El castro, el cementerio y los calamares con arroz del Mirador de Toró (Llanes)
Os invito a una excursión inolvidable con un final apoteósico. Mar y montaña. Playas y nieve. Golf y paddle surf. Y el final de la caminata lo celebraremos con un ligero menú compuesto por sopa de pescado, fideos con almejas, calamares con arroz y pixín alangostado en el Restaurante Mirador de Toró (Llanes). El no va más.
El recorrido comienza en La Boriza, balcón al Cantábrico entre los pueblos de Cué y Andrín, y a dos playas que comparten el castro totémico más fotografiado del Oriente de Asturias.
Dejo atrás las privilegiadas vistas del Campo de Golf de La Cuesta, antiguo aeródromo durante la Guerra Civil, desde donde partían las temibles incursiones de la Legión Cóndor de la Luftwaffe alemana. Pero eso es otra (triste) historia.
Ya pienso en mi primer plato, mi recompensa al esfuerzo: fideos con almejas. Guiso de los de antes, caldo ligado con pasta y la salsa de almejas a la marinera con un toque picante. Para verano e invierno. Indispensable. O elige la sopa de pescado y marisco, pero de verdad, de las que parece que te estás bebiendo el Cantábrico. Con almejas, con pixín y gambas, y el toque final de la andarica. O pide los dos. No vas a fallar.
Una excursión en bajada continua, por montes y prados, calas y caleyas, cementerios y boleras. Y no te asustes si en un día de oleaje se asoma el bufón “Silencioso”, en forma de surtidor de vapor de agua que alcanza más de 50 metros de altura en días de temporal. Un espectáculo en sí mismo.
Cada día una experiencia diferente. Eso tiene el Oriente de Asturias. Eso tiene su tiempo cambiante. La salida de cada curva es una nueva imagen para recordar. Disfruta del camino, del olor a mar y a hierba recién cortada. Y en el horizonte Llanes, su puerto y el Paseo de San Pedro.
Nada más entrar en el pueblo de Cué te encuentras de frente con su Bolera. Si coincide un entrenamiento de cuatreada, versión de la zona del juego de bolos tradicionales, no pierdas la oportunidad de conocerlo. Te sorprenderá. Luego, toma el camino a la derecha en dirección al mar. A 300 metros aparece el descenso a la Playa de Antilles, una cristalina piscina natural; sin duda, el mejor baño del Cantábrico. Saca el bañador, nada, haz el muerto, bucea y tómate una sidra en el chiringuito mientras escuchas los cencerros de las vacas que pastan en los prados cercanos. Un must. Pero de los de verdad.
Segundo plato. Esos calamares con arroz por los que mi cuñado Javier mataría. Firmes, potentes, con una salsa negra satinada gracias a horas de guiso a fuego lento, con tintes de otros tiempos. Ni más, ni menos.
Volvemos a la carretera principal. Al llegar a la plaza del pueblo, giramos de nuevo a la derecha camino a la Iglesia de San Román y a su misterioso cementerio. Lee su enigmático epitafio en la entrada del camposanto. Y siéntate 10 minutos en los bancos preparados para disfrutar de la Sierra del Cuera, del Mazucu, del mar. Y vuelve a pensar en el tenebroso mensaje.
Abandonamos Cué con las pilas cargadas y la mente limpia después de un baño de de sal y silencio. Ya queda poco. Nos acercamos a El Portiellu. Una cala inesperada. Guarida de pulpos y quisquillas. Donde puedes estar, a cinco minutos de Llanes, y disfrutar en soledad del arenal en pleno mes de Agosto.
Tercer plato: llámalo rape, llámalo sapo, llámalo como quieras. Pero aquí lo debes llamar pixín. Un pez feo como ninguno. De carne sabrosa, textura compacta y sabor inolvidable. A la plancha, rebozado, a la cazuela o al más puro estilo asturiano: “alangostau”. Todos impecables.
Atravesando praderas verde oscuro, maizales y huertas nos acercamos a nuestro destino final, la Playa de Toró. El arenal de las mil caras, con sus amenazantes rocas que son testigo de un plató cinematográfico constante. Y, en el alto, nuestro premio, el Mirador de Toró, con inmejorables vistas de la costa y las montañas, y una cocina de calidad fiel reflejo de la tierra que pisamos y del mar que nadamos. Producto excelente que se grabará por siempre en tu boca y en tu memoria. Porque, en ocasiones, el mejor talento es conservar en el tiempo nuestras costumbres. Para eso están Sergio, Nuria, sus padres y todo el equipo del restaurante. Los olores, los sabores, el entorno. Cuando la mayor innovación es saber mantener con dignidad la tradición.
(una propuesta viajera de Alejandro Peña)
ver ubicación del restaurante Mirador de Toró
Av. de Toró, 42; 33500 Llanes (Asturias)
985 40 29 97
Profesional con experiencia en la gestión y motivación de equipos desde las facetas de Recursos Humanos, Operaciones y Marketing. Contacto:
basketandtalent@gmail.com
14 Comentarios
Trackbacks/Pingbacks
- Colaboración con el Blog Lo que coma Don Manuel. | Basket and Talent - […] sorpresa en nuestra colaboración con el genial Blog gastronómico Lo que coma Don Manuel. Viajes, comida y tradición: El…
La mejor y más bonita playa dl mundo, la impresionante cordillera dl Cuera y el mejor lugar para comer lo q cocinan Elo y Arancha y tan bien nos presentan Nuria, Segin….
Puxa, son los mejores!!!!!
Dicho y hecho. Mejor dicho, andado y comido… Excursión espectacular y añado verdinas con langosta y el rollo de bonito.
A volver!
Grandísimo post. Me pongo como meta repetir esos pasos un día cualquiera. En octubre, por ejemplo, sin gente y con la luz crepuscular del otoño llanisco. Puxa,
Completamente de acuerdo, Zuloko. La luz en otoño es una pasada. Desde http://www.basketandtalent.com os agradecemos a Igor y a ti la oportunidad de escribir el post en vuestro blog. Se nota la ilusión y pasión que ponéis en cada una de vuestras entradas y os estáis convirtiendo en una referencia gastronómica imprescindible. Un abrazo a vosotros y a los lectores del blog.
Muchísimas gracias por la colaboración, Alejandro.
Y muchísimas gracias por tus amables palabras. Lo de referencia gastronómica suena a piropazo de órdago. Y la pasión es lo único que yo, particularmente, puedo prometer y prometo.
Abrazo.
Buen «paseo» gastronómico, Alejandro. Pero permíteme que remarque lo de «paseo». En tu recorrido -magnífico, sí- no dejas de llanear próximo a la costa entre Cue y Llanes. Un trayecto apropiado para los poco avezados, casi para «foriatos». Te invito a que seas más audaz y propongas un auténtico descenso montaña-mar siguiendo el río Las Cabras, desde el alto de Llamargón hasta su desembocadura en San Antolín de Bedón, parando aquí y allá, degustando queso cabrales mezclado con sidra, verdinas con pantruque y tortos con huevo y chorizo. Transitando por lugares poco soleados, casi umbríos, donde se hablaba la xíriga, la lengua de los tejeros de Llanes. ¿Te atreves?
Tu si que sabes, Alberto. La inmersión en los valles interiores son palabras mayores, pero indispensables para conocer la grandeza y diversidad del Oriente de Asturias. El valle Oscuru, el río Purón, la Sierra del Cuera y el Río de las Cabras son zonas a recorrer …. a pie. Lo de la xíriga ya me queda un poco lejos.
Un abrazo!!
De regreso a la rutina semanal en este preciso momento, no tengo dudas. Me quedo con mis favoritos de siempre: Ballota, los curas y los calamares. Una recomendación, lo disfrutarás más si no es fiesta o fin de semana de agosto.
Parece que prefieres playas nudistas, Graciela… Buen gusto. Siempre mejor ir entre semana y si puede ser en la primera quincena de Septiembre, mejor.
Gracias por contarnos tus preferencias!
Ja, ja, ¡me has pillado! Y ya que lo dices, quizás haya a quien le interese el dato.
Excelente idea. Aunque cada día es bueno para la excursión, El Morru cae este año en sábado 14 de Septiembre. No hay fiesta más divertida y entrañable en todo el Oriente de Asturias…
Sólo se me ocurre proponer una peregrinación y visitar esos lugares físicos y gastronómicos. Y si se hace el día del MORRU ya sabéis dónde podemos acabar la noche.
Ya estoy deseando estar allí! Gracias Alejandro por ponerme los dientes hasta el suelo 😉 ★★★★★
De eso se trata, de generar la ilusión, y después de ir que nos cuentes tu experiencia. Gracias!