Asador Indusi (Bilbao). Lo de toda la vida
Por la calle del desengaño mi malegría ahogaré dentro de un vasito de jerez… Ya atisbamos el final de 2020, annus horribilis, y es momento de desempolvar besos de jerez y malegría, esa tristeza inexplicable que se cura con la risa, el término acuñado por Óscar Tramor para promulgar la defensa de la alegría por encima de las lágrimas. Y es que resulta imposible no admitir que, aun en condiciones tan cicateras como las impuestas a nuestros hosteleros, es precisamente eso, una tremenda alegría, volver a tomar asiento y celebrar la vida en sus bares y restaurantes.
El lunes tocó disfrutar con la oferta tradicional del asador Indusi, ya un clásico de Bilbao, desde 1982 una opción nada desdeñable en el centro de la villa cuando se quiere comer lo de toda la vida, cosas ricas, sencillas y tan reconocibles que resultan familiares, parte de nuestra idiosincrasia. Esto es, lo mismo unas mollejas de cordero que merluza a la koxkera, tanto gambas a la plancha como callos y morros en salsa vizcaína. ¿Fuera de carta? Almejas, txangurro gratinado al horno, morcilla de puerro, rabo «de buey» al vino tinto, cogote de merluza para dos o tres personas, rodaballo para cinco…
Aunque tienen buena prensa sus croquetas de jamón y hongos («su bechamel, de una fluidez envidiable, tiene un sabor tan potente que puede hablar de tú a tú a los txuletones que dan fama a la casa», dejó recientemente escrito la compañera Maite Bartolomé), en nuestro caso abrimos apetito con unas rodajas de chorizo poco curado al tiempo que descorchamos la primera botella de Roda I, añada 2012, un reserva de Rioja infalible, capaz de poner de acuerdo a clásicos y contemporáneos. A continuación se fueron sucediendo, entre risas, brindis, anécdotas y barcos, que para algo arriman buen pan de Crosta, la rozagante ensaladilla rusa coronada con huevo rayado y langostino, finas anchoas en salazón bañadas en aceite y unos caracoles bien provistos de chacina que no pueden faltar en estas fechas, cuando la Navidad ya nos atropella y, palillo en mano, vale incluso más lo emocional que lo racional. A mí me gustan más bravos, tolero, valoro y gozo el picante, pero hay que entender la mesura tratándose de un establecimiento público.
De remate, con sensación de ligereza al medir cantidades, medio rodaballo con patata panadera pelín tiesa del que disfruté especialmente recortes y cabeza, que por algo se han reservado siempre para los mayores de la casa. Además, más tinto jarrero, tanto Roda I como Viña Tondonia reserva 2007, y con cuchillo envejecido una txuleta de vacuno hecha lo justo bajo su costra tiznada, bien infiltrada y escoltada por papas fritas. Sin sabor desaforado y satisfactoria incluso sin conocer ‘la matrícula’, pues no la preguntamos. Sota, caballo y rey, dirá alguno, pero no por conocida deja de ser la exhibida una mano ganadora.
A gusto, en suma, en casa de Bene y de sus hijos, los hermanos Aritz Eder y Gorka Petralanda, que toma su nombre del barrio de Dima donde nació Benedicto. Taberna con fundamento y uno de los pocos restaurantes que puedes recomendar, además, un domingo noche en la capital vizcaína. Cuando les dejan abrir, claro está. Que la cosa pasa ya de castaño oscuro, señoras y señores.
web de Asador Indusi
ver ubicación
Maestro García Rivero, 7; Bilbao (Bizkaia maitea)
+34 94 427 08 00
«Me gusta ir al Indusi porque me encuentro con la cuadrilla, con amigos. Cuando ando liado un domingo para mí es un pequeño oasis, pues puedo cenar a gusto, comer una buena txuleta, beber un buen vino, encontrarme con gente y charlar, relajarme. La chuleta siempre está buena, igual que sucede en Txakoli Simón. Nunca he comido allí una mala, tienen regularidad».
Josean Alija en Guía Repsol
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Comenta, que algo queda