La Chuleta Sin Espina (Bilbao). Lo servido no satisface lo pagado
Con el euro nos la metieron doblada. No sé cual es el origen de tal expresión, pero el lenguaje coloquial lo domino un poco y sé que viene a cuento. Recuerdo que nos dijeron que la nueva moneda no iba a traer un alza de los precios, y ha resultado una mentira de campeonato, o al menos un pronóstico erróneo. Por lo que hoy compras un piso sin ascensor en mi deteriorado barrio, en 1998 adquirías un rancho. Entonces con 5.000 pesetas en el bolsillo eras el rey del bugalú, y hoy rara es la comida que no sale por más de 10.000. Por comensal. ¿Comemos el doble mejor? Ni de palo (ya les advertí de que manejo el lenguaje coloquial).
El enésimo ejemplo de desembolso exagerado lo viví recientemente en La Chuleta Sin Espina, un lugar de reciente asentamiento junto a la ría del Nervión, cerca de la deslizante pasarela Zubizuri ideada por Santiago Calatrava. Pese a que en su web se anuncia como un templo de “cocina tradicional vasca para todos los bolsillos (…) ya que La Chuleta Sin Espina podemos degustar tanto un excepcional besugo como saborear unas sabrosas sardinas”. Todo con el sello de Carlos Juarrero, que es quien comanda los fogones.
De partida, la entrada es diferente. No negaré que el diseño de fachada es original, que tiene gracia su logotipo, y nada más entrar te encuentras con una exhibición del genero, una iniciativa agradecida mas no espectacular. El interiorismo también es acertado, pero el servicio no es ninguna maravilla. Y el referido género tampoco parece la repanocha.
Nosotros pedimos almejas, presentadas sobre gran lago de aceite y con quizá demasiado ajo. Nada sobresaliente, como se presupone a una ración tasada en 24 euros, creo recordar, cuando justo superaba la docena de unidades. Ahí añoré las enormes almejas que comí en el Kate Zaharra, un restaurante mucho mejor que esta Chuleta y, sorprendentemente, poco más caro. Luego solicitamos una intrascendente ración de pulpo y la inevitable chuleta, que estaba bien, sin más. “¿Dónde la preparan mejor, listillo?”, pensará el lector más echao p’alante. En muchos sitios: Oteiza, Casa Rufo, La Gabarra…
¿Y quieren que les cuente lo más indignante? Pedimos que la carne la sirvieran acompañada de un poco de lechuga y cebolla, por aquello de desengrasar. Pues bien, resulta que nos cobraron 8 euros (¡¡ocho!!) por el platito. Suficiente para comprar más de una docena de lechugas del país, oiga. O no menos de 30 cebollas. ¿Qué me dicen, nos la metieron doblada, sí o no?
Ah, lo regamos todo con una botella de Portia, un ribera de 2005 a base de tinta del país, sumamos piña natural y arroz con leche, y la broma, lo dicho, salió bastante más de 120 euros. Creo que incluso más de 130. Si otro día nos dejamos caer nuevamente por allí, tengo claro que haremos una elección más modesta, más de batalla, sobre el papel. Quién sabe si esas referidas sardinas… Mientras tanto, seguiré pensando que en La Chuleta Sin Espina lo servido no satisface lo pagado.
(Igor Cubillo)
web del restaurante
Paseo Uribitarte, 14; 48001 Bilbao (Bizkaia)
94 407 94 46
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
A ver si nuestras opiniones son coincidentes, Blackie.
Abrazo.
Donde dije digo…. ya te contaré!
Apuntado queda para NO ir! Al menos el servicio seria amable, no? disfrutad de las vacaciones, un beso!
TBC27