Casa Maruja 🔪🔪 El referente del cocido maragato

Publicado por Igor Cubillo en Castilla y León, Destacado, León | 0 comentarios

“Hay una leyenda que dice que aquí estuvieron los mariscales de Napoleón, tenían aquí sus casas, y un día que tenían cocido para comer les surgió una batalla, tenían que salir al campo y dijeron ‘pues vamos a tomar las carnes, que es lo que más nos alimenta’. Es una leyenda pero tiene su lógica, claro”. Así explica la propia Maruja Botas, ya nonagenaria, el origen y razón de ser del cocido maragato, ése que se come al revés. Presume de haber abierto el negocio con su madre, Enriqueta Salvadores, allá por 1966, y desde entonces el emblema de la Maragatería es la especialidad de Casa Maruja (Castrillo de los Polvazares, León) y, a día de hoy, su única oferta.

A cambio de 25 €, un precio más que asequible y justificado, un verdadero chollo, la propuesta consta de tres vuelcos, postre, café, vino, agua, gaseosa y orujo. Lacón, morcillo, gallina, tocino, chorizo, relleno, pata, oreja de cerdo y tomate laminado componen el primer vuelco, repartido en una fuente y dos platos servidos al centro, para compartir cómodamente. El segundo vuelco consiste en una bandeja de tiernos garbanzos con repollo. Y la tercera tanda está protagonizada por una sopa de fideo, “de cocido”, tan sencilla como enjundiosa, densa y, eso sí, un pelín pasada de sal, por sacar un insignificante pero al festín. Tan insignificante que yo, particularmente, no comí menos de ocho cazos.

El último tramo se afronta con un pequeño trozo de roscón y unas ricas natillas caseras coronadas con la imprescindible galleta María, y el café se acerca con una botellita de orujo, para que lo bendigas a tu gusto. Hablando de bebidas, el menú incluye Encanto, tinto berciano, y la oferta paralela, la carta de vinos, es ciertamente exigua (apenas otros cinco tintos, dos rosados y cuatro blancos, todos entre 8,80 € Y 14,50 €).

Casa Maruja, la casa de Maruja Botas

Con todo, lo habitual es encontrar lleno este espacio un tanto bizarro, con sus paredes cubiertas de cuadros, fotografías, recortes de prensa y numerosos escudos militares, con su viejo suelo de madera, sus vigas en el techo y un único cuarto de baño para toda la tropa. Y es que, cuando traspasas ese umbral, debes tener presente que no vas a un restaurante de refinado interiorismo, con toda su pompa y su boato; vas a una humilde casa. La de Maruja, maragata de pura cepa.

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Real, 24; Castrillo de los Polvazares (León)

+34 987 69 10 65