Restaurante El Puerto (Gijón). Cocina contenida
Salimos de El Puerto con la impresión de que la casa puede dar mucho más de sí, a nada que se decida a dar un paso más dentro de una alta cocina tradicional refinada.
leer másSalimos de El Puerto con la impresión de que la casa puede dar mucho más de sí, a nada que se decida a dar un paso más dentro de una alta cocina tradicional refinada.
leer más(+10 rating, 2 votes)Cargando... Tiene una estrella Michelin este negocio que descubrí en una lista de los mejores restaurantes de España con vistas al mar -o quizá era a la playa- que ordenó el diario ABC. Al leerlo pensé que era factible que comiera en él, por la cercanía más que nada. Luego me habló del Real Balneario mi cuñado de Madrid, Jesús, alias El Cohete, asegurando que no era tan caro si compartías un entrante y que la comida estaba estupenda y que no se me ocurriera despreciar el pescado. Pues estas vacaciones estivales cantábricas, con ocho noches en ocho hoteles distintos, hicimos una parada en Avilés solo para visitar el Balneario de Salinas. Arribamos a nuestro destino circunvalando la industrial Avilés, atravesamos el centro de la localidad pijotera de Salinas, rozamos la playa y aparcamos allende el Museo de las Anclas, que es un parque. Deshicimos el camino andando y acodados en la barandilla observamos la curva paradisíaca de la playa, encajonada entre la espuma de las olas y las edificaciones de la orilla. Por eliminación inferimos que una casita verdosa debería de ser el Balneario. Parecía cutre, así que preguntamos a un paisano y nos sacó de dudas. Ese era nuestro objetivo, sí, pero por dentro cambiaba la impresión. Al llegar a su fachada Susana entró en su lobby y reservó para dos, y yo me quedé fuera estudiando la carta: cara, corta y pescatera, con algunos mariscos y los postres sin consignar. Había tres menús y ninguno incluía la bodega, claro. Estaban el menú gourmet, a 108 euros (IVA incluido en todos los precios; quizá ya sean precios desactualizados y por la subida del IVA del 1 de septiembre este cueste ahora 110) que descarté por el precio; menú degustación a 64,80 que descarté porque La Txurri suele rechazarlos alegando que de degustación se come poco, moderno y mal; y el ‘menú de los fogones de fomento de la cocina asturiana’, por 38,38, porque no iba a recorrer 300 y...
leer másParrilla JJ permite comer bueno, bonito y barato en Llanes, pueblo costero asturiano que me atrae por sus paseos, gintonics, sidras, raciones, terrazas, vinotecas, hoteles con vistas o con piscina…
leer másLa Terraza, un lugar muy coqueto, puesto con detalle, con grifos de sidra que contabilizan los culetes escanciados, con camareras de una amabilidad extraordinaria, una cocina contundente y muy bien tratada, y carnes de la casa.
leer másCasa Poli, una casona típica con varios comedores y un patio interior. Un clásico de la zona, un lugar que congrega multitudes y en el que es recomendable acudir a comer a horarios tempranos si no queremos que la espera sea muy larga, ya que tienen por costumbre no hacer reservas.
leer másEl Riu Calabres es uno de esos sitios en los que el corazón se siente reconfortado y el estómago agradecido de haber acudido a su elegante comedor.
leer másSi me pagaran un leuro cada vez que, paseando tranquilo por las calles de Naves (Asturias, conceyu de Llanes), un coche, con pareja, se me ha puesto al lado, ha asomado un cabecita y me han preguntado por cómo llegar a la playa de Gulpiyuri… Si me pagaran ese leuro, a estas alturas sería millonario o me saldría gratis el chuletón que ponen en el Cabañón (en Naves). Me lo han preguntado tanto que ya me siento navisco honorario y me enorgullezco de dar una de las mejores explicaciones para llegar hasta la playa, que no es playa pero sí es playa, yo me entiendo. Por contar, como se lo cuento a ustedes, lo narro a los que me preguntan hasta con misterio, novelado, con voz profunda y con aviso de sorpresa. Pero no se lo desvelo aquí porque si no conocen Gulpiyuri verán que merece la pena llegar y sorprenderse. Naves merece una visita, o dos, o tres, o una docena, por sus playas, por sus paisanos tranquilos, por las dos fiestas patronales, dos, que atraen miles de personas y convierten un pueblo en algo parecido al Rock in Río. También hay que ir por los culines de sidra en Casa Raul y por ese dulce no hacer nada de las tardes de septiembre, cuando después de haberte tostado en una playa cercana te acercas y paseas tranquilo y hueles los jazmines y te estalla en la retina el naranja de las capuchinas, y el mirlo canta y todo está muy cerca de ser perfecto. Por el centro de Naves pasa también la ruta Norte del Camino de Santiago y allí ves a los esforzados peregrinos de todos los países y condiciones dejándose las suelas en busca del próximo albergue. Y, sí, hay que ir por El Cabañón. In the Cabañón we trust. Fuimos fieles al Cabañón incluso una escasa etapa de travesía en el desierto en la que no nos gustaba tanto, pero ahora ya es lo que fue. Ocho años llevamos yendo, unas cuantas...
leer másNota 6 de noviembre de 2012 Tras un cierre de unos meses el Pizá ha regresado con nueva gestión. De ello damos cuenta en este post ————————————————————————————————– Que bello es Porrúa. Pueblo ejemplar asturiano. Nos gusta porque es la sede del fabuloso Mercau Astur, el de los meses de agosto. Un mercado exuberante en el que todo el pueblo viste las mejores galas astures, en el que hay pasacalles, actuaciones, puestos de artesanía, comida, bebida, sidra y gente guapa escanciando. En el que, por un momento, te sientes transportado a un mundo idílico en el que todo era más bello y luminoso (no sabemos si ese mundo fue así, pero al menos, durante un día, ese mundo es). También en Porrúa está el Museo Etnográfico del Oriente Asturiano. Si no lo han visitado corran a verlo. Si han estado, coincidirán conmigo que es una instalación cultural a la que hay que regresar periódicamente porque es una maravilla, divierte, enseña y emociona. Y enfrente del Museo, alguién hace muchos años se comió un aguacate y tiro la semilla a un prau y allí crece uno de los mayores árboles de este fruto. Majestuoso, enorme, bíblico: una pasada. Y en Porrúa tiene su sede la Banda de Gaitas LLacín que, si tienen la suerte de escucharla en todo su brillo, emociona. Es escucharla y uno que, para eso de la épica es bastante descreído, siente que su bello vello se eriza y dan ganas de gritar «Libertad» y conquistar Escocia. En Porrúa tenemos amigos y proveedores, o una combinación de ambas figuras. Y todos, pese a la fama, de la que hablaremos otro día, son gente lista, noble y divertida. Socarrones, del terruño y sin tonterías, como nos gustan los paisanos, que para eso estamos en Asturias. Y como tenemos media sede en tierras astures, los visitantes cuando llegan nos preguntan aquellos sitios donde mejor comer y qué lugares visitar. Tenemos un suelto preparado,que ponemos en el correo electrónico. Sólo para los amigos, porque...
leer másSidrería El Almacén era eso, un antiguo almacén fuera del meollo llanisco, pero eso le da más encanto; el pasear por las calles empedradas y fuera del lío, comer alguna de sus especialidades, que no son muchas, pero que siempre están perfectas de punto y sazón.
leer másEl pulpo más recordado lo comimos en El Cachopito, en la calle Gascona, pequeño Bulevar de la Sidra ovetense, destino natural del turista más vaguete donde recomendamos empezar calzándose una docena de ricas parrochas en El Ferroviario.
leer másXagarda empezó su andadura hace relativamente poco, se ha especializado en platos combinados y ahora es un must de la costa llanisca. Suele tener llenos diarios.
leer másComimos bien en La Corrada del Obispo, sin ser la repanocha, lejos tal vez de la excelencia gastronómica, pero digno de repetir. Por el marco, el servicio y sí, vale, también por la comida, pero por la salada.
leer más
Comenta, que algo queda