USB – Un Señor de Bilbao Wine Store (Bilbao). Bueno, bonito y diferente
La primera vez que aterricé en la Vinoteca Un Señor de Bilbao estaba yo pensando en comer unas cocochas en el Farketa 56 cuando caí en la cuenta de que por ese precio comemos tres en el flamante USB. Es éste un local de entrada discreta, poco sugerente, casi disuasoria, mas su cambiante interior es casi fascinante. La primera vez nos llamaron la atención paredes sin terminar de pintar, cables colgando, cierto carácter industrial y profusión de elementos añejos y ajados combinados para constituir un autentico escenario de connotaciones contemporáneas vintage. La última vez creímos observar más cuadros que nunca, pero el techo seguía sin pintar y algunos enormes marcos simplemente de apoyaban en las paredes. Sin duda, es un lugar diferente. Acogedor y atractivo.
El apartado de vinos, cómo no, y el de quesos reciben una atención especial, con carta específica y varias tablas temáticas (de15 a19 euros) a la mayor gloria de la leche con bacterias: “La bella Italia”, “El pariente inglés”, “La dulce Francia”, “Viaje por Francia”… Y ya el primer día reparamos en la profusión de raciones que una pizarra anunciaba en su pequeña barra: pan tumaca (5 euros), jamón en lascas (22), carpaccio de buey (12), sobrasada con miel sobre pan tostado (10)… Probaría todas, sin excepción, pero uno es un currante, no dispone a diario de dos horas para comer y otras tantas para hacer la digestión en distendida sobremesa, y acostumbro a entregarme, con pasión, eso sí, a su plato del día. Y digo bien plato, en singular, pues su oferta es así de escueta. Aunque en las mesas aledañas señores maduros y señoras maduras (su clientela tipo) acostumbren a pedir chuletas humeantes de pinta excelente, vestidas de rojo intenso y de punto (visual) espectacular, o deslumbrantes anchoas, o…
¡Basta ya! No permitan que me atormente más. Que yo también me salto el guión y amplío la comanda. Nuestra apuesta y recomendación es clara: si se opta por el sencillo plato del día, vino incluido (9,50 euros), merece mucho la pena apuntarse también a la opción con postre (11,50) e incluso empezar la comida compartiendo uno de los entrantes de su carta. ¿Qué tal una ensalada? El menda recuerda con agrado la primera que probó, a base de nuez, tomate cherry, lechugas, perdiz escabechada, pasas y pistachos, por la que apoquinó 16,20 euros. Buen arranque, sin florituras ni desmanes. Y también tiene en mente la última, una combinación tan poco vanguardista como suculenta: lomos de bonito, finas ruedas de tomate y cebollita. Muy efectiva. «Exquisita la ensalada y sobre todo el unte», juzgó Ana Romera, añorada colaboradora de LQCDM, en un local donde para su suerte no escatiman pan. “Estupendo el de semillas», precisó mi partenaire.
El plato del día ya he dicho que es único, no hay opción de escoger. Una pena, pero varía notablemente día a día y sólo le hemos encontrado pegas una vez, cuando sirvieron un “risotto negro con begi-haundis” en ración escasa y un poco apelmazado. Se echó en falta más cantidad y grano más tieso. «Está un poco pasadito. No es un puré, pero tiene que estar más suelto. Le doy un 4,5, eh, un 4,5 sobre 10», razonó y valoró en su momento Aitorsky, quien cuenta el arroz entre sus platos preferidos.
Otras veces hemos comido notables lentejas con caza, rico y abundante bacalao, y unos espaguetis a la boloñesa también abundantes y nada pesados de los que Ana alabó tanto la carne como el gratinado.
El menú incluye el vino, jarrita individual o botella para dos. Normalmente Coto de Hayas Roble, un modesto y honesto Campo de Borja, de Bodegas Aragonesas, a base de tempranillo y cabernet sauvignon, digno de mención. ¿Y los postres? Queso, fruta o dulce. Estarás de suerte si ese día incluyen en el menú la panchineta, sobre caudaloso lago de natilla, esperemos que te pongan más queso manchego y más nuez que a nosotros, y tampoco es mala opción la tarta tatin (de manzana), con la que el atractivo no se agota en la cuidada presentación.
Resumiendo, que el sitio es diferente y muy bonito, que también se come bien y que, a falta de tiempo, la cosa es tomarse el plato del día con postre, después de compartir una propuesta de su carta. Si no importa que la cuenta se acerque a los 20 euros, por cabeza. Prueben a visitarlo, no se corten.
(le gusta esta vinoteca a igor cubillo)
Indautxu, 8/10, bajo; Bilbao (Bizkaia)
94 424 51 94
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
El pasado viernes, estuve en el nuevo y recien abierto restaurante Un Señor de Bilbao. La comida, esquisita, con una gran variedad de platos, pero LO MEJOR DE TODO, EL PAN. Nunca había comido un pan tan esquisito. Le pregunté al camarero. Éste, consultó en cocina y me dijo que era de una casa catalana. Creo que se llama Bellsolà (he consultado en internet).
Recomiendo este sitio a todo aquél que quiera disfrutar de una BUENA COMIDA y de un BUEN PAN. El precio, aceptable.
yo me he quedado con ganas de hacer una mesa redonda y probar un poco de todo, aunque el tet a tet con vos resultó excelente, of course… ¿engañaremos a 6 u 8 comensales más?
Me parece una gran idea. Lo intentamos, ¿OK? La última vez probé el pulpo y estaba estupendo. El punto del cefalópodo, el unte… todo.