Guria Bistrot (Bilbao). Me río de los cupones de descuento (ja)
¿Piensas en bacalao y se te hace la boca agua (vaya sed, ¿eh?), pero te da pereza elaborarlo tú mismo? Entonces hazte con este vale y conseguirás un riquísimo plan en plena Gran Vía de Bilbao… ¡A un precio increíble! Por sólo 24,50€ (más IVA, no te ilusiones) disfruta de un formidable menú, con cuatro platos, postre, pan y bodega, en uno de los mejores restaurantes de la capital vizcaína. Esto es, de la Vía Láctea. Saborea el legendario bacalao de Jenaro Pildain, a cuatro pasos del Museo de Bellas Artes, del Palacio Euskalduna, la Casa de Misericordia y la catedral (San Mamés). ¡Date un gustazo, caray! Tus mejores planes, con Manuelplan.
¡Ja! Tenemos el día chistoso, sí. Y nos ha dado por hacer esa entradilla para reseñar que, para comer bien en un lugar de campanillas no hace falta empeñar un riñón ni comprar uno de esos cupones de descuento que, en ocasiones, no son más que burdos engaños y, para más inri, suelen languidecer, a punto de caducar en nuestros bolsillos. ¿Por qué someterse a una oferta contrarreloj, con la que el paso del tiempo es contemplado como la hoja de una guillotina? Más cuando el restaurante está a 100 kilómetros de tu casa y para disfrutarla (la oferta) has que hacer verdadero encaje de bolillos para cuadrar agendas, fingir bajas laborales o encajar los niños a la suegra o a la hermana enrollada. Abran los ojos: sin ir más lejos, en Bizkaia hay suficientes ofertas para disfrutar de esas condiciones que acostumbran a anunciar, de modo falsario, como excepcionales. Otro claro ejemplo, como el Menú Astearte del Castillo de Arteaga, ya reseñado, es el citado Guria. En ese restaurante donde cada plato de la carta ya cuesta, en la mayoría de los casos, más de 25€ +IVA, existe también la posibilidad de comer por ese precio. Y de comer bien.
Guria Bistrot, el bistrot del Guria
Basta contentarse con hacerlo en el llamado Guria Bistrot, un espacio habilitado junto a la barra, pero separado de la misma por una elegante mampara que lo transforma en otro recogido comedor, con la mayoría de sus plazas a resguardo de miradas indiscretas. Allí disponen de una carta con precios terrenales y de un menú del día que a nuestro paso constaba de tres entrantes fijos, un plato principal (a escoger entre cuatro), postre, pan y bebida. Incluidos rioja de año (Viña Mantibre, de Laguardia; lo calificaremos de muy correcto, pues no dejamos gota), rosado y txakoli.
Zuloko y el menda nos sentamos en su Bistrot un jueves de abril y bajamos la media de edad del local. La clientela era mayormente femenina y entrada en años, lo cual ratificó nuestra intuición de «aquí se come bien». No creíamos que un local como el muy reputado Guria se permitiera la torpeza de desprestigiar sus fogones por reducir su margen de beneficio. Y no lo hace. En su Bistrot se come bien (muy bien, incluso) y en cantidad suficiente. Salimos satisfechos, desde luego.
El primer entrante era unas alubias delicadas, ricas, sápidas, en caldo bien ligado. Servidas en vajilla primorosa y desprovistas de sacramentos, aunque solicitamos unas guindillas y nuestra petición fue atendida. Salió un montón generoso, un puñado de piparrak finas que nos alegró aun más. A continuación fue servido un revuelto de hongos igualmente sápido, jugoso, en absoluto pasado de cuajo o seco, todo lo contrario. Excelente. En lo referente a sabor y punto. Paladeamos la grandeza de la sencillo.
Bien bueno estaba también el efímero pimiento relleno, aunque sería lo que yo escogería sí tuviera que renunciar a un servicio. Y fue una alegría comer bacalao en el Guria. Descartamos carrillera y albóndigas, y optamos por unir en el plato piezas de pescado con las dos salsas que se ofrecían, asimismo, por separado: pilpil y vizcaína. Sin alcanzar la categoría de abracadabrante, riquísimo estaba el pilpil. Y también la vizcaína, que encontramos muy ligada y con un agradable punto dulce, tanto que Zuloko llegó a insinuar que podría llevar tomate… Pecado mortal.
En el postre no había opción, tal y como sucedía con los entrantes. Pudin casero, con natilla casera, o patada en el culo. Escogimos el pudin, a ver, y resultó correcto. Buen cierre para la comida.
Destacar también la celeridad de un servicio que cumple su labor sin amontonarse, y sin incordiar o apremiar al comensal, pero era terminar un plato y contar con el siguiente sobre la mesa. Algo de agradecer, pues entre semana lo habitual es no tener tiempo para largas sobremesas. Incluso hay personas (cada vez menos) que trabajan, y agradecerán la ausencia de tiempos de espera.
Y, qué quieren que les diga, el comer rebién por 108,35€ el cubierto lo presupongo. No hace falta ser un lince. En el fondo, me alegra más, me parece estupendo, y me sale más a cuenta, comer todo eso, con esa cantidad, esa calidad y ese precio (24,50), en un local histórico como el Guria. Yo así lo recomiendo.
(cada vez baja menos la media de edad, allá donde va, Igor Cubillo)
web del Guria
Gran Vía, 66; 48011 Bilbao (Bizkaia)
94 441 57 80
Periodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige la web Lo que Coma Don Manuel y escribe de comida y más cuestiones en las publicaciones Guía Repsol, GastroActitud, Cocineros MX, 7 Caníbales, Gastronosfera y Kmon. Asimismo, vuelve a firmar en El País y es responsable de Comunicación de Ja! Bilbao, Festival Internacional de Literatura y Arte con Humor. También ha dirigido todas las ediciones del foro BBVA Bilbao Food Capital y fue responsable de la programación gastronómica de Bay of Biscay Festival.
Vagabundo con cartel, se dobla pero no se rompe, hace las cosas innecesariamente bien y ya han transcurrido más de 30 años desde que empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Ruta 66, Efe Eme, Ritmo & Blues, Harlem R&R ‘Zine, Bilbao Eskultural, Getxo A Mano (GEYC), DSS2016, Den Dena Magazine, euskadinet, ApuestasFree, eldiario.es, BI-FM y alguna otra trinchera. Además, durante dos años colaboró con un programa de Radio Euskadi.
Como los Gallo Corneja, Igor es de una familia con fundamento que no perdonaría la cena aunque sonaran las trompetas del juicio final, si es que no han sonado ya. Sostiene que la gastronomía es el nuevo rock and roll y, si depende de él, seguiréis teniendo noticias de este hombre al que le gusta ver llover, vestirse con traje oscuro y contar historias de comida, amor y muerte que nadie puede entender. Eso sí, dadle un coche mirando al sol, una guitarra y una canción, una cerveza y rock and roll, y no le veréis el pelo más por aquí.
Tiene perfil en Facebook, en LikedIn, en Twitter (@igorcubillo) y en Instagram (igor_cubillo), pero no hace #FollowBack ni #FF.
Hola, buenos días:
A primeros de semana, estuvimos comiendo en el Risco (Laredo), con uno de esos vales que comentas. Pero de eso ya hablaré en otro momento.
Cuando volvíamos en el coche, comentaba yo, lo absurdo que resulta tener que comprar un vale, esterar a recibirlo, llamar para reservar, entregar el vale, y comer por un precio tasado, con el que en principio, no pierde el restaurado, y gana el intermediario. Donde está el secreto?. Encuentro muchísimo mejor, y más práctico, el sistema del Guria, que por cierto, ya lo tuvo o tiene, el Jolastoki (Neguri).
Seguir con este tipo de indagaciones, porque comer como en Tamarises, Itsas Gane, y algún que otro, por 100 Euritos persona, no tiene mucho secreto.
Tampoco estaría mal, que calificarais los establecimientos, en función a sitio, atención, calidad, relación calidad/precio, etc. (Sería una calificación, de gente a la que le gusta comer)
Getxo a 6 de Mayo de 2013 Un saludo JAA