Casa Masala (Barcelona). India, rica, sencilla y con cero hedor
Por lo visto, John O’Connell dejó escrito en ‘El libro de las especias. Del anís al zumaque’ que la tan socorrida asafétida huele igual que unos huevos en salmuera recubiertos de estiércol. Quizá el sustituto del ajo, como parte del consabido mar de especias asiático, sea responsable directo del gran temor que me embarga cuando acudo a un restaurante especializado en cocina de la India: la peste a curry que muchas veces invade el establecimiento, la misma que atufa calles adyacentes, en casos extremos, ésa que al final se lleva uno a casa adherida a la vestimenta, casi siempre. Fue la primera sorpresa en Casa Masala (Barcelona), el despacho que hace seis años tomó el testigo de Masala 73, aquel food truck incrustado en una Mercedes Benz de 1973, pues allí no se aprecia eau de croquet transcontinental, por lo visto las especias se trabajan a puerta cerrada, la extracción funciona y, en consecuencia, uno sale tan impecable como ha entrado.
Se está a gusto y se disfruta en el pequeño comedor de este “curry bar de toda la vida”, recogido e informal, de unos platillos igualmente desenfadados e idóneos para compartir que a fin de cuentas te trasladan a la remota India sin dar la espalda a nuestra despensa. Qué suerte tenemos al contar con cerdo ibérico, por ejemplo. Así pues, comí sencillo, relativamente exótico y efectivamente rico. Y aprendí palabras nuevas, como dahi puri, raita, biryani, baingan bharta, rasmalai…
Dahi puri (que no pani puri) es como llaman a unas esferas crujientes de harina de garbanzo rellenas de yogur, patata, menta, tamarindo, cilantro y granada; para mi gusto, un finger food demasiado pringoso, aunque quizá se disfrute así también en las calles de Punjab. Raita es un yogur cremoso y suavemente especiado que sirve de acompañamiento, tiene la función de refrescar y aquí se enriquece con pepino rallado, cilantro fresco y granada. Mientras, biryani es un arroz especiado que aquí cubren felizmente con tentadora y suculenta pluma de cerdo ibérico de bellota al horno tandoor, marinada en yogurt y especias tandoori. ¿Y baingan bharta? Atendiento a la redacción de la propia carta, berenjena asada en el horno tandoor, rellena de curry de berenjena, queso paneer casero, granada y cebolleta. Bien buena.
Clásicos en Casa Masala
Por lo demás, por la mesa pasaron acompañamientos clásicos del curry, como el arroz basmati al vapor perfumado con semillas de comino, y esos estupendos naans de queso que se sirven “para untar”. Asimismo, pensé en México cuando llegó el firme secreto de cerdo ibérico al curry vindaloo con yogurt especiado picante y cebolla encurtida, dispuesto sobre pan chapati (de harina integral y elaborado in da house) y llamado taco vindaloo. De postre cayó rasmalai, especie de flan hecho con queso fresco paneer y agua de rosas. Y tuve oportunidad de comprobar cómo preparaban los referidos naans pegados a las paredes del horno tandoor.
De manera excepcional, suspendí la dieta de champú, pues no se ofrece, y bebí cerveza Kingfisher y salí convencido de que, si yo viviera en Barcelona, frecuentaría Casa Masala por su pulcritud y su buena RCP. Y más sabiendo que entresemana ofrecen un menú del día a 13,50 € y también sugieren que te sentirás como un maharajá con otra fórmula de 28 € que incluye nueve enunciados, desde el dahi puri al lassi de mango.
Muntaner, 152; 08036 Barcelona
+34 93 797 87 02
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Comenta, que algo queda