Bar Xibero (Errenteria). Esas hamburguesas, algo tienen
Me gusta el Xibero. Algo tiene. No es comodidad, pues el lugar es estrecho y resulta complicado hacerse un sitio en sus pocas y pequeñas mesas. Pero algo tiene, pues cuando caigo en Errenteria (aka Rentería) es habitual que termine allí, cerca del río Oiartzun, a un paso de la Iglesia de la Asunción y de la Casa Consistorial, comiendo una de sus hamburguesas. Acodado en su barra, viendo cómo el personal se afana, al otro lado, con rictus serio y sin concesiones al despiste, en preparar también sandwiches (mixto, cubano, vegetal con setas, pimiento verde y queso…), ensaladas, revueltos (de setas y champis con roquefort, jamón o gambas), un montón de bocatas con buena pinta y platos combinados. De espaldas a la parroquia, donde otros sitúan botellas y cristalería. A la vista, casi al alcance de la mano.
Algo tiene, y tampoco son complementos pistonudos. Al menos, yo no he tenido suerte con ellos. Las patatas fritas (3,75 euros), congeladas, totalmente prescindibles. Los aros de cebolla (3,75), sosos sosos. Sosos. Los pinchos morunos (2), de cerdo y sin alma. Me queda por probar rabas, croquetas de jamón, ensaladilla rusa, chipirones a la plancha y nuggets de pollo. Igual hay más suerte. O más tino.
Quizá sea la música, pues allí he escuchado Van Morrison, Norah Jones, jazz fácil, surf… Canciones que mejoran la experiencia, desde el plano auditivo y también digestivo. Otros sonidos se me atragantan. Cuando en un refectorio suena reguetón, por ejemplo, me levanto de la mesa, si la comanda no está lanzada, o llamo a la policía, si ya estoy comiendo. Buenas noches, agente, ¿me pone con la brigada antiterrorista instrumental, por favor? Es urgente, me estoy atragantando.
Algo tiene Xibero, efectivamente. Y, no se engañen, serán esas hamburguesas que despachan a toda mecha. Son bien grandes y el pan es tipo bollo, familiar de aquel de molde, con sésamo; una pena. Este pan, tan extendido en Gipuzkoa, aporta volumen y facilita la masticación, sí, pero es más graso, en busca de mayor esponjosidad, y mitiga sabores. Y si uno descuida la referida masticación, no lo olviden, puede acarrear pesadez de estómago. No obstante, sin aportar realce alguno, en este caso no arruina ese nosequé que tiene comer una de sus seis burgers; porque no hay más. Una acompaña la carne sólo con queso (4,50 euros). Otra, con huevo. La tercera sencilla, con champis. La cuarta, con cebolla. La vegetal (5), clásica, con lechuga, tomate y cebolla. Y la Xibero (6), estrella de la casa, se sirve repleta de lechuga, tomate, cebolla pochada, queso, huevo a la plancha y bacon; bien contundente.
Ojo, aquí no hay turistas. El local, al menos el sábado noche, se pone de bote en bote, con sus tres pequeñas mesas (dos de ellas minúsculas), un barril y toooda la barra ocupada por gente del pueblo entregada al levantamiento de vidrio y al noble arte de menear el bigote. Y ésa, casi siempre, es prueba infalible de que un negocio destaca por algún motivo frente a su competencia. De que algo tiene. Llevo un rato diciéndolo.
(Igor Cubillo)
Erdiko Kalea, 10; 20100 Errenteria (Gipuzkoa)
943 52 58 44
Ración de aros de cebolla, de bar Xibero (foto: Cuchillo)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Que tendrá la princesa……
Qué bien traído, Carlos.
Entre la cirrosis y la sobredosis andas siempre, muñeca…
Iba de princesas, no?
Gracias por tu comentario.