Bienvenidos a La Vecchia Roma (Dénia)
¡Ay, que nos derriban San Mamés! Más de un aficionado se instalaría el arco de La Catedral en el jardín de casa, si fuera un marajá de esos. O pondría una réplica del mismo a la entrada de su negocio, en la fachada; más chulo que un ocho. Eso han hecho para aplacar la morriña, o simplemente para ambientar la cosa, los responsables de La Vecchia Roma, restaurante italiano ubicado en el número 31 de la Calle la Mar de Dénia. Bueno, obviamente ellos no han recurrido a la iconografía forofogoitia; en su caso, la nostalgia la mitigan colocando sobre una puerta una réplica del Coliseo romano, el anfiteatro donde se celebraban luchas de gladiadores, naumaquia, ejecuciones y otros «espectáculos» públicos.
Plano general de Roma.
No hemos probado sus pizzas (uno no va a la cuna de la gamba roja para eso, convendrán), ni otras muestras de «cocina basada en las recetas tradicionales italianas» que pueblan su carta, según aseguran en una web que recibe al visitante al son de la ‘Vecchia Roma’ de Lando Fiorini. Es más, confieso que regresaré a Dénia y volveré a pasar de largo, en busca de gambas, un buen arroz o la imaginación de Miquel Ruiz. Pero miraré con simpatía su atrezzo, esa especie de maqueta que me trae a la memoria los plastazos que se dieron Bruce Lee y Chuck Norris en la peli ‘Way of the dragon’.
(prefiere la gamba roja a la pizza, Cuchillo)
* Lo Que Coma Don Manuel destaca en la sección Bienvenidos aquellos ornatos, muñecos, carteles, dibujos y otras decoraciones singulares que, con cierta gracia, nos dan la bienvenida a restaurantes, bares, bistrós, tabernas, chigres, sidrerías, tascas y demás locales hosteleros que tanto nos gusta visitar *
Es el pequeño de los Cubillo Brothers. Nació en 1991, en el mismo Bilbao, es más de salado que de dulce y acostumbra a disociar, con lo cual cambia de apariencia física con frecuencia. Como Robert de Niro antes de rodar Toro Salvaje, pero a lo tonto, por la cara. Él es más de toro tataki. Aprendió pronto que Dow Jones no es un cantante, le incomoda la fama de criticón, pues siempre ha sentido simpatía por el débil, y una máxima guía su proceder: «más vale que zozobre, que no que zofarte…». Católico practicante, que no celebrante, en su bautizo el párroco ofició vestido de Elvis, cantó himnos y salmos, y entonó el ‘Burning Love’. Vio la luz el día que se fotografió con Ferran Adrià y el de L’Hospitalet de Llobregat le puso una mano sobre el hombro al tiempo que decía: «Cuchillo, la gastronomía es el nuevo rock and roll». Amén.
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