Mariño (Irun). Austero y popular
¿A qué puede acudir uno a Irún? Bueno, la localidad fronteriza es punto de paso obligado cuando accedes a Francia por Hendaia. La web municipal anima a visitar el Museo Romano Oiasso y pasear por el Parque Ecológico Plaiaundi. Y en su día los éxitos de Elgorriaga Bidasoa llevaron allí a muchos aficionados al deporte.
Yo, particularmente, me paso por el barrio de Anaka cuando me apetece comer chuleta de ganado mayor sin solicitar adelantos de la herencia. Allí está el Bar Restaurante Mariño, donde la txuleta se despacha a 28€/kg., acompañada de patatas fritas y en plato frío (lástima). Quizá no es el mejor corte, pero la he disfrutado cuando he ido, y es mi preferencia en una carta poblada de «especialidades gallegas», entre las cuales su pulpo a feira (11 euros) goza de gran fama.
«Gran pulpo, sólo comparable al de la Galicia interior». Esto me dijo el bueno de Jabier Muguruza, mi fuente irunesa, cuando me recomendó la visita al local. Y he leído y escuchado muchos otros comentarios laudatorios referidos a su preparación del cefalópodo. ¿Qué tengo que decir yo al respecto? Pues que tres veces lo he comido y cada una ha merecido un veredicto distinto. La primera me decepcionó y desagradó por su dureza; la segunda lo encontré mejor; y a la tercera me gustó. Sin encontrarlo extraordinario.
Ésa es sólo una de las especialidades gallegas que figuran en la oferta de este local vinculado al CD Mariño, que exhibe un pulpo en el cañero de cerveza y un hórreo de madera en la puerta de acceso. El fin de semana se despachan allí a toda marcha porciones de empanada (2,50 euros) y chorizos criollos. Y en sus pequeñas cartas plastificadas también encontramos lacón asado y cocido (7), y churrasco (12). ¿Qué más? Chuletillas de cordero (10), bacalao con tomate (10), champiñones en salsa (6), croquetas (6), filete (5)… Todo a buen precio y sin complicaciones, en un local bullicioso, alejado de todo boato, y más en las mesas junto a la barra. Para terminar de conquistarme, acostumbran a invitar a un chupito de orujo cuando solicitas la cuenta. Detalle.
Se echa en falta más pescado en la referida carta, no digo ya marisco, el vino está bien de precio (aunque no hay mucho dónde elegir) y la cocina sencilla manda también en su recomendable menú del día, donde yo comí, como un señor, caldo gallego y una fuente completa de callos. Para ello, tuve que descartar alubias, filete, riñones y carne con tomate «muy rica». Llegó el caldo y dejaron el puchero en la mesa, para que repitiera cuantas veces deseara. Tres cazos colmados, mi medida de un plato, constituyeron una ración suficientemente saciante. Bien ricos: sus gruesos trozos de patata, sus amplias hojas de grelo, sus garbanzos sueltos…
Menos piedad tuve con los callos; servidos con chorizo, en una fuente, algo fríos, se hacían querer. «Estaba bueno, ¿eh? Veo que no has dejado nada», me dijo el observador camarero cuando terminé. Pero aún hice hueco para una cuajada casera, bien buena, que comí sin azúcar, ni miel. En 50 minutos había dado buena cuenta de dos platos, postre y café solo, por los que pagué 10,20€. Estupendo. Me gusta el Mariño, con su austeridad, su carácter popular, la tensión de sus camareros y su comida cubierta de rusticidad, consistencia y sabor.
(lo volverá a intentar con el pulpo, Igor Cubillo)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Comenta, que algo queda