La Seu (Dénia). Una excepción en la oferta de batalla de Loreto
«Merece la pena, por lo menos, entrar a tomar un vinito y ver el restaurante La Seu». Esto nos dejó escrito la amable Ángela, nuestra guía dianense, de cara a nuestra visita a la cabeza de Marina Alta. Y no se equivocaba, pues La Seu merece una visita tanto por su propuesta gastronómica, donde la chef Diana Cervera pretende aunar tradición e innovación, como por su moderno diseño arquitectónico. Por ambas cosas, constituye una excepción en la oferta muy de batalla de la concurrida calle Loreto.
El edificio, cuyo origen se remonta al Siglo XVI, se divide en tres plantas. Abajo se reparten numerosas mesas, algunas de las cuales ocupan un patio convenientemente cubierto, para proteger a los comensales del sol y del calor. En la primera planta hay otro comedor más pequeño, una cocina donde se imparten cursos y talleres y, al otro lado, diez naranjos que embellecen la vista. En la segunda, unos cuartos de baño de diseño. La reforma que ha experimentado el edificio es francamente espectacular. Un acierto.
Luego, la carta no es especialmente barata (foie a la brasa sobre fartón valenciano caramelizado con horchata, 16 euros; tartar de atún con huevas de wasabi, 22; lomo de angus black premium con verduras de temporada, 24), pero a diario se ofrece un «menú degustación» bien atractivo. Merece la pena optar por él, aunque sea algo más caro que en la mayoría de la competencia. No obstante, nosotros, que teníamos el día saleroso, decidimos solicitar el atractivo menú de esa jornada (seis tapas, arroz a elegir y postre, por 22 euros), pero también sumar un par de gambas rojas de Dénia a la brasa, que se despachaban a ‘únicamente’ 4 euros la unidad. Fue un acierto pues, recién aterrizados en Alicante, nos supieron estupendamente. Nos gustó tanto el sabor como la atractiva presentación, y Bego exclamó «es roja hasta la tripa». Bella y sabrosa, así es ella.
Antes llegó pan con tomate y torrajo de all-i-oli, una formula mucho más fina que el típico y extendido cuenco, una variación en la que la salsa se presenta gratinada, ya extendida sobre rebanada de pan; en esta ocasión, aunque rico, era un poco raquítico.
Entonces fue el turno de la ensalada templada de queso de cabra, membrillo y frutos secos. Se trataba de un mezclum con muy poco queso y buen sabor, aunque incluía un troncho considerable… Feo.
A continuación llegaron las referidas gambas, unos ricos buñuelos de bacalao con su brandada y un carpaccio de atún con vinagreta de setas, de sabor cítrico. La cosa marchaba bien, y aun mejoró. Según anoté, lo hizo en cuanto llegaron a la mesa unas patatas a la pobre con ibérico; yo, que soy muy macarra, exclamé «qué buenas, tío», cuando las probé. Bien sabrosas y envueltas en una película, a mi acompañante le recordaron a las patatas del estofado. Lo mejor del estofado.
La coca de berenjena a la brasa con presa de angus estuvo a la altura. Nada aceitosa, como nos sucedió en algún otro local. Y de entre los arroces ofrecidos descartamos el meloso de embutidos de la Xara y el meloso de bacalao, cebolla y alcachofas, para decantarnos por un clásico arroz abanda. Correcto.
El postre del día consistía en tiramisú y copa de fruta de la pasión, y la casa invitó a chupitos de mistela (también ofreció orujo de hierbas), un buen cierre para una comida satisfactoria. Buena relación calidad precio. Y algo más: «Me está sorprendiendo. Y un sitio que te sorprenda por 22€ es la leche», afirmé en un momento de la comida. Me quedo con eso.
Como no acostumbramos a comer con agua, la cuenta fue algo más abultada, eso sí. Realmente pagamos 71,90 euros (dos personas), pues hay que sumar las gambas (8 euros), café solo (1,90) y también dimos buena cuenta de una botella de Casta Diva Cosecha Dorada (18), moscatel romano, seco y alicantino embotellado por Bodegas Gutiérrez de la Vega a la salud de Montserrat Caballé y con ‘La dama del armiño’, de Leonardo da Vinci, en su etiqueta. Buena elección.
(es la vez que más le ha gustado la Caballé, a Igor Cubillo)
Carrer Loreto, 59; 03700 Dénia (Alicante)
96 642 44 78
info@laseu.es
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
-Farrah Fawcett muere y va al cielo, y Dios le pregunta si desea alguna cosa. Ella contesta diciendo «Quiero que todos los niños del mundo estén a salvo y felices». Así que va Dios y mata a Michael Jackson. FIN
Lo de tu bio y la efe me recuerda el chiste:
-¿cómo te llamas?
– Fara
– ¿Ostras, Fara? ¡qué nombre más exótico!
– Fí
Jajaja. A mi, Zuloko, tu comentario me recuerda a ese otro chiste de me llamo Barbra… Ah, Barbra, americana?… No…
No sabes ninguno con Farrah Fawcett???
Abrazo.