El mejor menú degustación del mundo
Solomillo asado con patatas fritas, sesos huecos, hígado, liebre, chateaubriand. Sopa de albondiguillas, caldo de tortuga, sopa húngara, consomé de almejas, gran cocido parisién, huevos al gratén… La compusieron hace 90 años Carlos Federico Zöllner y Miguel Arregui Trecet, en los cuarenta la popularizaron y registraron Los Xey, y aún hoy la canta con desenvoltura y gracia The Golden Apple Quartet, pero ya no es preciso que los camareros se aprendan la canción de memoria. Cada vez es menos habitual que te canten la oferta de entrantes, pescados, carnes y postres, pues, aunque algunos renieguen de él, el menú degustación continúa siendo el pan nuestro de la alta cocina, por ejemplo. Más de un restaurante ha renunciado, de hecho, a la carta, se limita a ofrecer una fórmula fija y lo que era una puerta de entrada más, una manera cómoda de tomar contacto con las especialidades o lo más representativo de una propuesta culinaria, se ha convertido en muchos casos en el único acceso a la misma.
Hoy los cocineros anulan al comensal, quien ya nada puede escoger, escuché en un congreso. «Yo jamás pediría el menú degustación en Zuberoa», me escribió un amigo tras la última visita a la casa de Hilario Arbelaitz. “Es necesario democratizar la alta cocina, que ha sido muy dictatorial durante muchos años”, ha llegado a decir el chef andaluz Dani García, quien aboga por que “no sea el cocinero quien decida únicamente cómo va a ser la experiencia en el restaurante”. Pero parece que prima la visión de quienes sostienen que cada vez que compones un menú estás contando una historia. Y cada cocinero quiere contar la suya propia. Hasta yo quiero compartir la mía, caramba, por eso nace esta sección donde señalaré algunos de los platos más reseñables que vaya comiendo, agrupados a modo de menú degustación.
A ver qué les parece esta propuesta que une el fin del verano con el arranque del otoño.
1. Cebolleta de primavera glaseada en ajo negro con sus pickles y orégano fresco
Restaurante Amelia (Donostia). Paulo Airaudo.
Ese plato es temporada y muy argentino, tiene un punto minimalista, gusto especiado, intensidad y ofrece múltiples matices. A su propio autor le recuerda una ensalada.
2. Navajas con escabeche de alga codium
Restaurante Blueizar (Bilbao). Bruno Didier.
Recientemente pude elogiar la delicadeza de esas navajas gallegas en ligero escabeche de alga codium, o ramallo de mar, elaborado a la manera tradicional con romero, tomillo y laurel.
3. Bonito confitado
Restaurante Casa Urola (Donostia). Pablo Loureiro.
Producto y pericia, dos características del restaurante más recomendable de la parte vieja de San Sebastián. Fantástico el punto del túnido.
4. Acelga guisada sobre lías de txakoli
Restaurante Mina (Bilbao). Álvaro Garrido.
Garrido, un chef que se apoya en jugos, caldos y reducciones para satisfacer el paladar y, tan excitante, hacernos pensar, se sirve de lías (las levaduras muertas de las bodegas) para componer este plato de inspiración oriental.
5. Hongos salteados, huevo y royal de foie
Restaurante Aizian (Bilbao). Josemi Olazabalaga.
Juntos pero no revueltos, hongos salteados y yema de buen huevo cocinada a baja temperatura, caldo de champiñón y bacon, y royal de foie en dos tiempos y dos alturas. Una preparación deslumbrante, por presentación del conjunto, por textura y sabor de los heterótrofos, y por esa manjarosa royal bañada en el jugo escurrido desde la parte superior de la vajilla.
6. Ttoro
Restaurante Arraunlari Berri (Hondarribia). Aitor Amutxastegi & Jon Couso.
El ttoro, esa bullabesa euskaldún, sopa propia de poblaciones marineras como San Juan de Luz y Ziburu, la guarnecen en ocasiones con vieira, langostino, merluza, mejillón y bizcocho de Ezpeleta, relames la cuchara y te chupas los dedos hasta el codo.
7. Merluza en tempura con hojas guisadas de tatsoi
Restaurante Nerua (Bilbao). Josean Alija.
La merluza se presenta tierna, en buen punto de cochura, y su cobertura exhibe un crujiente estupendo. Está riquísima y trae a la mente el buñuelo más rico del mundo. Todo un ejercicio de coherencia con la manifiesta entrega del chef a los sabores puros y a la memoria, con su propósito de practicar una cocina local innovadora, una cocina de sentimientos y emociones que juega con sabores, olores, colores y texturas para lograr un resultado desconocido con un producto conocido.
8. Steak tartar sobre tuétano a la brasa
Restaurante Porrue (Bilbao). Unai Campo.
Estupenda ocurrencia la de presentar el steak tartar, sabroso y notablemente aliñado, sobre un tuétano a la brasa que se degusta también con muchas ganas.
9. Sopa de chocolate blanco y cardamomo con mango
Restaurante Club Náutico (Bilbao). Julio Heras.
A un postre hay que pedirle sabor y ligereza. Si resulta pelín digestivo, mejor que mejor.
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Muchas gracias Igor por incluir en tu propuesta uno de los platos del restaurante Aizian. ¡Encantados de ser parte de esta selección tan sabrosa!
Restaurante Aizian – Gure Sukalkintza
¡No hay de qué! Merece una calle con su nombre, ese plato.
Abrazo.