¡Por fin una receta de lentejas! Eso sí, con el giro de tuerca de LAB La Jamada, el laboratorio dedicado a talleres de cocina e investigación gastronómica que comanda el cocinero Antonio Arrabal.
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Charlamos con Alberto Ríos, gerente de Embutidos Ríos, el mayor fabricante que existe de morcilla de Burgos. La empresa de Villarcayo comercializa más de 30 referencias y sus novedades son una morcilla ecológica y otra, Veggies, destinada al público vegano.
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En marcha las Jornadas del Lechazo de Aranda de Duero, sede actual de Las Edades del Hombre. Allí no es preciso acometer búsqueda alguna para encontrar «el vinillo, las tortas de pan blanco y el asadillo» que anima a probar la canción popular castellana; todo sale al encuentro del visitante.
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El lunes había muchos turistas y muchos vascos en Casa Pancho, pues esta tasca es hito obligado de esas manadas de profanos que miran curiosos a sus paredes, carteles y tal.
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Nos atrevemos a recomendar El 24 de La Paloma, por su calidad culinaria, su ambiente ajeno a lo turístico y su atmósfera nada popular.
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La gente entendida aconseja unánimemente reservar mesa en Casa Ojeda. Pensando en los corderos, dice mi aita que vale más una hora en el Ojeda que cuatro días en el campo.
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La Vasca es un restorán casta, profesional, de larga trayectoria (fundado en 1926), clientela fija y satisfecha, y maneras básicas, costumbres inquebrantables (las culinarias, no las sociales) y cocina atemporal.
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Esta escena campestre, plasmada en 77 azulejos, decora la fachada de La Posada, justo junto a la entrada a esa la taberna-restaurante burgalesa, de ambientación taurina, que se dice especializada en carnes de buey y lechazo asado al horno.
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La Comidilla de San Lorenzo, bar que exhibe cierta modernidad burgalesa y aspira al título de campeón de Castilla de la Tapa Elaborada. A precio ciertamente de campeonato, todo sea de paso.
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En Blanco y Negro vimos un lugar pequeño, coqueto, abarrotado de gente eufórica por la comida (y la bebida) y decidimos que allí había que comer a toda costa.
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Por lo menos, el vino estaba bueno y los postres, caseros, hicieron que el mal humor que llevábamos se calmase un poco.
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