Yo era más de Tente que de Lego, pero ahora soy más de Petramora y del restaurante La Molinera, que vuelven a unir capacidades, agenda y logística para que disfrutes un pistonudo set de construcción culinaria donde las piezas son fideos, garbanzos, chorizo de carne, chorizo de cebolla, grelos, patatas, cacheira, lacón, carnes de gallina y ternera, espinazo, pata, rabo, costilla, panceta y lengua.
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Carnaval es momento de exteriorizar las alegrías internas. Y, al margen de disfrazarse o no, con estilo o como un mamarracho, el de Don Carnal y Doña Cuaresma es tiempo de cocido de Lalín. Petramora te pone en casa el del restaurante La Molinera, que lo prepara desde 1985.
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En esta taberna sobre la ría de Arousa se despacha cocina gallega de proximidad, «revisada y actualizada», un muestrario de pescado y marisco que se disfruta en mayor medida cuanto menos tratamiento recibe, esto es, crudo o simplemente arrimado al calor.
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loquecomadonmanuel, todo junto, sin espacios de espera entre plato y plato, se plantó el otro día en Portonovo. Cuando juegas fuera, lo lógico es dejar la iniciativa al equipo de casa, asi que me dejé llevar por dos primeros espadas, reincidentes del local, al restaurante O Salgadoiro. Lo primero que me llamó la atención fue que en la tierra del marisco se apueste por un local de corte tan moderno, donde los negros y naranjas predominan muy acertadamente. y que, no obstante, no llama a los turistas que buscan el rico manjar marino. La carta toca todos los palos : el marisco-obligado en esta tierra-, carne, pescado, revueltos, raciones varias… Como mis amigos eran mano, dejé que hablaran ellos y optaron por un variado picoteo: tostas de jamon y salmón, un mas que bien presentado revuelto de grelos y erizo, unos frescos chipirones encebollados que hicieron las delicias de los amantes de los untasalsas por fina y sabrosa, y un tapado que se convirtió en el plato estrella, la zorza. En todos estos años en Galicia nunca me gustó, ya que repite mas que los programas del corazón, estando esta suave y muy apetecible. Gran descubrimiento. Las cantidades en los platos, mas bien generosas, y los precios, propios de El Club de la Comedia, por irrisorios dada la calidad. Por todo ello, llegamos a los postres vencidos pero con una sonrisa en los labios, gracias en parte a una rubia alemana de grifo. La próxima vez caerá la brocheta de carnes que desfiló ante nuestros ojos con aires de pasarela para posarse en la mesa contigua. Al final llegaron las ofrendas, declinamos un ofrecimiento de chupito y yo les obsequié con un Manolito bien merecido. (Desde Galicia para loquecomadonmanuel, les narró Arturo Mendoza, el reportero que pierde memoria y gana barriga) Igor CubilloPeriodista y gastrósofo. Heliogábalo. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). Tras firmar durante 15 años en el diario El País, entre 1997 y el ERE de 2012, Igor Cubillo ha logrado reinventarse y en la actualidad dirige...
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