Andra Mari (Galdakao). Un clásico en forma
(+33 rating, 7 votes)Cargando... Es todo un privilegio ser considerado un clásico, siempre que la púrpura no te ciegue y su peso te encorve, hasta el punto de anquilosarte y terminar convertido en un dinosaurio. Es común toparse con negocios que se duermen, que crían fama, suben precios y se echan a dormir, pero éste no es el caso de Andra Mari, un verdadero clásico de la gastronomía vasca que está totalmente en forma. Porque lo ratifica año tras año la venerada Guía Michelin, que mantiene su estrella desde hace tiempo, y porque lo he comprobado yo mismo. Y a mí eso me vale más que los caprichos de la guía roja. Qué pasa. No soy el primero que escribe las bondades del restorán vizcaíno, pues se ubica junto a la iglesia de Andra Mari, de estilo románico-gótico (con elementos de reconstrucción renacentistas), desde 1964. Ese año lo pusieron en marcha los hermanos Patxi, Dominga y Juan Cruz Asúa (hoy lo regenta Roberto, hijo de Patxi), y en 1976 el edificio, con fachada blanca y lisa en origen, adoptó su actual aspecto, acicalado con restos de caseríos demolidos. El fino parcheo ha embellecido una estructura cuyas estancias están bien surtidas de madera de roble, tallada con azuela; de hecho, en su bodega alberga el tronco de un viejo roble, el de las mentiras, a cuyo pie la gente del lugar exageraba sus posesiones en animadas conversaciones que tenían lugar antes de entrar a misa. Conocer su historia hace más interesante cada visita. Yo, en mi penúltima, pude caer en la tentación de probar las recetas más caras de su carta, que son ensalada de bogavante con frutas y verduras (29 euros); rodaballo con pil-pil de cítricos y fondo de vainas (29); y centro de entrecot con guarnición de pimientos y patata panadera (28); pero decidí apostar por la fórmula ‘económica’, el Menú Tradicional Elexalde, que ofrece cinco platos y postre por 42 euros (sin bodega). Comí rebién y tranquilicé mi ánimo observando el verdor...
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