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Contenidos Etiquetados "Ikea"
Hoy toca despedirse de El Clarete (Vitoria), icónico restaurante gobernado durante 26 años por Unai y Patxi Fernández de Retana. Los hermanos brindan su último servicio conjunto y separan sus caminos profesionales. El espacio lo ocupará en adelante un área de I+D gastronómico capitaneado por Unai para el Grupo RAS.
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Refinado local dirigido por el chef Iñaki Moya y diseñado por el afamado Javier Mariscal, con cangrejos a modo de lámparas o al revés. Óscar Cubillo repasa su menú gastronómico. Se elevó espiritual y físicamente con el pulpo y los guisantes, y alcanzó el culmen con el pollo de corral.
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(+25 rating, 6 votes)Cargando... Iñigo Lavado es de los pocos cocineros que cuentan con cierta visibilidad y salvan, mínimamente, el tapón generacional impuesto en Gipuzkoa por los omnipresentes Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Pedro Subijana y compañía. Se le puede ver en congresos y desde 2005 comanda en Irún, en Ficoba, casi en la misma línea fronteriza con Francia, un restaurante con buena prensa donde los menús cuestan entre 36,60 y 52,80 euros. Precio ajustado para propuestas como milhojas de foie y manzana caramelizado con reducción de módena; merluza asada al horno sobre cama de nécora y salsa kaizarra; chuleta a la parrilla con patata rota al aceite de oliva y rúcula; y paquetito de plátano y vainilla con helado de limón. No obstante, son malos tiempos para la lírica y muchos nos tenemos que contentar con comer en Singular Food, la alternativa económica ideada por el chef irunés y ubicada justo debajo de su restaurante principal. Platos singulares. Para todos. Para llevar. Para los peques. Sano y divertido. Sabroso. Divertido. Naturalmente bueno. Elaborado… Estos son algunos de los mensajes plasmados en las paredes de ese otro restorán, donde capazos y bolsos coloristas de Elpatitofeo Design, expuestos en percheros, paredes y estantes, contribuyen a configurar un espacio muy informal. Las servilletas son de papel y, como en McDonald’s, hay que hacer cola para comunicar a una señorita tu elección, una vez escrutada una carta dividida en cuatro apartados, con precios fijos: Ensaladas, sopas y cremas (6,90 euros); Pastas, arroces y huevos (9); Pescados y carnes (9); y Postres (4). Allí figuran tentaciones como el cocido de garbanzos con ternera; las verduras a la parrilla con crema de coliflor; los chipirones a la plancha con piperrada y tinta; y el soufflé de chocolate con almendras y nueces. «Alta cocina para todos los bolsillos», la promocionan, no con poco ringorrango. Lo habitual es optar por la opción Menú, que permite escoger libremente dos platos y postre, entre las 34 propuestas de esa misma carta. El precio, 13,90 euros, de martes a viernes, a mediodía;...
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(+44 rating, 9 votes)Cargando... Mi hermano Igor en esta web Don Manuel afirmaba que El Clarete es el mejor restorán de Vitoria, la capital de Euskadi. ¿Mejor que mi favorito Zaldiaran? No puede ser. ¿Mejor que el acreditado Ikea también? Hum… pues podría ser, pero lo dudé al leerlo. O sea, que lo mejor era ir a comer ahí y comprobarlo. Acudimos Carlos y yo entresemana; entramos yo arrastrando mi maleta ruidosa de ruedas y él portando su mochila montañera, nos sentaron sin dilación y amable nos intentó explicar el encargado cómo funcionan en El Clarete. Le interrumpí: «Ya lo sabemos, lo hemos leído en Internet, no queremos el menú del día (plato de cuchara más un par de entrantes y postre, sin bodega por 22 euros; al final, unos 30 lereles por comer alubias, digamos para entendernos) y preferimos probar el menú degustación con bodega» (45 más IVA por un aperitivo, cuatro entrantes, un plato de pescado, un plato de carne y dos postres, más el vino; como avisan en su web: «La cantidad viene a ser como un primero, un segundo y un postre que lo dividimos en formato de medias raciones para conseguir el punto exacto de comer y disfrutar de una cocina tradicional, renovada y actualizada»). Además, en El Clarete a veces no revelan lo que van a traer para comer y aseguran que las propuestas complacerán al comensal. Nosotros comimos con agua (no recuerdo la marca) y vino monovarietal, un garnacha de Casa Primicia, de Laguardia (adonde nos encaminábamos). El encargado, un apasionado de los vinos que los explicaba a las distintas mesas, abrió la botella, olió el corcho y advirtió: «no hemos tenido suerte». El vino estaba húmedo o acorchado. Abrió otra y estaba fenomenal: cosecha 2007, poco color, tono cereza, olor que alegraba, sabor a frambuesa, 14 grados de alcohol bien llevados y producción de 9.796 botellas. Contentos y expectantes, y a la postre casi eufóricos y satisfechos, esto degustamos según se llenaba el comedor con gente chic: personajes televisivos, panaderos artesanos...
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El grueso del recetario marino editado por Ttarttalo lo componen pescados y mariscos habituales en la cesta de la compra de este país en caída libre.
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El Ikea es uno de los restaurantes de postín de Vitoria, pero es muy cara su cocina innovadora, que presume de elaboración y sentido común en su web.
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En Ikea lo normal es terminar sediento y hambriento. Por eso habrá que juzgar acertada la decisión de plantar un área de comida rápida y a precios irrisorios en la misma salida, frente a la línea de cajas.
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El restaurante de Héctor Oribe, cocinero fogueado en el Ikea, el Karlos Arguiñano o el Arzak, anuncia «una cocina actual, de temporada, pero sin dejar de lado la cocina tradicional».
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