Ardo ta Gastronomy Akademia. Presentación en dos vuelcos de Lhardy
Isabelino, Japonés, Blanco, Sarasate, Gayarre, Tamberlick e… ¡Ibaizabal!. El célebre restaurante Lhardy, madrileño él, sumó el lunes excepcionalmente un séptimo nombre a su relación de privados y salones, «verdaderos testigos de la historia y del refinamiento culinario del país». Cómo negarlo, cuando su origen se remonta a 1839, cuando aún toreaba Cúchares, había aguadores por las calles y acababa de nacer la zarzuela (el género musical, no el palacio, éste muy anterior, de la primera mitad del S.XVII). Cuando Madrid era Corte de la Reina Gobernadora y Espartero y Maroto acababan de fundirse en el abrazo de Vergara (sic). Cuando la gerencia (Pescaderías Coruñesas) presume de que el precio fijo, las minutas por escrito o las mesas separadas fueron normas incorporadas por el propio Emilio Lhardy al comercio hostelero de la primera mitad del S.XIX. Cuando dicen los historiadores que allí, entre cortinones, cuadros, chimeneas y grandes lámparas, se decidieron derrocamientos de reyes y políticos, repúblicas, introducción de nuevas dinastías, restauraciones, regencias y dictaduras.
El arranque viene a cuento de la puesta de largo de Ardo ta Gastronomy Akademia, una sabrosa presentación en dos vuelcos merced a la presencia del director Pascual Fernández y del chef Luis Cortés en mi querido Puente Colgante Boutique Hotel, el cuatro estrellas de Portugalete (Bizkaia maitea), su sede. Primero llegó la intensa sopa, densa, oscura y sápida. Y luego, como fundamento del cocido, se emplató, no sin dificultad, una montaña de ingredientes que componían un plato combinado de lo más sabroso y castizo, y que en la casa madre consiste en lo siguiente: garbanzo pedrosillano manchego, repollo, patata y zanahoria de Carabaña, chorizo leonés, morcilla de arroz, secreto ibérico, longaniza trufada de euskal txerri, tocino ibérico, morcillo de buey gallego, tuétano de vaca gallega, jamón ibérico de Huelva, foie del Ampurdán en escabeche, costilla ibérica de Sierra de Villuercas y relleno de cocido de ropa vieja. Finalmente irrumpió el souflé, su particular omelette norvégienne, sin frutas en su interior (porque su receta no las incluye, como sí sucede con la adorable tortilla Alaska) ni la puesta en escena que piden a gritos sus llamas.
A fin de cuentas, no era un día para el lucimiento de Lhardy (sus croquetas de cocido, su solomillo Wellington, su lenguado Evaristo al champagne o su lubina Bellavista), sino para dar a conocer la referida Ardo ta Gastronomy Akademia, una asociación que destinará sus ingresos al Hospital Asilo de Portugalete y a la Asociación Vasca para la Ayuda a la Infancia Maltratada (AVAIM).
Ardo ta Gastronomy Akademia en PGBH
Noble fin para una iniciativa cuyo calendario inicial, que abarcará un año, está a falta de sus últimas incorporaciones. No obstante, ya se sabe que habrá oportunidad de armonizar productos de Joselito y Gramona (el próximo 6 de junio); también una jornada dedicada a la almadraba y los vinos de Jerez; y no pocas ocasiones para conocer más de cerveza, foie, caviar, vermú, caza, chocolate… Tampoco faltarán catas y charlas, sesiones de cine y más pop up protagonizados por cocineros de restaurantes distinguidos con soles Guía Repsol y/o estrellas Michelin. Ah, ni una subasta benéfica de vinos (ardo significa vino en euskera), de carácter anual, que promete ofrecer lotes “únicos y exclusivos” que “no se podrán encontrar en el mercado”.
Permanece a la escucha y, si te parece atractivo, date de alta en la Akademia. La aportación anual es de 100€, y el desembolso te da derecho, al menos, a tener preferencia en la inscripción y reserva a próximos eventos; a un descuento del 15% en reservas de hotel (y un 5% en celebraciones); a compra con más descuento en artículos de su colmado, donde no faltan vinos ni conservas singulares.
web de Puente Colgante Boutique Hotel
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
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