La Parrilla, restaurante del Hotel Bedunia (La Bañeza, León), organiza por quinto año su Festival de Buey Madurado, que ofrece durante todo el año un menú temático centrado ens carnes de LyO.
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La nonagenaria Maruja Botas presume de haber abierto Casa Maruja con su madre, Enriqueta Salvadores, allá por 1966. Desde entonces el cocido maragato es su especialidad y, a día de hoy, su única oferta.
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La cecina de León es un prodigio de sapidez y aroma, monumento gastronómico que conjuga como pocos elegancia y rusticidad. Comerla es estimular la memoria y hacer justicia con un modo de vida, masticar una historia entrañable que se remonta a los astures.
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Dos chefs, Yolanda León y Juanjo Pérez, cocinan en este restaurante, único de León con estrella Michelin. Óscar Cubillo probó su menú degustación y asegura que repetiría.
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(+64 rating, 14 votes)Cargando... A veces, una siente la necesidad de reconciliarse consigo misma, o de purgar ese punto de mal genio con el que, frecuente y desgraciadamente, ya no sorprende a muchos de los que le rodean. Esas mismas veces, basta aprovechar un momento de provocada coincidencia familiar, y en un arranque de generosidad, invitar a comer a parte de la familia, padres, hermanas, hijas, sobrinas y/o demás apegados, los presentes en el momento, sin convocatorias previas. Pues dicho y hecho. Me gusta conducir, me relaja, me permite pensar… Vaaaaale, llamémosle morriña, tal vez. Así que me hice la encontradiza, ¡tachán! Y, como quien no quiere la cosa, me planté en tierras castellanas; qué fácil, sabía que me los iba a encontrar allí. Tras las caras de sorpresa, abrazos, besuqueo, perotúquehacesaquí y demás, les propuse ir a comer. Como me conozco el percal, previamente arrastré a un rincón al patriarca con la intención de avisar de que yo me haría cargo de la dolorosa. Prometo que lo intenté con la mejor de mis sonrisas, y hasta con caída de ojos, pero hubo que recurrir al “innegociable, he dicho” para lograr mi fin. ¿Pero ésta no venía en modo reconciliación?, me pareció escuchar. Hacía mucho calor aquel sábado y no era plan meterse entre pecho y espalda una de cocido maragato, ése que se come al revés. Ya se sabe, luego nos entran sudores, sopor inevitable y, a alguno más que a otras, necesidad de siesta. Así que dejamos la visita a Castrillo de los Polvazares para otra ocasión. Precioso pueblo, por cierto. Sinceramente, y para qué negarlo, yo iba con antojo de bacalao con pimentón, claro, lo típico por la zona. A falta de otras ideas, pusimos rumbo a Valderas, un pequeño pueblo leonés donde se ubican tres establecimientos que presumen de despacharlo bien rico en sus cartas: Casa Zoilo, El Rebeco y Gatito (miau). Y aquí y ahora entono el ‘mea culpa’ y reconozco el error, por no haberme informado debidamente y...
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Acudimos con buenas referencias a Palacio de Canedo, ese complejo creado por José Luis Prada Méndez y compuesto por hostal, restaurante, tienda, sala de catas, viñedos, oficinas, almacén, bodega, taller de elaboración de conservas…
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Casa Méndez es un restaurante pequeño que, por lo que adivinamos tras la rápida mirada a su comedor se surte fundamentalmente de los alojados en el hostal aledaño.
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El cocido maragato se come al revés, si. En orden diferente y contrario al que normalmente se come el cocido. Es decir el orden sopa-garbanzos-carnes se convierte en carnes-garbanzos-sopa. Esa es la gracia en Casa Maragata II.
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Suele ocurrir que el desconocido se sorprende gratamente cuando al tomar su vino, refresco o lo que se tercie le ponen una buena tapa que en algunas ocasiones no desmerece al pintxo. Y eso sucede en todos los bares, tabernas, no solo de León capital, sino de toda la provincia.
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