Hamburguesería Deluxe (Bilbao). ¿Kaka de luxe o hamburguesas de lujo?
Voy a escribir esta reseña desde dos puntos de vista, dos opiniones totalmente diferentes: la mía, la que calificaría a la hamburguesería Deluxe (tanto la de la calle Henao, como la de Jardines de Gernika) como «Kaka de luxe», y la de mi hijo, ese personaje voraz e insaciable que disfruta de este tipo de sitios.
Empecemos por mi crítica: una comida de fin de semana compuesta por una gigantesca hamburguesa acompañada por un plato de patatas fritas con mayonesa y ketchup… Y cuando digo gigantesca no me refiero a una hamburguesa para compartir dos personas, no; de esta podían comer cuatro, ocho o diez, como fue el caso. Creo recordar que el nombre era Catedral Deluxe.
Lechuga, tomate, huevo, cebolla, bacón, queso, mayonesa, carne y pan pan, todo en cantidades industriales. Ni que decir tiene que aquello es imposible meterlo en la boca, salvo que seas un bocazas, por lo que lo más correcto es compartirla partiéndola previamente en cuatro, seis u ocho pedazotes. Hasta aquí todo muy bien, todo muy de Bilbao, todo exagerado. Lo que ya no me agradó tanto fue que, cuando realmente te pones a analizar lo que estás comiendo, llegas a la conclusión de que todo es envoltorio; quiero decir, lo que te ponen encima de la mesa, lo que te deslumbra, es un trozo de pan gigantesco relleno de un conglomerado de ingredientes a elegir, pero no es ni mas ni menos que eso: pan y un pedazo de carne. En este caso, según nos dijeron, 4 kilos. Un poco exagerado ya me pareció…
Pero, ¿y la calidad? Porque lo demás entra por los ojos, la boca saliva al primer vistazo, pero yo me esperaba algo de mas calidad. Una hamburguesa por la que te cobran cerca de 70 euros, por mucho que sea a repartir entre unos cuantos, debería llevar dentro ternera de la mejor calidad, picada con esmero; cebolla pochada o frita, pero en su punto correcto, no a granel; huevo frito, frito, no vuelta y vuelta en la plancha que lo deja seco como una zapatilla. Quizás me estoy volviendo muy exigente, o no me di cuenta de dónde estaba, una hamburguesería al fin y al cabo, pero me esperaba más.
Y pasamos a la segunda versión, una radicalmente opuesta, la de un niño de poco más de siete años, y que se puede resumir con sus primeras palabras (por las que, por cierto, se llevó una pequeña reprimenda: “Joder, qué hamburguesa”. Y es que, efectivamente, si conseguimos desinhibirnos de todo lo referente a la calidad de los ingredientes, ésa es la primera impresión que te llevas, es una pedazo de hamburguesa, la mires por donde la mires. Todo en ella es excesivo: cantidades, tamaño, tiempo que necesitas para comerla… El pequeño de la casa continua con sus exclamaciones: «¡Qué pasada, aita! ¿Como éstas te comías tú antes para estar tan gordo como estabas?» (segundo error por su parte). Pero no estaba falto de razón, esta hamburguesa es también excelsa en calorías. Desde luego si, como mi hijo, eres un fan de las hamburguesas (por cierto, también tienen tamaño industrial bocadillos, pizzas, etcétera) y lo que quieres es ponerte hasta las trancas, te lo defino con el siguiente adjetivo (por el que el enano se llevó la tercera reprimenda): “Cojonuda”.
(el tal iván)
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
al principio estaban buenas, luego bajaron terriblemente la calidad, saben mal!!!!
Yo he estado en las dos unas cuantas veces y he salido contento, igual el día que fuiste no acertaron, pero a mí me ha gustado y suelo pasar mucho.
Cada vez que vamos nos gastamos como mucho 10€ por persona, lo que me parece más que razonable calidad precio.
Las Pizzas le flipan a mi novia y a mi la hamburguesa me paerece que esta muy buena y con pan pan.
Si que hemos tenido que esperar en muchas ocasiones, pero por lo demás a mí y a mi novia nos gusta mucho.
No me parece correcto decir algo asi que es una KAKA de algo que solo has ido una vez. creo que para hablar tan mal de alguien hay que conocerlo mejor.
A mi me gusta y os animo a pasar otra vez, pero respeto lo que piese el resto, solo faltaba….
Saludos
Nunca he ido, pero se me han quitado las ganas después de leer esto.. Uf!
La verdad es que las hamburguesas estan bien de sabor pero tienes toda la razón en reclamar la calidad que se le supone a un precio así.
Por otro lado lo peor es quedarse a comer allí, la música es completamente insoportable. He estado en las dos y te revuelve el estómago y sales con dolor de cabeza. Una pena.
jajajajaja apoyo la propuesta de Perro Labrador! Y si hace falta, luego yo me lo llevo de excursión a algún sitio divertido para que los papás disfruten de la sobremesa! 🙂
¿para cuándo un post escrito íntegramente por el tierno infante? no cabe duda que con ese desparpajo que se gasta el blog ganaría muchos enteros