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Publicaciones por Cuchillo
Hay que exigir mucho más a un vegetariano, a la comida vegetariana, si queremos combatir los no pocos sambenitos que le cuelgan, los prejuicios que lastran su demanda. Que si aburrida, que si insípida…
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El Jamón de la Crisis, «de plástico ibérico», fue una invención del arquitecto Juli Capella para agasajar a sus clientes en consonancia a la coyuntura económica, allá por 2007.
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(+25 rating, 5 votes)Cargando... Nekasu: arte de matar un pescado y dejarlo reposar. Japón ha inspirado al hiperactivo Fernando Canales a la hora de bautizar su particular txoko, donde él y su equipo imparten talleres y cursos de cocina, ruedan colaboraciones televisivas y ofrecen showcookings personalizados a empresas y particulares que así lo demandan. Imaginen que son responsables de Apple y quieren un menú a base de manzanas… O que tienen una empresa de antivirus (informáticos) y les hace gracia catar y conocer las propiedades y poderes curativos de diferentes especias… Sólo tienen que ponerse en contacto con el equipo del restaurante Etxanobe y llegar a un acuerdo. Sencillo, ¿verdad? El Txoko Nekasu, concebido como espacio para compartir conocimiento y generar sinergias, equipado para brindar experiencias gastronómicas sabrosas y participativas, se ubica en la última planta de un viejo edificio industrial del barrio bilbaíno de Deusto. Frente al restaurante principal de Canales (Etxanobe), pero al otro lado de la ría, y con una azotea desde la que se ve la imponente torre Iberdrola y el no menos imponente nuevo San Mamés. Casi nada. Hasta allí me dirigí hace un par de semanas, junto al amigo Dicky, para tomar parte en 21st. Century Cook, un showcooking concebido para bloggers (y weggers) gastronómicos en cuya organización tuve el privilegio de participar. Se trató de un encuentro ameno, profesional y cercano, en el cual el chef bilbaino, secundado por el talentoso Paul Ibarra, su responsable de I+D, y Javier Izarra, diestro cocinero de Tamarises, compartió trucos y curiosidades. A lo largo de casi tres horas, cocinaron, contaron anécdotas y mostraron diversas técnicas, incluidas la elaboración de pasta fresca, la esferificación y el manejo del nitrógeno líquido. También exhibieron cacharrería, entre la cual se encontraba el Spoutnik, el primer horno microondas esférico del mundo, fabricado por Fagor y capaz de preparar un bizcocho en sólo 45 segundos. Se habló de las virtudes de la xantana, espesante obtenido a partir de la fermentación del almidón de maíz con una...
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Belaustegi Baserria, un negocio que ocupa un bello caserón del siglo XVII, en el alto de San Miguel, lo que obliga a trepar la montaña por una serpenteante carretera.
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Echar un ojo a esas 27 frases proferidas en Culinary Action! no te llevará mucho tiempo e igual contribuye a evitar que dejes sin terminar tu autorretrato, sin estrofa la canción, la casa sin tejado.
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(+29 rating, 6 votes)Cargando... El teatro Campos Elíseos es un clásico de Bilbao, un edifico capaz de destacar por su belleza en una villa tan bella como la capital vizcaína, reinventada a base de postales, de sumar proyectos de arquitectos estrella: Frank Gehry, Norman Foster, Arata Isozaki, César Pelli, Santiago Calatrava… Pero lo mejor del caso es que destacó incluso durante los años en que languideció víctima del abandono, en estado poco menos que ruinoso; y lo fue gracias a la excepcionalidad de su fachada modernista, sobresaliente ejemplo de art nouveau erigido en 1902 según diseño del arquitecto Alfredo Acebal. La Bombonera de Bertendona vive ahora una segunda juventud. El ayuntamiento de la capital vizcaína y la SGAE invirtieron un lustro y 27 millones de euros en su reforma, lo reinauguraron en 2010, y ahora acoge una programación un tanto descafeinada de música y artes escénicas. Y, en su quinta planta, un restaurante al que he acudido no menos de cinco veces con ánimo de ponerme bien y ponerlo bien, y todas he salido algo defraudado con su Menú Bistró. Sí, porque su pertenencia, en origen, al grupo Zaldua hacía esperar más del Atril XXI, mucho más si se atiende a las promesas de su web: «Somos fieles a la cocina creativa, novedosa y fascinante, gracias a un chef que sabe posicionarse a la vanguardia de las tendencias actuales». El menú en cuestión siempre ha sido sugestivo, pues desde un principio permitía escoger entre buena parte de la carta, por un precio cerrado de 19,50€ (bebida incluida; 22 euros en fin de semana). Ahora el menú se indica en hoja aparte, pero el precio se mantiene y continúa constando de un primero, un segundo, postre y bebida, incluidos un par de crianzas. Siempre que no escojas el vino a tu antojo, que con dicha fórmula se despacha al 50% (igual que el resto de la carta), una excelente iniciativa que, eso sí, eleva la cuenta, con café, por encima de los 25€/pax. En una ciudad donde hay buenos menús del día por la...
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¿Vamos a la hamburguesería? La pregunta ha perdido un tanto su vigencia, pues la hamburguesa se ha difundido muchísimo, tanto que ya no es preciso acudir a locales especializados para darse el gusto de comer una. Además de en infames cadenas de comida rápida o comida basura, que la han desprestigiado a ojos de los más cortos de vista, dicho sea de paso, hoy es posible dar con ella en bares, restaurantes, puestos callejeros… Así, aunque es sencillo encontrarla con los más distintos grados de complejidad, de la sencillez más desnuda al barroquismo más absurdo y estomagante, no resulta fácil trazar una ruta fiable, realmente recomendable. Porque de noche los días son iguales, pero el pan y la carne no. En Getxo, zona Algorta, sabedor del pecado que supone no haber probado las de Alvarito’s Bar, me quedo con las de Carpanta. En el llano, en el barrio de Las Arenas y la república independiente de Romo, me gustan las del Gure Etxea; especialmente la Gure Etxea, con setas, pimiento rojo y jamón. La pega es que este bar suele estar a tope, en reconocimiento a su apuesta por la calidad, no siempre es fácil hacerse con una mesa y entonces es cuando entra en juego la agenda, el plan B, la oferta diferenciada de Bye American Bistró. A este local, adornado con imágenes en blanco y negro de animales salvajes y del skyline de esa jungla que es Manhattan, le relegan a esa condición de alternativa los precios de sus hamburguesas: entre 9 y 11 euros. Demasiado elevados a mi entender, aunque se acompañen de unas pocas patatas fritas caseras y un puñado de ensalada. Así, en mi última visita, media ración de delicias de pollo (pechuga empanada con queso parmesano, pico de gallo y salsa de mostaza), dos hamburguesas, un postre, un café solo, una caña y una copa de vino, elevaron la dolorosa a nada menos que 37,80€ (¡han cantado bingo, oigan!). Demasiado, insisto. Un auténtico pastón, convendrán. Al margen de...
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La estética ochentera no tumba un tema clásico que demuestra que los blancos también la saben liar. Aunque tengan que recurrir al poder afrodisíaco de la Spanish Fly…
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Su aspecto es poco refinado, nada pijo, pues los descomunales milhojas se presentan desprovistos de ñoñerías, pero plenos de aroma y sabor. De un espectacular gusto a mantequilla que armoniza a la perfección con la rica y abundante crema pastelera que se coloca entre las planchas de crujiente hojaldre. Contundente y tentadora.
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(+115 rating, 23 votes)Cargando... John Ford perdió una buena oportunidad al no poder concederme el papel principal en ‘El hombre tranquilo’, ese boxeador que regresa a su Irlanda natal para recuperar su granja y escapar de su pasado. No me altero, es difícil arrancarme un mal gesto, una mueca de insatisfacción; la procesión va por dentro, claro. Entre los pocos que logran enervarme figuran esos cocineros de nuevo cuño que sostienen que en gastronomía el sabor ha pasado a ser un aspecto secundario, prácticamente prescindible; que es el momento de las texturas, de otro tipo de sensaciones. Acepto el reto, disfruto con nuevas texturas y contrastes, entiendo y justifico la existencia de un departamento de I+D junto a la cocina, pero siempre que el gusto comparta protagonismo en cada bocado. No me interesa morder una piedra, ni un puñado de arena, ni un gel de marras, si mis papilas gustativas van a tener menos trabajo que el sastre de Tarzán. ¿Prescindamos de los sabores? ¿¡¿Qué me estás diciendo?!? Por eso admiro a los cocineros de raza, a aquellos guisanderos que tienen bien presente la tradición, de dónde vienen y dónde están, que rinden culto al producto y tienen el sabor como primer Mandamiento. Por eso admiro a profesionales como Prado-Egia’tar Julen, el cocinero afable, entusiasta y conversador infatigable que comanda El Arandia de Julen, restaurante ubicado en el corazón del (muy casta) barrio bilbaíno de Atxuri. Donde comió el trasgresor David Muñoz, y todo su equipo, el día que se hizo pública la concesión de la tercera estrella Michelín para su DiverXo, sin ir más lejos. Un jatorra, Julen. Un emprendedor que hace diez años tomó las riendas de un local conocido durante seis décadas por sus alubiadas, y decidió hacer de ellas, de esa invitación al encuentro, a compartir, su bandera. Efectivamente, la palabra indabak (alubias, en euskera) cobra otra fuerza en boca de este profesional, curtido en Aldanondo (Donostia), Ritz (Mallorca) y Etxebarri (Atxondo), que cocina con mimo un género traído de...
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(+15 rating, 3 votes)Cargando... Les haré una confesión: no me gusta tomar combinados. Si quieren agasajarme con una buena copa, para lo cual siempre estoy en buena disposición, opten por invitarme a un balón de excelente brandy o, mejor aún, a un dedal de ron Zacapa. De 23 años bastará. Y es que este néctar me conquistó en el mismo momento en que me lo dio a probar mi amigo Aitor Guenaga, viejo compañero de correrías y andanzas profesionales; el primer sorbo bastó para darme cuenta de que tenía ante mí algo más que un simple destilado. Ese vasito encerraba una riqueza de aromas y sabores que no está al alcance de la inmensa mayoría de su ‘competencia’. No en vano, ha sido señalado como mejor ron del mundo mundial en numerosas ocasiones. Uno se sirve Zacapa Centenario nº23, observa su color caoba y un aroma agradabilísimo, con matices de madera y chocolate, anticipa el disfrute que conllevará cada sorbo, con insistencia en el chocolate, el caramelo… Un gusto dulce, complejo y profundo. Como diría Van Morrison: gloria. Seguro que el extraordinario resultado está determinado por la calidad de las materias primas, mieles vírgenes (primera molienda de la caña de azúcar) añejados a 2.300 metros sobre el nivel del mar; con el proceso de elaboración, mezcla de rones de reserva, de diferentes edades (de 6 a 23 años), seleccionados de un sistema solera y envejecidos en barricas de bourbon, Jerez dulce y vinos finos de Pedro Ximénez; con el buen hacer de la master blender nicaragüense Lorena Vásquez; y con el entorno, la primavera perpetua de Guatemala, una tierra bañada por el fuego de los volcanes y el agua de dos océanos y numerosos ríos. Alguna pega tendrá, se preguntará alguno. Si acaso, el PVP, que se aproxima a 50 euros por una botella de 75 cl. abrazada por el cinturón tejido con hojas de palma secas que la decora y distingue. Aunque, créanme, bien custodiada y dosificada, reservada para ocasiones especiales, bien sea...
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(+25 rating, 6 votes)Cargando... Iñigo Lavado es de los pocos cocineros que cuentan con cierta visibilidad y salvan, mínimamente, el tapón generacional impuesto en Gipuzkoa por los omnipresentes Juan Mari Arzak, Martín Berasategui, Pedro Subijana y compañía. Se le puede ver en congresos y desde 2005 comanda en Irún, en Ficoba, casi en la misma línea fronteriza con Francia, un restaurante con buena prensa donde los menús cuestan entre 36,60 y 52,80 euros. Precio ajustado para propuestas como milhojas de foie y manzana caramelizado con reducción de módena; merluza asada al horno sobre cama de nécora y salsa kaizarra; chuleta a la parrilla con patata rota al aceite de oliva y rúcula; y paquetito de plátano y vainilla con helado de limón. No obstante, son malos tiempos para la lírica y muchos nos tenemos que contentar con comer en Singular Food, la alternativa económica ideada por el chef irunés y ubicada justo debajo de su restaurante principal. Platos singulares. Para todos. Para llevar. Para los peques. Sano y divertido. Sabroso. Divertido. Naturalmente bueno. Elaborado… Estos son algunos de los mensajes plasmados en las paredes de ese otro restorán, donde capazos y bolsos coloristas de Elpatitofeo Design, expuestos en percheros, paredes y estantes, contribuyen a configurar un espacio muy informal. Las servilletas son de papel y, como en McDonald’s, hay que hacer cola para comunicar a una señorita tu elección, una vez escrutada una carta dividida en cuatro apartados, con precios fijos: Ensaladas, sopas y cremas (6,90 euros); Pastas, arroces y huevos (9); Pescados y carnes (9); y Postres (4). Allí figuran tentaciones como el cocido de garbanzos con ternera; las verduras a la parrilla con crema de coliflor; los chipirones a la plancha con piperrada y tinta; y el soufflé de chocolate con almendras y nueces. «Alta cocina para todos los bolsillos», la promocionan, no con poco ringorrango. Lo habitual es optar por la opción Menú, que permite escoger libremente dos platos y postre, entre las 34 propuestas de esa misma carta. El precio, 13,90 euros, de martes a viernes, a mediodía;...
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