Marianito preparado del Volga (placer dominical)
El Volga, en Portugalete, es uno de esos bares de barrio (en este caso, el mío) con varios lustros de buen hacer a sus espaldas y unos dueños que saben hacer de la hostelería sencilla algo más que un oficio. El cuidado y amor por la profesión se transmite en pequeños detalles, que es lo que al final marca la diferencia. Y se degusta en sus copas, preparadas con primor y total ausencia de los ya tristemente habituales recursos bizantinos de adornos con frutas exóticas, aromas en spray indescriptibles, refrescos de marcas impronunciables o estupideces como servir la tónica con cuentagotas, no se vaya a escapar el gas a ese limbo donde, como nos contaban nuestras madres antaño, también debían terminar las vitaminas de un zumo de naranja si tardabas en bebértelo.
Y todo esto para justificar un aumento incontrolado de los precios que ríase usted de la burbuja inmobiliaria. Aquí no, aquí hay buenas copas, elaboradas con buenos licores y fruta fresca, a un precio más que competitivo, donde se paladea la buena mano y los años de experiencia de su barman, Raúl, en cada viaje que le das al copazo. Punto.
Tampoco es nada desdeñable la oferta de pintxos y raciones con la que surten su barra todas las mañanas. Los fines de semana, sus rabas de txipiron merecen una parada obligatoria, ya que son de lo mejorcito de la villa jarrillera y son, sin duda, el mejor acompañamiento al tema del que quería hablarles en este artículo: sus marianitos preparados.
Hay que notar que en Euskadi son frecuentes los locales donde se preparan muy buenos vermouths, donde cada cual tiene su receta, de manera que la oferta y la variedad pueden producir hasta vértigo, si bien, en numerosas ocasiones, son aciertos seguros.
El caso que nos ocupa, el del Volga, estaría dentro de esta lista privilegiada. Sus marianitos preparados son cócteles con punch y excelente equilibrio de aroma, sabor y pegada. Tomar más de dos al mediodía puede acarrear peligrosos accesos de verborrea en la sobremesa y aseguran una siesta dominical sin parangón. Son, por lo tanto, idóneos en pequeñas dosis, ya saben que el exceso no es aconsejable en prácticamente ningún aspecto de la vida.
Si se animan a preparar uno de éstos en su domicilio, tomen buena nota de los ingredientes, en este orden:
– 1 parte de Campari.
– 1 parte de gin (MG).
– 1/2 parte de zumo de limón recién exprimido.
– Unas gotas de angostura.
– 2 rodajas de limón (opcionalmente una de naranja, que le aportará algo de dulzor).
– 3 partes de Martini rojo.
Es preferible, no obstante preparar, el combinado en coctelera y añadir la mezcla en la copa o vaso ya preparada con las rodajas de fruta. En el Volga te lo pondrán así cuando la ronda supere las dos copas. Elijan un día soleado para visitar Portugalete, den un agradable paseo por su Muelle de Hierro y su casco histórico, y hagan una parada de aperitivo en la terraza del Volga. Acertarán seguro.
(El Rmrls)
Iñigo Romera, aka El Rmrls, es músico pluriempleado, diseñador gráfico y cocinillas ocasional.
Lo mismo, Estoril, y apunta también con un pincho de centollo o el de tomate seco con anchoa. 🙂
Patrizia, en Bilbao, en la plaza Campuzano, está el Estoril, de afamados vermús preparados. Yo he ido alguna mañana con mi amigo Arturo y nos hemos pimplado varios. Acompañados con pinchos de gamba y mayonesa embriagadores y aun mejores que los martinis, oye. Como no es barato el ratito, no lo frecuento. La última vez que pretendí entrar en el Estoril (hum…, no revelaré con quién) estaba el local tan lleno de domingueros que desistí. Ya nos contarás si vas tú ahí, ¿vale?
Tomo nota caballeros. Alguna recomendación de buenos marianitos por Bilbao? Portugalete me pilla (más) a desmano.
Patrizia, preguntado al respecto, el propio Rmrls me ha hablado bien de los vermús de Txomin Barullo.
Tampoco están nada mal los vermús azules celeste del Bukoi, en el Casco Viejo. Y si nos ponemos estupendas y sibaritas probaría a acompañarlo con un jabugo finamente laminado con esa peazo de maquina cortadora de jamón al estilo 1900.