I Foro Mundial de Turismo Gastronómico
Los males empiezan a pasar, realmente, cuando no nos acordamos de ellos. O eso queremos pensar…
Estamos preocupados por la sempiterna hambruna en ciertas zonas de África. Contamos las fechas que quedan para tener que defender cada lomo de merluza como en Mad Max los bidones de combustible, cuando la superpoblación mundial se dispute el alimento, si no logramos la anhelada sostenibilidad en su producción. Gente hace cola frente a comedores sociales de nuestros barrios y mete la cabeza en los contenedores de basura, en la parte trasera de los supermercados. Y apenas han pasado cuatro Telediarios y dos NO-DOs desde que la minifalda y el Seiscientos nos hicieron olvidar las penurias de la posguerra. Pero bien es cierto que en nuestra sociedad avanzada, en las mismas calles convertidas por la necia crisis en galerías de mendigos, se ha desarrollado una afición y cultura del buen comer que mueve no poco dinero; la World Food Travel Association estima que el turismo gastronómico genera anualmente un impacto económico de 150 billones de dólares. Puede que cambiar de coche y mantener el apartamento en la playa esté cada vez al alcance de menos ciudadanos, pero roguemos cada domingo para que no nos falte el capricho de cuchillo y tenedor. Amén.
Lo dicho, la gente cada vez da más importancia a aquello que se mete en la boca. Es un hecho. Basta echar un vistazo a la profusión de tiendas (más o menos) delicatessen, espacios gourmet, recetarios y reality shows televisivos. Sigue habiendo quien se conforma con la baguette de 29 céntimos, pero cada vez más vecinos no tienen reparos en gastar dos, tres, cuatro o cinco euros por una buena pieza de pan. La distinción con una estrella Michelin es motivo de alegría para el restaurador, pero también para el resto del pueblo, pues muchos aparecen por primera vez en el mapa por obra y gracia de la guía roja. Y, a fin de cuentas, la gastronomía de la zona se ha convertido en un aliciente a la hora de decidir el destino vacacional. O dónde hacer una salida el fin de semana. Poco pueden hacer las tasas aeroportuarias o los peajes de autopista contra el aroma de un buen guiso, el olor de las parrillas a la vista en un pueblo pesquero, el cromatismo de una soberbia barra de pinchos, el ritual del txotx o la atávica atracción de un chuletón sangrante.
Euskadi es consciente de ello, pues su culto a la gastronomía es uno de los principales atractivos para sus visitantes. Atendiendo datos facilitados por las instituciones, sabemos que un 25% de los turistas llega aquí por eso que ahora llaman city break, lo que toda la vida ha sido hacer una escapada para conocer tal o cual ciudad; pero un 21% lo hace atraído por nuestra despensa, nuestras barricas y el arte de nuestros cocineros. En el País Vasco, el comer y el beber son un reclamo más poderoso que la cultura y los eventos (15%), por ejemplo. Lo sabe el Instituto Vasco de Estadística, lo conoce usted, apreciado lector, y tampoco se le escapa a la Organización Mundial de Turismo (OMT), que la próxima semana pondrá en marcha el I Foro Mundial de Turismo Gastronómico. ¿Dónde? En Donostia. Concretamente, en el Basque Culinary Center, co-organizador del encuentro, con la colaboración de Gobierno Vasco (Basquetour), Diputación Foral de Gipuzkoa y el Ayuntamiento. Que fluya.
Durante dos días, lunes y martes, las instalaciones de la Facultad de Ciencias Gastronómicas serán escenario de ponencias, charlas y talleres orientados a impulsar el desarrollo profesional del sector, el intercambio de experiencias y la identificación de buenas prácticas a nivel mundial. Será una oportunidad para mostrar al mundo nuestros encantos, para realizar promoción propia, y también para conocer otros modelos de éxito, cómo se las ingenian a cientos, miles de kilómetros.
El plantel de especialistas que incluye el programa abarca distintos perfiles, desde expertos en políticas turísticas, como la peruana Amora Carbajal, a cocineros, caso de Pedro Subijana (restaurante Akelarre, Donostia), Jorge Vallejo (Quintonil, México DF) y Mitsuharu Tsumura (Maido, Lima).
Este Foro Mundial de Turismo Gastronómico nace con vocación de celebrarse cada dos años, y siempre en San Sebastián, meca (una de ellas) del viajero con inquietudes culinarias, población con mayor densidad de estrellas Michelin, y blah, blah, blah. Aunque entre una y otra edición, al margen de sus fechas, puedan organizarse talleres y dinámicas concretas; algunas, incluso, fuera de la capital guipuzcoana. Ah, aún es posible inscribirse, desde 0 euros (precio para miembros de la OMT).
(Igor Cubillo)
web del I Foro Mundial de Turismo Gastronómico
web de la Organización Mundial de Turismo
Periodista especializado en música, ocio y cultura. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). En el medio de la vía, en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez. Ha pasado la mayor parte de su existencia en el suroeste de Londres, donde hace más de 20 años empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Harlem R&R ‘Zine, Ruta 66, El País, Bilbao Eskultural, Ritmo & Blues, Getxo A Mano (GEYC), Efe Eme, Den Dena Magazine, Kmon, euskadinet y alguna otra trinchera. Prefiere los caracoles a las ostras. Qué tío. Anda que…
Ah, tiene perfil en Facebook y en Twitter (@igorcubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF. Se le resisten ciertas palabras y acciones con efe. Él sabrá por qué…
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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