Estamos matando la cocina tradicional
Es hora de dar un golpe sobre la mesa y advertir a quien corresponda de que los platos que nos han alimentado y representado comienzan a ser una rareza, cuando no un mero recuerdo.
leer másEs hora de dar un golpe sobre la mesa y advertir a quien corresponda de que los platos que nos han alimentado y representado comienzan a ser una rareza, cuando no un mero recuerdo.
leer másNadie merece la segunda estrella de marras más que Josean Alija. Chef de campanillas formado en restaurantes tradicionales y cocinas de vanguardia, el bilbaíno es poseedor de un discurso claro en torno a lo vegetal, pero sus platos son sabrosos, sumamente delicados y pueden presumir del anhelado equilibrio.
leer más¿Por qué el Bistró del célebre museo no es un referente gastronómico para los bilbaínos? Sus responsables pretenden atraer al público local con sabores reconocibles y varios menús, incluido un degustación irregular que cotiza a 55,55€, con maridaje. Too much, que diría Trueba.
leer más(+59 rating, 13 votes)Cargando... Como no sabían que era imposible, lo consiguieron. Lo están consiguiendo, vamos. Están en ello. Aizpea Oihaneder y Xabier Díez Esteibar han logrado descollar, captar atención, pese a la sutil presión de esa envejecida camarilla que pretende restar visibilidad a los jóvenes cocineros de Gipuzkoa, a su relevo; que les pone la pierna encima, que les impide salir en la foto, que está provocando un tapón generacional de consecuencias imprevisibles. Y, mientras, Bizkaia gana terreno, se reivindica a nivel internacional con figuras como Eneko Atxa y otros primeros espadas, adalides del producto, magos de la parrilla, como Bittor Arginzoniz, y exponentes de nuevas concepciones de la cocina, en el caso de Josean Alija. Y otros. Y, mientras, yo también me escapo y disfruto en mesas como las de Xarma, el restaurante de Oihaneder y Díez Esteibar, en Lorea, bien lejos de la postal clásica donostiarra, de la arena de sus playas, de los márgenes de esos mapas que te dan para veranear. Con la excitación propia de saber que experimento la exclusividad del secreto a voces. De que el día menos pensado les caerá alguna estrella. De que son el relevo del relevo silenciado. Porque, háganme caso, en Donostialdea no es preciso ser cincuentón, ni sexagenario, ni septuagenario, para ser un gran chef. La fama precede al Xarma, en círculos gourmets, de connoisseurs, y parece bien merecida. Incluso en su propuesta más modesta. Me refiero a su Menú mercado, por el que optamos disuadidos por los precios de su carta (entrantes, 18,70 a 21,90€; carnes y pescados, 28,60 a 35,20€; postres, 11 a 16,50€), y de su prometedor menú degustación (71,50€, sin bodega). Menú mercado (25,50€), aperitivo, entrante, plato principal, postre, pan, agua, vino de año y café. Menú mercado, producto, armonía, buena ejecución, buena presentación, excelente servicio. Un acierto. Oihaneder y Díez Esteibar pasaron por los fogones de Arzak, Martín Berasategui y Michel Bras (además del Monasterio de Rocamador, en Badajoz, y el Mesón del Peregrino, en Puente la Reina),...
leer másEl bar Rotterdam es un restaurante prototípico especializado en comida sin chorradas: croquetas, pimientos del país, ensaladas, bacalao al pil pil y a la vizcaína, chuletas y postres caseros. Productos de temporada y elaboraciones de la vieja escuela.
leer másLa Bodega Urbana la pusieron recientemente en marcha los enólogos Ana Martín y Pepe Hidalgo, con idea de combatir el aire elitista que envuelve de un tiempo a esta parte, y cada vez en mayor medida, al mundo del vino.
leer másLa primera preocupación del hostelero debería ser que el vino que sirve ‘de serie’ maridase mínimamente con la comida.
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