Agustín Torelló Mata es ahora Celler Kripta
– Hola, te llamo de Agustí Torelló.
– ¿El de Kripta?
– Sí, sí, el de Kripta.
Se antoja lógica, necesaria y atinada la decisión de la bodega Agustí Torelló Mata, que desde año adopta el nombre comercial de Celler Kripta, para diferenciarse de los demás Torellós del ramo (AT Roca, Torelló Viticultors…) y ligar aún más su imagen a las bondades de su producto estrella, Kripta, ese cava excepcional elaborado por primera vez en 1978.
Me enteré de la noticia, con tres meses de retraso, merced a una cata celebrada la pasada semana en El Rincón del Vino, enoteca de referencia en Bilbao (Bizkaia maitea). Gorka García tuvo a bien convocarme y allí me planté dispuesto a libar Franc 2019, Icònic 2017, Barrica 2018, Singular / Màgnum 2018, CS 2015 y, por supuesto, Kripta 2016. Seis referencias de una bodega familiar con sede en Sant Sadurní d’Anoia que ya va por la tercera generación y elabora más de 500.000 botellas de cava de guarda superior (y más de 100.000 de vino tranquilo bajo la DO Penedès) a partir de la producción de 100 hectáreas de viñedo (la mitad en propiedad) donde se practica una viticultura ecológica con el convencimiento de que el futuro será biodinámico. Con variedades autóctonas, levaduras indígenas, a mano, blah, blah, blah.
Macabeo, el alma de Celler Kripta
Franc, puro chinchín, se llama así por el tipo de suelo y recibe la mayor adición de azúcar con mosto de uva eco (6-6,5 gr/L) por aquello de poner el acento en el carácter social del trago. Icònic, en cambio, con zero dosage (buscando la esencia de la uva) resulta más vertical y gastronómico tras siete años de crianza que procuran una burbuja fina, un carbónico bien integrado. Barrica, también sin adición de azúcar (como el resto), llama la atención por ser un 100% macabeo fermentada en barrica y cosechada en Pla dels Fidels (El Llano de los Fieles), finca ubicada junto a un cementerio. Singular exhibe asimismo una sedosidad que hace casi imperceptible el carbónico. Mientras, CS es un homenaje a todas las mujeres, en general, y a Carmen Sibill, esposa de Agustí, en particular.
Y qué más decir de Kripta, un brut nature ecológico con certificación vegana, o sea, vinificado con clarificantes de origen vegetal. Con su botella en forma de ánfora, vestido con una etiqueta de Rafael Bartolozzi que evoca el Mediterráneo de Cadaqués, la vid y el olivo, este vino es fragancia, seda, elegancia, sensibilidad, ambrosía. Para ello pasa 60 meses en bodega y combina macabeo (45%), parellada (30%) y xarel·lo (25%). La macabeo (viura en La Rioja), y no la xarel-lo, es de hecho la uva que otorga personalidad a todas las referencias de Agustí Torelló Mata. Perdón, de Celler Kripta. Quédate con el nombre, porque incluso el propio Agustí desea ser recordado como «Agustí, el de Kripta».
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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