Beethoven I (Haro). Honestidad, sencillez y excelente RCP
(+25 rating, 5 votes)Cargando... El filósofo Andre Comte-Sponville sostiene la idoneidad de abrazar la feliz desesperanza, de preferir la vida tal cual es antes de esperar otra mejor, más de nuestro gusto, sea después de la muerte o en este mundo. No obstante, yo no me resigno, me aferro a la tesis freudiana de que una ilusión no es necesariamente un error y no pierdo la esperanza de protagonizar un día un triple salto mortal que me catapulte, partiendo de la nada, a las más altas cotas de la insignificancia. Y mi fe se sostiene, entre hilvanes, en pequeños detalles como el acaecido hace unas semanas a mi salida del II Foro de Comunicación Enoturística, celebrado en Laguardia, del que salí pitando con ánimo de compartir mesa y mantel con una fuente de total confianza. Ya en ruta, una llamada de teléfono bastó para confirmar que se caía el plan, así que decidí tomar el desvío a Baños de Ebro, con la esperanza de toparme en el recorrido con las instalaciones de Artuke, una bodega que me ha seducido con caldos como Finca de los Locos y Pies Negros, cargados de aromas, sabores, historias, remembranzas y sentimientos. ¿Quieren saber qué sucedió? Me perdí entre viñedos. Eme. Una calle sin salida me indicó que era el momento de renunciar a osadías y decidí comer en Llodio, en Balintxarreketa, un caserío anotado en mi particular agenda azul por recomendación de algún familiar. Pues bien, les contaré qué aconteció: pasado Haro, retención kilométrica. Llevaba más de 40 minutos con el motor parado y, salvo aquellos vehículos que decidían dar marcha atrás, en busca de una alternativa, nadie ocupaba el carril contrario, hasta que una patrulla de la Ertzaintza me comunicó que me quedaban, lo menos, otros 30 minutos de atasco. Qué asco. Adiós al plan de Llodio. Vistazo a la lista de restaurantes riojanos pendientes: ¿Venta de Molcalvillo, en Daroca de Rioja? Demasiado lejos. ¿Sopitas, en Arnedo? Ya ha salido en LQCDM, esta weg. ¿Tierra, en Entrena? Demasiado...
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