La Mejorana (Conil de la Frontera). Cocina honesta y sencilla
Esa noche la idea era cenar en el restaurante Francisco, en la misma playa de La Fontanilla. Hemos leído que es uno de los mejores restaurantes de playa del país, mucho más que un chiringuito. No obstante, por hache o por be, lo descartamos, finalmente, y nos dispusimos a recorrer las calles del núcleo histórico del pueblo, peatonal, en cuesta, teñido de blanco y atestado de locales hosteleros y turistas. Muchos turistas. Buscábamos un local para cenar.
La mayoría de ellos ofrecen las raciones típicas, carnes de retinto (raza autóctona de ganado vacuno) y atún. Ninguno resulta deslumbrante a priori, así que la elección se podía dilatar muuuucho.
Para empezar, en uno de los rincones más bellos de la localidad gaditana (según Trivago, el mejor destino de playa de Andalucía, y el quinto mejor de España), la plaza de Santa Catalina, entre la torre de Guzmán el Bueno y la iglesia parroquial de Santa Catalina, nos topamos con un carrito ambulante de Mariscos La Pepa. Allí se ofrecían «patas rusas», gambas, mojama, pequeños cucuruchos rebosantes de quisquillas y camarones (2€), «cangrejos de la bahía» (1€, la unidad) que parecían pequeñas nécoras… No los probé, pero sí los cucuruchos: era curioso llenarse la mano de minúsculos crustáceos, comérselos a puñados, y las quisquillas estaban bien buenas, frescas y sabrosas. Un grato entretenimiento.
Seguimos pateando hasta que decidimos hacer una pausa en el Carruaje, un local de copas acogedor, de atractivo interiorismo rústico y techos altos, que cuenta, pegada, con La Covacha del Carruaje, extensión gastronómica que permite comer a la intemperie, también en conos, sus gambas, su cazón en adobo, sus minúsculos boquerones, sus montaditos… Todo regular y servido con diligente aceleración por Manolito Pies de Plata, personaje de la zona que acostumbra a animar las ferias con remolinos y cabriolas, en desvergonzada coreografía. En su día el interfecto se apuntó al programa televisivo ‘Mójate’, sin advertir de que no sabía nadar, y tuvieron que sacarle del agua de mala manera y con poco resuello. Buff…
Tras mucho caminar, de aquí para allí, decidimos sentar nuestras posaderas en la terraza de La Mejorana, en la calle Cádiz, una de las más transitadas de la población, un pequeño bar que nos ganó con el siguiente «Menú degustación de atún», expuesto en pizarra, en inglés y castellano: gazpacho blanco de avellanas con recortitos de almadraba; tartar de atún rojo con ensalada verde y sésamo negro; pringaita de almadraba; lasaña de atún rojo con verdurita de Conil. Y un precio: 25 euros, dos personas. Irrechazable.
Supusimos que se trataba de un menú de tapas y no nos equivocamos. Lo que ofrecían era una degustación de pequeñas preparaciones, con el atún como común denominador y servidas con buen gusto. Encajaba con la intención manifestada de brindar una cocina funcional, honesta y sencilla, basada en productos locales de calidad y acorde a las condiciones de su minúsculo establecimiento, que no cuenta con salida de humos, por lo que las frituras están descartadas ya de antemano. De ahí, también, que muchos identifiquen a La Mejorana con cierta suerte de comida vegetariana.
Para empezar, estaba bien bueno el gazpacho; de textura agradable y gusto contenido a fruto seco, salpicado con dados de atún, con medio tomate cherry posado en el fondo del cuenco y el gratificante contrapunto dulce que aportaban virutas de frutos rojos.
El tartar de atún de almadraba, comprado conjuntamente por los establecimientos participantes en la Ruta de Atún de Conil, procedente de su almadraba y ronqueado expresamente para todos ellos, se aderezaba con mostaza y germinado de cebolleta. Mientras, la ensalada que lo acompañaba incluía aguacate, fresas, lechuga hoja roble y sésamo.
Pringá es el nombre que se da en Andalucía a la «carne de puchero», a la carne del cocido andaluz, que se suele desmenuzar y servir en montaditos. La pringaita de La Mejorana era algo parecido, un emparedado, servido en pan recién gratinado, que aunaba atún desmigado con virutas de jamón y el toque dulce de la cebolla pochada. Compartía el plato con un puñado de patatas fritas ensobradas en Arcos de la Frontera.
Y estaba también buena la lasaña, que templaba el estómago y hacía pasar un tanto desapercibidas las muchas virtudes de la reputada huerta de Conil, que cuenta como exponentes con el frijón conileño, la judía verde, la habichuela pía, la calabaza, el chícharo, el alcaucil romano (alcachofa)…
Di buena cuenta de una botella de Viña Galvana (11 euros), vino gaditano elaborado por Delgado Zuleta con uva palomino cosechada en los términos municipales de Chipiona y Sanlúcar de Barrameda, y salí satisfecho. Dejé atrás el austero mobiliario de su terraza con la sensación de haber acertado con la elección, y tal impresión se reforzó, al día siguiente, al enterarme de que Cuqui González de Caldas, cocinera del pequeño bar restaurante, representó recientemente en Holanda a la Ruta del Atún de Conil, en evento (La Feria de España) organizado por la revista ‘España & Más’ y la Oficina Española de Turismo en La Haya. La intuición no me había fallado, y eso siempre reconforta. Y el trato es agradable. Y el precio ajustado. Y no sé qué más se puede pedir.
(Igor Cubillo)
facebook de La Mejorana
Calle Cádiz, 10; 11140 Conil de la Frontera (Cádiz)
648 454 896 // 629 380 150
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Totalmente de acuerdo. Riquísimo todo. Además muy buen servicio. Tenia dudas con un vino blanco de la zona (que no recuerdo el nombre) y me sacaron una copita para probarlo antes. Me enamoró el detalle y pedí otro…
Para mi la Fontanilla… no es para tanto.