Taberna Ekaitz (Donostia). Casa Polipaso, benditos sacramentos
Donostia-San Sebastián siempre nos recibe con los brazos abiertos. Hacer el pertinente eslalon por la autopista A-8 merece la pena pues, tras las temidas cabinas de peaje y el sinfín de curvas, esperan amigos y familiares dispuestos a entablar conversación, compartir mesa y mantel, y brindar por la certeza de lo que ya pasó y la ilusión de lo que aún está por venir. Uno de los últimos encuentros fue en la Taberna Ekaitz, en lo más alto de Igeldo, justo en el edificio que igeldotarras y antiguotarras conocen como Casa Polipaso, donde uno puede dejar atrás la capital donostiarra y poner rumbo a Orio, donde todavía abundan los lugareños y se dice que lo mejor es pedir croquetas de ensueño, guisos aprendidos en casa, chuleta a la parrilla y pescados como la merluza, que las hermanas Etxarri cocinan con mimo. Pues bien, nosotros pedimos alubias. Y no fuimos los únicos. La meteorología incitaba al cocido y al guiso contundente. Fuera arreciaba la lluvia, no faltaba el viento y el frío atería los huesos, la pequeña terraza estaba desmantelada y numerosos coches reposaban inertes y empapados frente a la austera fachada del asador.
Ya sentados a la mesa, casi en el centro de su apretado comedor, decorado con chimenea y profusión de lauburus, pedimos una botella de Muga (19,80 euros), un crianza de 2008 prácticamente infalible, a base de tempranillo (70%), garnacha (20%), mazuelo (7%) y graciano (3%). Clásico, en absoluto audaz, pero un valor seguro. Abrimos boca con unas anchoas ricas (15,40), aunque el abundante aceite, extrañamente, no invitaba a sumergir pan en él. Y cometimos el error de pedir revuelto de morcilla (8,80), que resultó ser una tortilla sencilla e innecesaria, dado que pronto llegarían los sacramentos de la alubiada. ¡Ah, qué sacramentos! Benditos sean. Alabados sean el tierno y sabroso chorizo, la fina morcilla de verdura, la abundante berza y esa tiernísima carne que se deshacía en la boca cual delicada carrillera. Todo dispuesto en cantidad suficiente en el pertinente plato aparte, colocado en la mesa junto a otro platito con excelentes guindillas y al perol de alubias, oscuras y espesas, muy ligadas; en exceso, de hecho, para alguien como yo, a quien le gustan más caldosas las legumbres.
Me sobraron los entrantes y me sobró el postre, una panchineta recalentada a 5,50 euros. Sin hojaldrar y ordinaria, comparada con la que sirven en restaurantes como Munto, en la parte vieja de la ciudad. Pena no haber optado por sus famosas tartas de queso. Igual precio tenían los sorbetes de limón con cava que tomaron mis dos acompañantes, lo que sumado a tres raciones de pan (3,30), una botella “mediana” de agua aquaBona (2,20), tres cafés (4,95) y los 17,60 euros a apoquinar cada comensal por las alubias, elevaron la factura a 123,75 euros. ¿Caro? 41,25 euros por persona; cinco anchoas, un tercio de tortilla, alubias, postre, café y dos vasos de vino. Juzgue el lector por sí mismo. Mi única conclusión es que me encantaron los sacramentos del lugar. Y eso, siendo como soy presa del escepticismo e incluso del descreimiento, no es moco de pavo. Y mi recomendación, prescindir de postre y entrantes, que no de alubias, sacramentos, pan, vino, agua y café. Si nosotros lo hubiéramos hecho así, hubiéramos comido aún más alubias, que fueron retiradas, y sólo hubiéramos pagado 83,05 euros. Fueron la gula y la fuerza de la costumbre las que nos hicieron pagar un 50% más. Que se dice pronto.
(Igor Cubillo)
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Aita Orkolaga Pasealekua, 131; 20008 Igeldo, Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa)
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Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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- Sidrería Calonge (San Sebastián). Una habitación con vistas | Lo Que Coma Don Manuel - […] y chorizo cocido. Y si tomamos dirección a Orio, más adelante aparecen Etxe Nagusi, Nicolás y Ekaitz (antiguo Polipaso).…
Comida excelente, atención y amabilidad esmerada, limpieza magnifica.
Recomendable al 100%