Coppola Pizza & Music (Bilbao). Mucho más que un italiano
Hey! Ho! Confieso que es mi primera vez, que esta será mi primera crónica gastronómica. Y espero que no la última. Me habían comentado la existencia de un local de comida italiana, inaugurado el 23 de mayo de 2013, algo diferente a lo que estamos acostumbrados a visitar: Coppola Pizza & Music, regentado por Marco e Ignacio del Campo. Y para allí que me encaminé, acompañado por mi media naranja, con ganas de ver si eran ciertos los rumores.
El local es pequeño y muy acogedor, de barra mediana (no olvidemos que sigue siendo un bar) y mesas y taburetes altos, salvo la mesa de la entrada, perfecta para reuniones informales de negocios o, mejor aun, alegres encuentros de cuadrillas. Al fondo, para poder ver el proceso de elaboración de nuestro pedido, una espléndida vista de la cocina capitaneada por Guillermo, a quien felicitamos al final de la velada, como invita a hacer un letrero en la pared, por lo mucho que nos habían gustado los platos. Las paredes, adornadas en su mayoría por portadas de discos ilustres (Strokes, Blur…), y algún cuadro de estilo vanguardista, no las recargan, las enriquecen. De fondo no para de sonar la música; tuve el placer de escuchar a Creedence Clearwater Revival, Beach Boys, Bowie, Dylan… Y me invitaron a llevar mi propio vinilo en la próxima visita (!!).
Estamos acostumbrados a las franquicias, en general, y este local es atípico, con lo cual cambia el chip antes de entrar. Los productos/ingredientes utilizados son artesanos (doy fe ya que, sin sistema de extracción de humos audible, en el local no olía a comida), y no encontrarás una carta o menú escrito para poder estudiarlo; ellos te lo cantarán, te aconsejarán y explicarán, cuando realices el pedido. Este hecho nos descolocó de entrada, tanto a mi pareja como a mi, acostumbrados como estamos a leer y releer la carta antes de decidirnos, pero el local también piensa en los indecisos como nosotros y tiene anotados en la pared de pizarra las diferentes variedades que puedes degustar.
Después de un mucho pensar y debatir, nos decidimos por una lasagna de carne, para compartir, y una pizza Oktoberfest. Ella acompañadas de agua y yo de San Miguel Fresca, cerveza de estilo similar a la tan conocida Coronita; me gustó la combinación de su sabor, suave y nada intrusivo, con los platos elegidos.
La lasagna de carne (primero nos trajeron, por error, una de verduras; bendito error, ya que nos propusimos volver para probarla, debido a su aspecto) la presentan en cazuelita de barro; en principio nos pareció ración pequeña, pero nada mas lejos de la realidad ya que, una vez devorada, vimos que es la cantidad perfecta como preámbulo a un segundo plato. ¡Nos encantó! La carne estaba jugosa y con un sabor delicioso, el queso que la recubría ligero y fácil de digerir, y las especias se inmiscuían lo necesario; un plato que te deja con el deseo de repetir cuanto antes.
La Oktoberfest es eso, una fiesta en tu paladar. De tamaño más que suficiente para dos personas, y con una masa finísima capaz de sustentar sin problemas los ingredientes, de sabor fresco y horneada en el punto justo, está compuesta por tomate, mozarella, salchichas de Thate, tomate cherry y puerro. Poner en una pizza productos de primera calidad es garantía de éxito, y sus dos clases de salchicha tienen sabores bien diferenciados entre sí, pero bien conjuntados. El tomate cherry fresco y el puerro (puff, si me viera mi ama comiendo puerro a mis 36 calendarios, seguro que me daba alguna colleja) le dan un toque más que especial pero, siendo un buen actor secundario, no toman protagonismo en la trama principal. Después de esto, decir que cuesta 14€ es casi insultante.
No fuimos capaces de probar los postres artesanos, ni los helados elaborados por Gelati Gelati, que Ignacio amablemente nos ofreció y cambió por un par de cafés en el menú imaginario que elaboró para que la comida nos saliera lo más económica posible; se ve que se preocupa por que salgas pensando en lo que has comido y no lo en lo que has pagado. La cuenta, finalmente, ascendió a 28€.
Me fui del local con el ansia de un pronto retorno para sentarme en sus sillas altas a degustar alguna nueva pizza, la lasagna de verdura o alguna de sus frescas pastas. Para presenciar alguno de los conciertos en directo que tienes la oportunidad de disfrutar los domingos. Para aprovechar el miércoles de cine, en el cual hay ¡¡2×1!! Y, sobre todo, para retomar con Ignacio la conversación, codo en barra, de comida, música, cine o lo que surja en el momento.
Lo dicho, un placer a repetir.
(así se ha estrenado, Luis María Palacios)
Barraincua, 6; 48009 Bilbao (Bizkaia)
94 424 94 63
El patriarca de esta cosa. Considera que el acto de comer es uno de los placeres más enormes que nos ha procurado la existencia. Y a eso se aplica. Y a contarlo.
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