Bar Restaurante La Viña (Bilbao). Como un príncipe
No sé si se deberá al auge del txakoli de Bizkaia o a algún otro motivo que desconozco, pero Bilbao parece La Rioja, oiga. Uno habla de La Viña y todo el mundo conoce una que, en la mayoría de los casos, no coincide con la protagonista de esta vivencia. Que si La Viña del Ensanche, que si La Viña de San Francisco, que si La Viña de Oro… Todas esas viñas están muy bien, sí, pero no son la que nos ocupa, aquella que se dice especializada en comida casera vizcaína y en la que los Príncipes de Asturias comieron hace dos años ensalada de tomate, bacalao al pil-pil, rape a la plancha y torrijas, en compañía del alcalde Iñaki Azkuna. Una visita de la que queda enmarcada constancia en la pared del local, junto a más cuadros que recuerdan el paso por allí del futbolista Aitor Ocio, del entrenador de fútbol Marcelo Bielsa, del político Juan María Atutxa y de los actores Aitor Mazo y Arturo Fernández, entre otros.
Este humilde emisario de LQCDM no fue inmortalizado y colgado de la pared, aunque comió allí la semana pasada, y lo hizo además en compañía de tres amigos, lo que dio pie a no escatimar entrantes y a probar más de un segundo. A saber… Excepcional el tomate, comprado en Castro, en una huerta que hay «bajando de Saltacaballos», nos confesó Abelardo García, capitán del negocio; carnoso, sápido y servido en generosas rodajas, acompañado de aceite, ajo, sal y una anchoa por cabeza. No nos extraña que Doña Letizia se llevara en su día una bolsa llena para casa. Buenas estaban las almejas, rechonchitas ellas, con ajo, perejil y cayena. Y espectacular, riquísimo, el begihaundi, castreño también, a la plancha y escoltado por cebolla bien pochada y sencilla ensalada a base de lechuga y más cebolla.
Con los principales constatamos que tienen mano para el bacalao al pil pil, que los txipirones en su tinta los sirven con un poco de arroz blanco y que trabajan muy buena carne; qué rico, por sápido y punto óptimo, el entrecot con patatas caseras y media docena de pimientos verdes. Carne de verdad. Ńam ñam.El nivel sólo se resintió en los postres. Bien, sin excesos, estaba el queso con nueces que sacamos para apurar la última copa de vino, pero la segunda tanda de postres, la dulce, fue algo decepcionante, por la parte que me toca: a mi alrededor sorbían sorbetes de mandarina y limón sin protestar, y yo me conformaba de mala gana con un goxua con demasiada nata y apenas crema pastelera. No obstante, este colofón agridulce no puede empañar la satisfacción general. La comida está bien buena y pese a la estrechez del lugar, media docena de mesas se alinean junto a la barra (ubicación incómoda en fin de semana, cuando los lugareños se agolpan en su interior para tomar el aperitivo), uno se encuentra allí bien a gusto. Además, le tratan como a un príncipe, cambiando plato y cubiertos cuantas veces haga falta.
Cuando la factura llegó a la mesa yo me puse a juguetear, con aire distraído, con el platillo de Magnum Moments que la acompañaba; dos almendrados bocados para cada uno. La cosa se demoraba, nadie tomaba la iniciativa y me entretuve leyendo la etiqueta del vino, Heras Cordón Vendimia Seleccionada 2009, agradable coupage de tempranillo, mazuelo y graciano, refinado y clásico, elaborado en Fuenmayor por una empresa familiar que surte al Vaticano. Hasta tuve tiempo para fijar la mirada en los espléndidos tomates que reposaban sobre el mostrador, y en la vitrina que cobija los ricos chorizos con cuyas finas rodajas se acostumbra a obsequiar a la clientela en La Viña. Con tanto paripé, alguien cogió la dolorosa y se hizo cargo de ella. ¡¡Yuju!! Lástima, así no puedo precisar el precio del condumio, no hubiera resultado elegante preguntar por él, pero aseguraría que rondó los 60 euros por comensal. Un precio habitual para una comida por encima de la media. Buena alternativa.
(Igor Cubillo)
Henao, 27; 48009 Bilbao (Bizkaia)
94 424 82 21
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Amigo Igor Cubillo, suscribo todos tus comentarios. Los lugareños (bilbaínos) llamamos ese tasco excelso «La Viña de Judas» no me preguntes por qué. Todo lo que dices es cierto, se come el mejor rape a la sartén, que no a la plancha, de todo Bilbao, los tomates y begiandis que trae de Castro todos los lunes son insuperables… Bueno ya ves que soy un fan de Abelardo. Lastima del postre dulce, sería un despiste, ya que cerca de su casa tiene dos pastelerías de postín, Martina de Zuricalday y Arrese.
De todas maneras, por el precio que pagaste mejor chitón.
Un abrazo