V Centenario de la Feria de Ordizia
Lloraba aún Juana la Loca la muerte del hermoso Felipe, cuando un 18 de marzo de hace hoy 500 años proclamó la facultad de la antaño “Villafranca” de celebrar cada miércoles su mercado tradicional. Necesitaba recuperar el esplendor de un enclave estratégico que aportaba notables ingresos a la arcas de la reina castellana por el mercadeo en sus calles, y que se vio entonces frustrado a causa del incendio que asoló la villa goierritarra.
Al amparo del Txindoki, la urbe cobija en su Plaza Mayor, y flanqueados por solemnes columnas, hasta a 120 productores que se dan cita con puntualidad británica cuatro veces al mes. Además del festín semanal con productos de temporada, Ordizia celebra ferias extraordinarias que reúnen a la ‘crème de la crème’ de la cocina vasca, como el concurso de quesos de Fiesta Vasca (septiembre), que tanta expectación despierta, o la populosa cita en Navidad.
Cinco siglos después, la Feria de Ordizia se ha proclamado referente gastronómico guipuzcoano. Algo me hace pensar que la tercera hija de los reyes católicos estaba mucho más cuerda de lo que nos han hecho creer…
(Uve)
Es de números y tiene un secreto para conservar su línea. Sus amigos se preguntan por la clase de alimento, Uve sonríe coqueta y se guarda su secreto. Aporta el #mistery a Lo Que Coma Don Manuel. Amiga del anonimato, viste de negro, escucha a Roy Orbison para alegrarse, le parece que Iván Ferreiro grita, estudió en colegio de monjas, le chiflan las ostras, ofrece cerveza a los gremios y trajo el TeleMadre a Euskadi. Siempre de aquí para allá, pasa la noche mirando la Luna, esperando que pase un cometa o baje un platillo volante. Lo normal, al conocerle, es preguntarle: “de qué planeta viniste?”.
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