Bodega Urbana (Bilbao). Se da de beber, y algo peor de comer

Publicado por Igor Cubillo en Bilbao, Bizkaia, Destacado, Euskadi | 3 comentarios

«Taberna, despacho de vino y comida». Estas son las primeras palabras que uno lee cuando busca en Google, y ojea los correspondientes resultados, Bodega Urbana. Así se llama uno de los comercios más originales del Bilbao enólogico. Y la verdad es que la frase es bien precisa, pues el sitio en cuestión se ciñe a la perfección a la definición que de taberna brinda la RAE: «Establecimiento público, de carácter popular, donde se sirven y expenden bebidas y, a veces, se sirven comidas».

El bebercio

La Bodega Urbana la pusieron recientemente en marcha los enólogos Ana Martín y Pepe Hidalgo, con idea de combatir el aire elitista que envuelve de un tiempo a esta parte, y cada vez en mayor medida, al mundo del vino. En línea con la gestión de la vanidad que solicitó Josep Roca en el último Wine & Culinary. Con intención, incluso, de acercar a la juventud a la cultura del vino, a su consumo moderado, a «apreciarlo y valorarlo, y no sólo mezclarlo con refrescos». Loables objetivos. No sé si los están logrando, pero ésta es la vertiente del proyecto que más me gusta porque, además de vender una selección de vinos por copas y un puñado de botellas de marcas al uso (y otras más exclusivas, como el oporto Quinta do Noval Nacional 2003 que puedes beber si apoquinas 850 euros), ponen a disposición de la clientela distintos varietales a granel. Uno entra al local y pronto tiene a la vista, tras una gran cristalera, un hilera de depósitos de acero inoxidable repletos de tempranillo, mencía, garnacha, merlot, cabernet sauvignon, syrah… La gran mayoría sin crianza, pero caldos más que recomendables, por los 5 euros que cobran cada botella que te lleves a casa.

Además, organizan cursos de cata y existe la posibilidad de configurar vinos a medida, en su taller de mezclas. Incluso se pueden personalizar las etiquetas, pero esta es una labor comercial que no nos compete, y para la cual hemos habilitado unos coquetos espacios publicitarios en esta web…

Ah, y no quiero dejar de destacar también la afibilidad y simpatía de María José Vázquez, Nariz de Oro 2009 (siendo entonces sumiller del restaurante del Museo Guggenheim Bilbao, ya comandado por Josean Martínez Alija), quien aquí lo mismo atiende la barra y descorcha una botella, que acerca los platos a una mesa.

El comercio

Y es que, efectivamente, también despachan comidas. Aunque ésta es la vertiente que menos me convence. Únicamente contemplo Bodega Urbana como un lugar para comidas requeteinformales, para un aquí te pillo aquí te mato, un picoteo de urgencia, un plan D, pues el grueso de la oferta lo componen embutidos, quesos y latas. Además, a la hora de comer caliente no se terminan de cumplir las expectativas creadas con la coletilla «de Aitor Elizegi» apuntada junto al plato del día. Es grande la reputación labrada por el cocinero vizcaíno al frente de proyectos como Gaminiz, Baita Gaminiz y Bascook, y aquí no se refleja.

Yendo a lo concreto, allí he tomado tablas de ahumados y de queso, y he salido con la sensación de que, dado su precio (17 euros cada una, en su momento; ahora la de ahumados ha subido a 18), no habían merecido la pena. Además, el día en cuestión no quedaba una variedad de pescado ahumado y se trató de salvar la papeleta poniendo más cantidad de otro. Se me antoja una improvisación impropia. En otra ocasión pedí atún rojo Done Pedro (10 euros), y me temo que se limitaron a volcar el contenido del frasco en un plato. Sin el más mínimo aliño, o condimento, o acompañamiento, o cuidado en la presentación. En cuanto al «embutido Rioja» (6 euros), se sirven un montón de pequeñas rodajas de salchichoncito y chorizo picante; correctos ambos, nada extraordinarios, pero con pan ayudan a mantener el equilibrio cuando uno a apurado ya varias frasquitas de vino.

En cuanto al plato del día (8 euros a palo seco; 10 con frasca de vino), me consta que unos amigos echaron atrás unas alubias. No obstante, yo le doy un aprobado a los garbanzos con rabo que degusté a mediados de este lluvioso junio. No fueron los garbanzos de mi vida, pero estaban correctos y la cantidad resultó apropiada. Pasaba por allí y me permitieron llenar el estómago y seguir mi camino. Que es complicado.

Lo dicho, merece la pena probar su vino.

(le gusta el vino a granel de Bodega Urbana, a Igor Cubillo)

web de Bodega Urbana

ver ubicación

Gran Vía 66; 48011 Bilbao (Bizkaia)

94 441 61 81

info@bodegaurbana.com