Callos y champagne, el sueño de Louis Roederer
Callos en cristal y Louis Roederer Cristal. ¿Armonía por contraste o por similitud, aunque sólo sea semántica? Este juego propuesto por el anfitrión entre la canalla casquería, la deliciosa salsa vizcaína y un vino que el jefe de bodega Jean-Baptiste Lécaillon presenta como una excepción, fue el martes en La Fábrica de Juan (Zierbena, Bizkaia maitea) el punto álgido de una estupenda cata de Louis Roederer dirigida por Stéphane Richer, uno de los directores de exportación de esa empresa familiar fundada en 1776 (hoy la dirige la séptima generación) que distribuye sus botellas en 120 países.
El Cristal 2012, champagne de espera que aúna pinot noir (60%) y chardonnay (40%), que envejece seis años en bodega y reposa ocho meses más tras el degüelle, nos llevó a cerrar en cierta manera con «un infanticidio» un recorrido por la maison francesa que arrancó con el habitual Brut Premier, tractor de la empresa al representar el 75% de su producción. Entre medias comimos también rollizas ostras, jamón del bueno, quisquillón templado con elegante fondo liliáceo, foie con ¡guindilla! e incluso crema de queso en cuchara, una selección que hizo excelentes migas con Rosé 2014, Starck Blanc 2012 y el mejor trago de la noche: Louis Roederer Vintage 2012, un trampolín para la pinot noir de Verzy.
Estupendo su aplomo y redondez, su equilibrio, su potencial gastronómico y su precio contenido (por lo que cuesta un Cristal, el preferido del zar Alejandro II, compras tres). Complicado aunar con más tino la referida pinot noir (70) y chardonnay (30), un éxito mediatizado por la utilización de un 30% de vinos vinificados en madera de roble. O quizá por el hecho de que la maduración es más lenta en las laderas orientadas al noreste. O por sus cuatro años de crianza sobre lías. Qui sait!
El arte de vivir
Quién pudiera caminar por esas fincas de la propiedad que los mapas muestran repartidas entre montagne de Reims, Vallée de la Marne y Côte des Blancs, quién perderse entre viñedos de pinot noir, chardonnay y pinot meunier. Entregarse al arte de vivir, más allá de la fría contemplación, sabiendo que al sur está Picardía y al norte hará falta una rebequita, pues la temperatura media es de 11 grados. Ahí queda esa ilusión, esa sombra, esa ficción; el convencimiento de que el mayor bien es pequeño y, ya lo dijo Calderón, toda la vida es sueño.
Como acuñó Oscar Wilde: sólo las personas poco creativas fallan al encontrar una razón para tomar champagne. Hoy se volverá a demostrar.
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Comenta, que algo queda