Kokken (Bilbao). Aire fresco y asequible en la Campa del Gas
Si tres personas que te conocen bien (como son mis amigas Carolina B., Lexuri y Maripeich) te recomiendan en la misma semana el mismo sitio, es que hay que ir a probarlo sí o sí. Y no hay más que hablar.
La recomendación en cuestión fue Kokken, abierto hace unos meses en la plaza de la renovada Campa del Gas. De estética y nombre nórdico (Kokken significa cocinero), se trata de un gastrobar con una carta de mini raciones de lo más apetecible. De los menús que ofrecen (de 5, 7 ó 9 platos) optamos por el corto; al ser un mediodía entre semana, el precio baja a unos más que módicos 12,50€, bebida incluida.
Como llegamos demasiado pronto para comer, hicimos tiempo tomándonos una cervecita Estrella Damm en la terraza. Con el calor que hacía ese día, y la tranquilidad que había en la plaza, me supo a gloria bendita. Casi parecía que estaba en uno de esos anuncios veraniegos con treintañeros hipsters, salvo que, en lugar de estar a la orilla de la playa en Formentera, estábamos a tiro de piedra de la ría de Bilbao. Que también tiene su punto, anda que no.
Pero bueno, al lío (como rezan sus servilletas muy acertadamente). El primero de los platos fue una ración más que considerable de carpaccio de salmón fresco con salsa de soja y mostaza. Muy buena combinación y muy buen comienzo.
Seguimos con unos buñuelos de bacalao, súper esponjosos y con un toque de orégano que les quedaba genial, la verdad. No se me habría ocurrido a mí juntar esta hierba con pescado.
La tercera ración: una vieira a la plancha con una cremita de alcachofa que se me quedó corta. ¡Voló con una pasada de pan por el (original) plato!
Para terminar los salados, un medallón de solomillo con reducción de melocotón y chipotle. Genial el toque picante de la salsa, en su punto justo. Quizá demasiado fino el medallón de solomillo. Puestos a pedir, mejor un trozo más grueso, aunque tengan que cortarlo por la mitad por eso de la rentabilidad de costes.
Y, para terminar, dos trocitos de brownie, un hojaldre relleno de helado de naranja y una estrella de sorbete de cerezas. Estupendo.
Muchos aspectos a destacar de Kokken. La calidad de los productos, la buena carta, el agradable servicio, la tranquilidad de la ubicación y la originalidad de la vajilla (ni rastro de platos de pizarra de esos que chirrían al pasar el cuchillo; ¡¡aleluya!!). Ah, y el pan (de los que te comes a palo seco aunque estés a reventar de lo rico que está).
Quizá eché de menos que el menú incluyera algún «primero» (el salmorejito o el arroz negro que tienen en carta); ya hubiera sido el acabose. Aunque desconozco si los menús siempre incluyen los mismos platos o van cambiando (que tampoco hay que ir de lista, hombre).
Lo dicho. Un sitio novedoso, agradable y asequible donde pasar una estupenda noche de verano. Pero ¡ojo cuidao!, que están que lo petan y o reservan ustedes con antelación o se quedan con las ganas. Avisado queda.
(María Mora -Mary, que no La Mary-)
Quintana, 3 (Antigua Plaza del Gas); 48007 Bilbao (Bizkaia)
94 685 09 20
Soy María. Alicantina de nacimiento, baracaldesa de adopción y economista sin mucha vocación. Siempre he sido bastante glotona, la verdad, pero al buen comer y a los fogones me he aficionado en la veintena (esa que está casi terminando). Disfruto como una enana descubriendo sitios nuevos, casi tanto como pidiendo lo más raro que veo en una carta. No tengo blog propio, así que los Manueles me acogen cual cachorrillo sin hogar. Eso sí, tengo Facebook y Twitter, por si queréis cotillear algo sobre mí.
3 Comentarios
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- Repetid conmigo…. Kokken | cambiando de tercio - […] Lo que coma Don Manuel que es para algunos bilbainos como el suplemento cultural indispensable en temas de papeo…
Los platos que nombras, y sus fotos, me parecen muy apetecibles. Me lo apunto!
Sobre «no me gustó nada», no tengo nada que aportar. Sobre gustos no hay discusión posible.
«Raciones escasas», pues sí y no. Unas son tamaño pincho (vieira p.e.) y otras tamaño ración (sepia p.e.). Ninguna es «tamaño plato», pero creo que queda claro desde que entras, y en el menú de 12,50 (entre semana) comes 5.
Yo creo que la relación cantidad/calidad/precio está muy bien.
Igualmente, ya sabes antes de ir que comerás lo que te den. Quejarse de ello no tiene sentido; aparte de que la carta está ahí para usarla; quien quiera puede elegir, y pagar más caro, claro.
Yo fui al Kokken y no me gustó nada, raciones escasas, cocina sin chispa y por encima esa imposición de que ellos escogían los platos que te sacaban…