Oddity Cafe Lounge (Bilbao). Bar y coctelería en el corazón del Casco Viejo
En ocasiones la vida parece estar mandando mensajes en clave. Uno de los avisos más potentes de estas navidades llegó en forma de película. En concreto gracias ‘La Vida Secreta de Walter Mitty’. No me extenderé sobre esto, porque ya hablé de ello en mi blog (sí, uno tiene una bitácora personal desde el prehistórico año 2001, además de ser honrado currante para Don Manuel).
En concreto, este bello film, que se vertebra en torno a una potente banda sonora, tiene un papel importante el Space Oddity de David Bowie. Un álbum que escuché en su día hasta la rayadura (yo de tierno infante escuchaba a Bowie y trataba de entender las letras con un diccionario Larousse; y no es postureo, chúpate esa) y que, ahora, signo de los tiempos, dormitaba escondido en un sector del disco duro de mi iPod. Esta canción narra la odisea espacial del Mayor Tom, lanzado al espacio, separado de la tierra, y habla de sus sensaciones de soledad en el viaje por el infinito desolado en una diminuta cápsula espacial. Diremos que, si sirve para Walter Mitty, también vale para nosotros e incluso para esta sociedad pelín autista que viaja ensimismada encerrada en sus cápsulas hacia nadie sabe dónde.
Y, curioso, al de un par de días de ver a Ben Stiller hacíamos la ruta espacial habitual por el Casco Viejo de Bilbao, decidimos entrar al Bukoi y, como en los relatos de Poe, o en un Expediente X, entramos en una dimensión paralela. Para empezar, la calle era la misma pero lo que antes era un bar decorado con gusto, con barra bien surtida, con luz y jamones colgados, se había transformado en una especie de lounge bar oscuro, amplio y bien dispuesto, pero diferente. Y (guiño, guiño) el local se llamaba, lo han adivinado Odditty.
Tuvimos una discusión pensando que nos habíamos equivocado de calle (para los que conozcan la diminuta calle Jardines sabrán que es harta complicada la confusión) o que estábamos desorientados, pero no, el Bukoi pasó a la historia y esto era otra ídem. Así que, como siempre, dispuestos a sacrificarnos por este blog, entramos, miramos, preguntamos y consumimos.
Nos llamó la atención un cartel que anunciaba rabas de txipiron y pedimos una ración. Grata sorpresa. Llegó un plato hermoso, con rabas y tentáculos de chipirón crujientes pero tiernos, acompañados de tiras de cebolla y pimiento frito y, suprema, una salsa de alioli con la que me ganaron para la causa.
Su barra de pinchos era breve pero cuidada, e indagando nos enteramos de que van a hacer de los combinados su bandera. En concreto, me contaron que disponen de 18 ginebras diferentes y cuatro tónicas base que serán perfumadas con aromas botánicos a petición del respetable.
Sus responsables son Alain Barrios y Patxi Renteria, y nos aseguran que han sido formados en las mejores escuelas de coctelería. Por lo tanto, además del omnipresente gin&tonic, podremos beber preparados clásicos y otros no tanto. Margaritas y San Franciscos, daiquiris, mojitos, piñas coladas, cocolocos o Tom Collin’s. Y todo eso, en las horas adecuadas, estará salpimentado por jam sessions en directo.
En definitiva, una rara avis en un entorno típicamente botxero y sietecallero y txikitero. No sabemos si les funcionará la fórmula pero, como le dijimos al responsable, nos sentimos muy a gusto y por esas rabas de txipiron no nos importará nada regresar. Siempre que la cápsula nos lleve a la Tierra.
Facebook de Oddity Cafe Lounge
Calle Jardines; 48007 Bilbao (Bizkaia)
665 538 090
Periodista, con especialización en nuevas tecnologías de la información, redes sociales, relaciones públicas, gabinetes de comunicación, Internet y vídeo.
Licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco. Postgrado en Mecanización de la Información promovido por la Unión Europea. Estudios de Filología Inglesa.
Formación en multimedia, diseño web y gestión de empresas.
Radio Euskadi: redactor de informativos y director del programa especializado en nuevas tecnologías «Frontera Azul», galardonado con el premio MTV.
Radio Nacional de España: director de «A primera hora». Corresponsal de las revistas del grupo editorial Heres.
Euskal Telebista: redactor del magazine cultural «Vasta con Uve». Responsable del departamento de Publicidad de la televisión local Tele Donosti.
Sección de Internet y Multimedia de grupo audiovisual vasco Desarrollo de proyectos: deusto.tv , sitio web de la Fundación Buesa y otros.
Asesor de prensa en cosas. ¿Qué cosas? ¿cosas de gobierno? Sí, Peter, cosas del gobierno.
Orgulloso miembro (con perdón) del club de remo Kaiku (cuando ganaba). Hago karate (Shotokan) y subo montes y montañas y cojo olas. In the mood for love.
5 Comentarios
Trackbacks/Pingbacks
- Cuando los libreros eran, preferentemente, mercaderes de libros… | cambiando de tercio - […] la barra del Oddity Cafe Lounge que me ha encantado y veo que ya hace unos meses a Dicky del Hoyo tampoco…
Dicky, creo que te comenté el otro día ya, pero este video es un regalazo que pienso utilizar en mi propio facebook. Hacía tiempo que no me recorría un escalofrío oyendo una canción como lo hizo Space Oddity en el cine el domingo. A parte de ser una de mis canciones favoritas, la fusión con la voz de ella y la manera de incluirla en la acción de la película me parecieron de sobresaliente.
Mil gracias por compartirlo con nosotros.
Entre el bar Bowie y el Oddity no sé que hago que no me pillo e coche y me voy volando para el botxo!
Como decía la Lola Flores, «si me queréis, venirsen»
Pues merece la pena el sitio…fue de los primeros «lounges» vizcaínos (tras el odioso Public Lounge) y es un buen lugar para el comercio y el bebercio.
El Bukoi nació con altísimas pretensiones (ese jamonero cubierto con cúpula y corte al momento a precios estratosféricos, esos vasos supermodernos que les robaban…) y a mi no me acabó de convencer, ya que aportaba poco a lo ya existente. Me da miedo ahora esa moda de los Lounges (¿conoces el Únik-a.k.a. Único-en Leioa?) y los combinados por un ojo de la cara servidos con mucha parafernalia y sobrantes de verdulagas…a ver qué tal…
Hola Mikel!
No conozco el lounge leoiatarra que me comentas. Me gustan en general esos sitios tranquilos aunque a veces, como muy bien apuntas se suban a la parra. Aquí, en primera experiencia, diré que el lugar nos pareció agradable pero quizás un poco fuera de sitio por la zona. Y que la relación calidad precio fue bastante buena. En concreto el plato de rabas de txipirón nos costó 5,20 euros, era una ración hermosa y gustosa y la pudimos degustar en mesa cómoda y con música buena, lo que en el Casco Viejo y en domingo es cosa asaz extraña.
Seguiremos informando y gracias por tu comentario.