Garua (Hondarribia). Apuesta por el buen pan
Mañanas de letras y buenas migas. Qué delicia contar para el desayuno con el surtido de productos de Garua (así llaman al sirimiri en Perú), obrador y despacho de panadería y repostería artesanas con base en la bella Hondarribia, a dos pasos de mi château en Iparralde, desde hace tres años. Ayer, distintos panes que casi hablan, como los posados por Gabriela Mistral en esa mesa tendida en blancura quieta de nata, tres hogazas con nombre propio para jugar con gustos, intensidades y fragancias de lo más sugerentes: Txuria, de trigo; Osoa, de trigo integral; y un tercero de espelta 100% que me encanta, con el fondo de cacao que percibo cuando lo olfateo con curiosidad y encandilamiento. Todos elaborados con harinas ecológicas molidas a la piedra, masa madre de cultivo y la paciencia que exigen largas fermentaciones.
«Gracias a este proceso se consigue un pan más fácil de digerir sin perder ninguno de sus beneficios nutricionales. Y, además, un pan elaborado respetando los tiempos de fermentación consigue una mayor durabilidad, conservándose durante más tiempo», proclaman sus responsables.
Y como no sólo de pan vive el ser humano, de capricho, pastel vasco con masa de almendra y rebosante de crema de marcado carácter cítrico, una singularidad que lo aleja del clasicismo; impecable brownie con gruesas nueces; galletas surtidas (a mí me han tocado de chocolate y de avena y coco); y unos alfajorcitos exultantes de mantequilla y rellenos de dulce de leche, un bocado fabuloso, pecado venial, para el café o té vespertino. Menos mal que me quedó alguno para la tarde…
El fin de semana es cuando Garua da el do de pecho, elaborando más pasteles, tartas y especialidades como Zekalea, Zekalea 60/40 (un pan que une, en esas proporciones, harinas de centeno y de trigo) y pan de molde multicereal, aunque a diario ofrecen también pastelería sin harina ni azúcar. Cuentan con cafetería en el barrio de Sokoa, elaboran yogures caseros con acidez, leche fresca y fermento búlgaro, y me encanta la sinceridad que desprenden cuando se refieren, por ejemplo, al «cruffin» que rellenan de crema pastelera: «algunos tienen estás buenas ideas de meter una masa de croissant en un molde de muffin y se inventan el cruffin. Las buenas ideas se tienen que copiar para que todos las disfrutemos», reconocen con naturalidad.
Digno de elogio el esfuerzo de Estitxu Elizasu, la peruana Mariana Salomón y Sandra Guillén, que así se llaman las tres entusiastas emprendedoras (hasta hace poco empleadas del mundo audiovisual y la informática) por colmar nuestras expectativas sin regatear tiempo, otro ingrediente principal de su tentador trabajo. Ese tiempo que otros dejan abandonado porque les sobra o no saben qué hacer con él, ése que Benedetti necesitaba para chapotear unas horas en la vida, para investigar por qué estaba triste y acostumbrarse a su esqueleto antiguo.
Donostia Kalea, 25; 20280 Hondarribia (Gipuzkoa)
+34 943 538 408
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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