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Contenidos Etiquetados "El Clarete"
Hoy toca despedirse de El Clarete (Vitoria), icónico restaurante gobernado durante 26 años por Unai y Patxi Fernández de Retana. Los hermanos brindan su último servicio conjunto y separan sus caminos profesionales. El espacio lo ocupará en adelante un área de I+D gastronómico capitaneado por Unai para el Grupo RAS.
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Diez restaurantes de Álava, diez hitos de un recorrido excitante que permite asomarse al lejano mar y a la montaña, a bodegas legendarias y a caseríos del S.XVII, a la raíz y a su mestizaje, a lo popular y a la vanguardia.
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Disfrutamos en «la taberna» de El Clarete, un coqueto y cómodo espacio que recupera la barra como elemento clave para acercar al comensal la propuesta gastronómica del local. Producto de temporada bien trabajado en formato ración, acompañado siempre por buen vino.
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(+44 rating, 9 votes)Cargando... Mi hermano Igor en esta web Don Manuel afirmaba que El Clarete es el mejor restorán de Vitoria, la capital de Euskadi. ¿Mejor que mi favorito Zaldiaran? No puede ser. ¿Mejor que el acreditado Ikea también? Hum… pues podría ser, pero lo dudé al leerlo. O sea, que lo mejor era ir a comer ahí y comprobarlo. Acudimos Carlos y yo entresemana; entramos yo arrastrando mi maleta ruidosa de ruedas y él portando su mochila montañera, nos sentaron sin dilación y amable nos intentó explicar el encargado cómo funcionan en El Clarete. Le interrumpí: «Ya lo sabemos, lo hemos leído en Internet, no queremos el menú del día (plato de cuchara más un par de entrantes y postre, sin bodega por 22 euros; al final, unos 30 lereles por comer alubias, digamos para entendernos) y preferimos probar el menú degustación con bodega» (45 más IVA por un aperitivo, cuatro entrantes, un plato de pescado, un plato de carne y dos postres, más el vino; como avisan en su web: «La cantidad viene a ser como un primero, un segundo y un postre que lo dividimos en formato de medias raciones para conseguir el punto exacto de comer y disfrutar de una cocina tradicional, renovada y actualizada»). Además, en El Clarete a veces no revelan lo que van a traer para comer y aseguran que las propuestas complacerán al comensal. Nosotros comimos con agua (no recuerdo la marca) y vino monovarietal, un garnacha de Casa Primicia, de Laguardia (adonde nos encaminábamos). El encargado, un apasionado de los vinos que los explicaba a las distintas mesas, abrió la botella, olió el corcho y advirtió: «no hemos tenido suerte». El vino estaba húmedo o acorchado. Abrió otra y estaba fenomenal: cosecha 2007, poco color, tono cereza, olor que alegraba, sabor a frambuesa, 14 grados de alcohol bien llevados y producción de 9.796 botellas. Contentos y expectantes, y a la postre casi eufóricos y satisfechos, esto degustamos según se llenaba el comedor con gente chic: personajes televisivos, panaderos artesanos...
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(+25 rating, 5 votes)Cargando... El Clarete me ha conquistado, señoras y señores. Y era complicado que lo hiciera, pues siempre procuro ir a los sitios sin ideas preconcebidas, sin crearme espectativas, para ahorrarme el riesgo de no verlas satisfechas. Y en este caso el listón estaba muy alto, pues llevo más de uno, más de dos y más de tres años escuchando a Zuloko decir que es el mejor restorán de Vitoria – Gasteiz, donde se hace la ley. Pues bien, por fin acomodé mis posaderas en una de sus sillas y la sensación de placidez y satisfacción va a ser complicado describirla y transmitirla en este texto. Aunque lo intentaré. De entrada, tras su austera fachada, me encontré con un espacio acogedor, grato por su sencillez, no te asalta. Elegante, sin necesidad de forrar todo en madera y cortinones. Contemporáneo, sin hacerte sentir en una especie de estación espacial. Y tranquilo, con mucho espacio entre mesas, lo que da la sensación de que ese día han abierto sólo para ti, aunque haya más comensales. Y la bienvenida nos la dio Patxi Fernández de Retana, un profesional que merece un capítulo aparte. No obstante, me limitaré a decir que es amable, cortés y un auténtico apasionado del vino al que dio gusto escuchar cómo explicaba la historia del caldo que solicitamos, sabiendo que era de Artuke, una bodega de la cual también apreciamos su Pies negros. Admiro esa pasión por el trabajo, por el oficio, por el producto, y su capacidad y disposición a compartirla. Al escuchar su completa descripción del vino Finca de los Locos, de sus características visuales y organolépticas, y también de su etimología, parecía que uno ya saboreaba la primera copa. Un vinazo, dicho sea de paso. La primera impresión fue, así, sobresaliente. Quedaba probar lo que sale de su cocina… Lo primero que hay que saber es que han retirado la carta, y ofrecen un menú degustación a 49,50 €, bodega incluida (100% garnacha, Bodegas Primicia, de Laguardia), y...
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