Prueba la Heroína, te gustará
Los italianos lo tienen claro. ¿Por qué los españoles, tradicionalmente, no han sabido cultivar su prestigio como elaboradores y vender muchísimo más aceite? Porque se han empeñado en despachar el oro líquido en botellas «de lejía». Así piensan quienes pueblan la bota de Europa, que, de hecho, se han aprovechado de esa debilidad y se han lucrado al comprar a granel nuestro aceite (y el de Marruecos, y el de Grecia) para embotellarlo y venderlo, posteriormente, en vistosos recipientes. Como si fuera suyo. Made in Italy. Qué vivos. Qué jetas.
No obstante, no todo está perdido. Antes sólo nos fijábamos en la acidez (cuestión de marketing), pero la cultura del aceite está, por fin, calando y cada vez más consumidores nos preocupamos por la procedencia del mismo, por el cultivo, las características del terreno, el tipo de aceituna empleado, el sabor, el aroma (aunque sólo sepamos decir si huele, o no, a tomatera), y también, claro está, por su imagen. Los productores son conscientes de ello y empiezan a tener en cuenta el diseño en sus planificaciones. Bien. Es notorio el caso de Castillo de Canena, que cada año encarga la ‘vestimenta’ de su edición Primer Día de Cosecha a una celebridad. La de 2014 la firma el modisto Roberto Verino, la de 2013 el piloto Fernando Alonso, la de 2012 el cantante Alejandro Sanz… Aunque a mí me gustan más las de Heroína, que ceden el protagonismo a supermujeres, bellísimas y aladas, a quienes sentaría mejor un liguero que una capa de ‘supermana’. Una estética premeditadamente vintage y ciertamente efectiva. «Yo también quiero tener alas», dijo mi hija de 9 años cuando las vio. ¡Anda, y yo!
Heroína es un proyecto impulsado por la malagueña Lola Chicón y el holandés Ángelo Tjhie, dos emprendedores que apuestan por transformar en aceite de oliva virgen extra el fruto de un olivar plantado hace décadas por el padre de Lola, a los pies de la Sierra del Torcal (Málaga), a 600 metros de altitud, en parcelas franco-arcillosas de gran pendiente. Sólo cultivan la variedad hojiblanca y para obtener medio litro de zumo aseguran precisar aproximadamente 1.000 aceitunas que dicen recoger a mano, en cosecha temprana, aún verdes, en envero, y prensar en frío el mismo día.
Tamaño esfuerzo precisa una presentación a la altura, no una botella de lejía. Así, el AOVE se sirve envuelto en un packaging vistoso, espectacular diría, de cartón kraft ecológico y «made in Spain». Las referidas etiquetas son de papel de fibra de algodón de 140 gramos y extraña que las botellas sean transparentes, cuando la luz es enemiga declarada del aceite, pero han primado el interés en buscar un parecido con las antiguas frascas de farmacia y el deseo de dejar a la vista su contenido, sus seductores colores. «Para que no tengas dudas de lo que hay en el interior», sostienen sus responsables.
Con dichas premisas, y el ánimo declarado de atrapar el aroma de Andalucía, Heroína comercializa tres aceites: Hojiblanca (10 euros, 1/2 litro), Hojiblanca ecológico (12) y Hojiblanca perdigón (12). El primero lo recomiendan para aderezar ensaladas, gazpachos, asados, guisos y repostería, mientras que el ecológico lo señalan ideal para regar unos tomates o ponerlo en tostadas. La catalogación de «ecológico» la recibe por ceñirse a las exigencias de rigor: no utilizan ningún componente químico, ningún producto fitosanitario químico de síntesis, ni abonos químicos, en el cultivo de los olivos, y se muele en una almazara autorizada.
Mi debilidad es el más bravo de los tres, el realizado con perdigón, aquel fruto destinado a aceituna de mesa que es desechado por no tener el tamaño mínimo exigido. Lola y Ángelo dan una segunda oportunidad a ese desecho de bajo rendimiento (son precisos 10 kilos para obtener un litro) y logran un aceite de oliva virgen extra de marcado carácter propio, con mucha personalidad. Huele a verdor y luce un singular color verde oscuro, a lo cual ayuda, a buen seguro, que la molturación se realice sin filtrar. Su envidiable densidad hace de cada untada una experiencia gozosa y envuelve un buen sabor y también un postgusto picante que anima a dar un trago al vino de rigor y a no pasarse de la raya. Con el aceite. Pica en la lengua, no sólo en la garganta, y la casa anima a utilizarlo en un carpaccio de champiñones, con carne de buey o una buena ensalada templada. Me ha encantado.
Así, queda la impresión de que el diseño no es una estrategia para simplemente engatusar, para hacer atractivo un producto fútil, pues el suyo, el de Chicón y Tjhie, el de sus heroínas, se antoja notable. Más bien parece un complemento que no desentona con sus propiedades organolépticas. ¡Suerte!
(ha probado la Heroína y le ha gustado, Igor Cubillo)
– El brillo metalizado del envés de las hojas da su nombre a la aceituna hojiblanca, también conocida en algunas zonas como lucentino.
– Su sabor es más dulce que el de otras variedades. En su descripción sensorial destaca el frutado y ligero sabor a banana y a almendra. Con aromas a hierbas frescas y ligero amargor a fruta verde.
– Esta variedad se da, sobre todo, en Andalucía, especialmente en Sevilla, Córdoba y zona norte de Málaga, y supone alrededor del 16% del olivar andaluz.
– Es resistente a suelos calizos y a la sequía.
– No muchos la plantan, debido a su bajo rendimiento. Éste puede oscilar entre el 15% y el 19%, únicamente. Esta aceituna también es difícil de cosechar, ya que es muy complicado desprender el fruto de las ramas.
– El aceite producido por la variedad hojiblanca tiene una excelente relación de ácido oleico (-75 %), ácido linoleico (-7 %) y posee una baja cantidad de ácidos grasos, lo que lo convierte en ideal para personas que están a dieta.
– Su contenido en vitamina E es muy alto y el de polifenoles totales es medio, lo que proporciona suavidad y dulzor.
* fuente: heroinavirgenextra.com *
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Hola Igor. En casa nadie se esperaba que dentro de esa caja tan bonita hubiera una botella de aceite. Ni que tuviera ese nombre. Ni el precioso diseño de su etiqueta. Vintage, comentaron.
Somos fans del AOVE, y éste que probamos, el Ecológico no defraudó. Estaba bueno, aunque no picaba como la variedad que tú mencionas. Más rico cuando lo acompañamos de mejor pan, el segundo día. O sobre unas sencillas endivias.
Me pidieron que leyera primero tu crítica, y repetimos la cata. «Sabroso, denso, amarillo-verdoso y de sabor potente». Gustaron mucho. El aceite y el artículo. MerÇi.
Muchísimas gracias a ti, Virginia, por el comentario, por hacernos partícipes de vuestra opinión.
Me alegra que os haya gustado el AOVE, tanto el contenido como el continente.
El buen pan con buen aceite, es ya todo un manjar.
Abrazo grande.