Dónde comer y beber en Londres (por Santiago Lastra)
Tardé muchos años en visitar Londres, no había nada que me llamara la atención, creí que era un lugar que visitas cuando vas a Europa, donde había pubs, rock y niebla. No me parecía un mal lugar, pero la comida y los restaurantes (que es lo que siempre me ha incitado a buscar países) no eran para mi algo relevante. Hay gente que aún describe Londres, sin conocerlo, como un lugar de mal clima, mala comida y té, y no fue hasta que vine por primera vez que me di cuenta que es todo lo contrario.
Era primavera de 2015, me encontraba haciendo un proyecto de investigación en el Nordic Food Lab, en Copenhague, en el cual me pagaban únicamente el hospedaje; para poder cubrir mis otros gastos encontré un trabajo de fin de semana, haciendo I+D para una empresa en Londres. Volaba todos los fines de semana allí, siempre a un aeropuerto diferente y alguien de diferente etnicidad me esperaba en el aeropuerto con un cartel con mi nombre y me llevaba a la cocina donde desarrollaba las recetas; de allí al hotel, de éste de vuelta a la cocina y de allí al aeropuerto. Había una magia, algo particular, una sensación que me hizo pensar que esta ciudad no era normal, que podías ser quien quisieras y como quisieras.
Después, en diciembre de 2015, me invitaron a cocinar a un restaurante que se llama Carousel, ésa fue la primera vez que tuve la oportunidad de tener un restaurante y cocinar lo que sería mi cocina. Fue un debut con casa llena y lista de espera en un país que apenas conocía, con clientes felices y divertidos, multiculturales, abiertos a lo que sea que pusieras en el plato, sin preconcepciones, clientes agradecidos por la calidad, por el cariño y la diversidad. Así fue en una semana en el barrio de Marylebone.
Pasados cuatro años, tras haber vivido y haber cocinado en 27 países (desde Dinamarca, Rusia e Italia a Taiwán, México, Turquía y Alemania), me encuentro aquí de vuelta en esta ciudad que me cautivó, en este lugar donde tuve mi primera oportunidad, que es donde he decidido abrir mi primer restaurante, a tres calles de donde se encuentra Carousel.
¿Por qué venir y dónde comer en Londres?
Porque es el único lugar en el mundo donde, aunque estés sólo un momento por primera vez, nunca te sientes un extranjero, nunca tienes la sensación de no pertenecer al lugar; pero a la vez cada persona y cada rincón es algo nuevo por descubrir. Londres es una humilde capital del mundo con una competencia brutal, que te consume si no la alimentas con trabajo y ganas de sobresalir. Pero si logras sobrevivirla, te quiere y cuida, hasta el siguiente día donde tienes que encontrar otras maneras de enamorarla.
Resulta una buena idea desayunar en Chitern Fire House, caminar por Baker Street (la calle de Sherlock Holmes) y tomar un vino en Regent’s Park (coto privado de caza de Enrique VIII en el S.XIV, desde 1838 es un parque público muy apreciado). También ir a Borough Market (un mercado que presume de sumar mil años de existencia) y tomar un café, con un par de pastas dulces y snacks, en Flor o en alguna de las grandes cafeterías de especialidad de la ciudad, como Square Mile, Workshop Coffee, Assembly o The Gentlemen Baristas; caminar por las riberas de Berdmonsey, antaño repletas de muelles y almacenas, e ir a tomar un vino en 40 Maltby Street (que también funciona muy bien para comer, brunch y cenar).
Un Uber a Bethnal Green
Un Uber a Bethnal Green para conocer la escena de jóvenes talentos enamorados de los platos pequeños, productos nacionales y vinos biodinámicos con baja intervención, como Sager + Wilde, P. Franco, The laughing heart, Wonder, regresar a Shoreditch a cenar a Brat, por una experiencia vasco- inglesa, o ir a St Jhons para comer historia del Reino Unido; o a Clove Club o Lyles por lo modern fine dinning; o a uno de mis grandes favoritos, Noble Rot, en Clerkenwell, un edificio antiguo con una carta de vinos increíble y una comida inspiradora inglesa 100% con toques modernos pero humilde, como su chef encargado, Paul Weaver.
Comida internacional en Londres
También se puede ir a cenar a rascacielos como a Duck and Waffle por un cocktail o a clubes de miembros privados como Annabels y comer exquisita comida mexicana hecha por el chef Coco Beker. El día no alcanzaría, probablemente tampoco la semana o la vida, para ir a todos los restaurantes de Londres, porque a la vez que los vas conociendo también van cambiando. En Soho, Kiln de cocina progresiva tailandesa, Breddos taquería de dueño mitad africano mitad ingles con ingredientes británicos, unos de los mejores tacos de Europa. En el centro, Trishna y Gimkana para cocina india; Hoppers para cocina de Sri Lanka; Xu para probar sabores de Taiwán; Café Murano y Locanda Locatteli para Italianos; Ikoyi, en Picadilli, para una experiencia de fine dinning modern inspirado en el este de África; en el este, Smokestak para bbq americano; Core para una buena cena en Nothing Hill; Kitchen Table, en Fritzovia, para fine dinning en un mostrador detrás de un restaurante que vende hot dogs y champagne.
En cuanto a aquellos que no tienen gran nombre o respaldo publicitario, la lista de pequeños restaurantes de ramen o comida del sureste de china es interminable en Chinatown; Koya en Soho; Quality Chop House como viaje histórico con vinos naturales; Terroirs para tomar algunos de los mejores vinos naturales en el centro; Black Axe Mangal como paraíso del hostelero, todo cocinado en un horno de pizza por un chef que sabe y mucho.
De cocktail bar en cocktail bar
Hay muchos bares y mucho cocktail bar, como Termini, con su encanto italiano; y de allí al bar de The Shard, con vista a todo Londres; Lyaness y Sea Containers en Southbank; y al final, pero no por eso menos importante, Carousel, que es el que le da oportunidad como semillero a chefs de todo el mundo de tener un restaurante en Londres por una o dos semanas, y la oportunidad, si la saben tomar, al chef y al comensal de enamorarse y crear un ladrillo más en esta ciudad de restaurantes.
(Santiago Lastra, Kol Restaurant)
Santiago Lastra es un joven chef mexicano conocido hasta ahora por su condición nómada. Comenzó su carrera profesional a los 15 años en Mor, un restaurante italiano en Cuernavaca, México, país donde trabajó con Josefina Santacruz y Federico López. Completó sus estudios en el Instituto Coronado, realizó un curso de vanguardia gastronómica en el Basque Culinary Center y trabajó en restaurantes como Mugaritz (Errenteria), Hotel Europa (Pamplona), Bror y Noma, ambos en Copenhague. Posteriormente llevó a cabo en el laboratorio nórdico (Nordic Food Lab) un trabajo de investigación llamado ‘Nixtamalización; el secreto de la tortilla’, logrando hacer tortillas con granos locales de Escandinavia.
Tras haber cocinado en no menos de 27 países, Santiago ha decidido poner fin a su vida nómada para instalarse en Londres, donde pronto abrirá el restaurante Kol, con alma mexicana e ingredientes británicos.
Muchas felicidades Santiago, no podías haber escogido un mejor lugar para tu restaurante, Londres necesita conocer y disfrutar la cocina mexicana y que mejor que un gran Cheff como tú.
La competencia es feroz allí, Edith, pero está claro que es el mejor lugar para una propuesta audaz y mestiza como la de Santiago.
Seguro que será un éxito (por favor, precios populares para quienes nos gusta disfrutar del arte de la gastronomía, pero somos nuevos pobres).
Se come muy bien en Chelsey, en la coctelería (cuyo nombre no recuerdo), en Dalwich, en Pekham Rye, en los barrios periféricos la gastronomía es exquisita, y te transporta a cualquier parte exótica del mundo. Londres es un tesoro inmenso.
Tomo buena nota de tus apuntes, Carmen.