10 restaurantes de Bilbao
10 restaurantes imprescindibles de Bilbao, valores seguros para comer bien en la villa. Un salvoconducto para terminar satisfecho con propuestas muy diferentes.
leer más10 restaurantes imprescindibles de Bilbao, valores seguros para comer bien en la villa. Un salvoconducto para terminar satisfecho con propuestas muy diferentes.
leer másLos confinados más diestros tienen todo un reto con los guisantes en dos tiempos con huevo de euskal oiloa, y jugo de champiñones y jamón, que propone Josemi Olazabalaga. El cocinero de Aizian (Bilbao) es un destaco valedor de la cocina vizcaína.
leer másJosemi Olazabalaga no necesita las estrellas del mainstream gastronómico para aportar luz a su cocina, pues ésta ya refulge por si sola en el restaurante bilbaíno.
leer másCocinero autodidacto, Mikel Bengoa, camionero hasta hace un lustro, ha dotado de calidad y personalidad a la Herriko Taberna de Meñaka, sin caer en barroquismos ni fallidos saltos mortales. Su propuesta la guían sencillez y honestidad, pilares tradicionales de la cocina de mercado más satisfactoria
leer másLa gastronomía es una manifestación de placer, tiene que ver con lo artístico, con el hedonismo, la sapidez y la satisfacción de los sentidos. De todos ellos. Por eso le pido algo tan básico como pasión, calor. Y la pantomima de las estrellas Michelin hace tiempo que me deja frío.
leer más(+33 rating, 7 votes)Cargando... Es todo un privilegio ser considerado un clásico, siempre que la púrpura no te ciegue y su peso te encorve, hasta el punto de anquilosarte y terminar convertido en un dinosaurio. Es común toparse con negocios que se duermen, que crían fama, suben precios y se echan a dormir, pero éste no es el caso de Andra Mari, un verdadero clásico de la gastronomía vasca que está totalmente en forma. Porque lo ratifica año tras año la venerada Guía Michelin, que mantiene su estrella desde hace tiempo, y porque lo he comprobado yo mismo. Y a mí eso me vale más que los caprichos de la guía roja. Qué pasa. No soy el primero que escribe las bondades del restorán vizcaíno, pues se ubica junto a la iglesia de Andra Mari, de estilo románico-gótico (con elementos de reconstrucción renacentistas), desde 1964. Ese año lo pusieron en marcha los hermanos Patxi, Dominga y Juan Cruz Asúa (hoy lo regenta Roberto, hijo de Patxi), y en 1976 el edificio, con fachada blanca y lisa en origen, adoptó su actual aspecto, acicalado con restos de caseríos demolidos. El fino parcheo ha embellecido una estructura cuyas estancias están bien surtidas de madera de roble, tallada con azuela; de hecho, en su bodega alberga el tronco de un viejo roble, el de las mentiras, a cuyo pie la gente del lugar exageraba sus posesiones en animadas conversaciones que tenían lugar antes de entrar a misa. Conocer su historia hace más interesante cada visita. Yo, en mi penúltima, pude caer en la tentación de probar las recetas más caras de su carta, que son ensalada de bogavante con frutas y verduras (29 euros); rodaballo con pil-pil de cítricos y fondo de vainas (29); y centro de entrecot con guarnición de pimientos y patata panadera (28); pero decidí apostar por la fórmula ‘económica’, el Menú Tradicional Elexalde, que ofrece cinco platos y postre por 42 euros (sin bodega). Comí rebién y tranquilicé mi ánimo observando el verdor...
leer más(+25 rating, 5 votes)Cargando... Uno de los regalos molones que nos hicieron con motivo del casamiento, fue una jamada o cena en el Aizian. Encima dieron en el clavo con el sitio, ya que lo teníamos pendiente en la lista de to do’s culinarios tras varias intentonas que resultaron fallidas. Decidimos guardar el bono para alguna celebración o acontecimiento y, como hay algo que celebrar en estos momentos, pues dimos uso del mismo hace dos sábados. Si es que la fortuna es sabia y tuvieron que truncarse las anteriores intentonas para que la primera visita al Aizian haya sido ahora. Todo pasa por algo. Este tipo de bono-regalo suele conllevar un menú ya cerrado, en función de la generosidad del que regala, obviamente. Y el nuestro pintaba muy muy bien. Paso a contar los detalles de la cena… El primero de los entrantes fue un carpaccio de bacalao con mousse de ajoblanco y helado de tomate seco, el cual amablemente sustituyeron para mí por unos raviolis de cigala con sopa de hinojo y praliné de avellana. Del carpaccio, el consorte me dejó catar la mousse y el helado. Muy ricos ambos. Mis raviolis de cigala, geniales. Muy sabroso tanto el relleno como la sopita que lo acompañaba (qué poco se usa el hinojo y el juego que da, oye). La verdad, creo que salí ganando con el cambio. Suerte que tengo. El segundo entrante fue el falso risotto de pulpo y patata con allioli de mejillones. La encantadora camarera nos sugirió probar el allioli al principio y, después, mezclarlo con el resto del plato. A mí, que no soy muy amiga del pulpo (es de esas cosas que me cansa comer), me pareció una maravilla. De gustar a todo el mundo y, además, ración más que hermosa para ser un entrante. El siguiente plato fue foie en costra de pan ahumado a la plancha con gelée de cerezas, para el señor; y unas mollejas de cordero con jugo del susodicho, crema de oveja carranzana y patata, sal de aceituna negra...
leer másUna visita al prestigioso Restaurante Aretxondo, de aire arquitectónico vasco, gastronomía tradicional, amplio local con mesas separadas, clientela que no chilla, vistas estupendas a los montes verdes, aparcamiento con numerosas plazas, bar y terracita…
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