucho me ilusionaba mirar siempre en Internet lo que ponían en el menú del día del restaurante algorteño Tellagorri. Ahora ese boyante negocio está cerrado por disputas con el alquiler de la casona, y durante este ínterin ya he ido un par de veces a comer el menú del día al próximo restaurante Boga, cuya barra frecuento (tortillas, gildas, cañas y vinos es lo que más pido) aunque no tanto su comedor, del que Don Manuel ya publicó un texto. El Boga quizá está un tanto más italianizado, pero tiene bastantes similitudes con el clausurado Tellagorri: bonito caserón, terraza, decoración clásica y acogedora, escaleras subiendo al comedor, y gusto por las salsas y por los nombres extensos de sus platos. Hace no mucho acudí con La Txurri a comer el menú del día, el local estaba lleno y no acabé a disgusto. Después, esta Navidad, fui con dos amigos a comer el mismo menú cotidiano y salimos encantados. Y por eso lo cuento, aunque le pongo tres pegas al Boga: si cobran 14,5 lereles por un menú podrían ofrecer un vino mejor, aunque fuese navarro; además podrían cambiar los cubiertos con el segundo plato; y resulta a todas luces insuficiente que haya solo un baño para la clientela de la terraza, la calle, la barra y los dos comedores (uno por planta). Yo intenté entrar dos veces ese miércoles y el baño estaba ocupado.
En esta ocasión en que me senté en el Boga había seis primeros platos y descartamos la ensalada de pollo braseado (ya la había probado, es sabrosa y saciante), los raviolis de pasta (que pedían los niños ese día) y la penca rellena de serrano y queso (ya la había probado y es muy competente también). Comimos esto: Gerar, ‘hojaldre relleno de espinacas, bacón y queso de cabra sobre crema de foie’ (suave, con el hojaldre en su punto, cierto picantillo en el relleno y queso de cabra convincente); Carlos, ‘creppe a la paisana con piperrada mixta y salsa aurora’ (el sabor del creppe bastante dulzón, pero le gustó mucho); y Óscar, ‘berenjena rellena de ternera y verduritas al gratén’ (una ración generosa, un montículo de placer, una receta similar a la lasaña pero no tan recargada de pasta, ésta con rico queso, bechamel en su punto, sápida y abundante carne, salsa potente… ñam-ñam).
La gozamos y lo combinamos con agua y vino que, aunque un poco caliente, cumplió con creces; se trataba de uno de mesa (quizá manchego, opinó Carlos; quizá riojano, imagino yo), de 14,5 grados. No nos cambiaron los cubiertos para los segundos platos, ya se sabe. Había cinco y descartamos dos: dorada y chicharro a la bilbaína. Gerar, el muy carnívoro, pidió ‘churrasco de ternera a la plancha con salsa suave de barbacoa, crema de puerros (¿) y compota de reinetas’ (le encantó, valoró su sabor, pero a mí el churrasco me parece demasiado duro); Carlos, cada vez más implicado en el yoga, eligió ‘mero a la plancha con salsa americana, patatas al horno y acompañado de su ali-oli’ (le sedujo y lo valoró); y Óscar, para que no se le subiera el vino, escogió ‘escalope cordon-bleu relleno de jamón y queso con salsa gorgonzola, patatas fritas y pimientos del piquillo’ (con patatas gordas de luxe, tiernas por dentro, carne jugosa bien combinada en el rudo rebozo y líneas de mostaza adornando el plato). El vino también entraba de maravilla con estos segundos. De postre, yo comí arroz con leche (rico, con canela, limón y granos tiesos); Gerar, una tarta de queso («la del súper», dijo, pero le gustó); y Carlos, una tarta de chocolate que le moló. Aparte tomamos tres cafés irregulares, a 1,60 cada uno, y salimos tan contentos.
(No le importa repetir en este caserón a Óscar Cubillo)
web del restaurante
Avenida Basagoiti, 63; Algorta, Getxo (Bizkaia)
94 491 57 94
Otro más de los licenciados en Ciencias Económicas que pueblan la nómina colaboradora de esta web. Cuando le da por ser comunicativo, manifiesta que publicó el mejor fanzine de rockabilly de España (el Good Rockin’, allá por los 80) y la mejor revista de blues de la Europa Continental (llamada ‘ritmo y blues’, editada de 1995 al 2000). Actualmente junta letras por dinero en el periódico El Correo, por comida en El Diario Vasco, por ego en Lo Que Coma Don Manuel y por contumacia en su propio blog, bautizado ‘Bilbao en Vivo’ y tratante, sobre todo, de conciertos en el Gran Bilbao, ese núcleo poblacional del que espera emigrar cuanto antes. Nunca ha hablado mucho. Hoy día, ni escucha. Hace años que ni lee. Pero de siempre lo que más le ha gustado es comer. Comer más que beber. Y también le agrada ir al cine porque piensa que ahí no hace nada y se está fresquito.
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