Kokotxa (Donostia). Punto y sabor; nos ha ganado
Merece mucho la pena dejarse caer por el Kokotxa, aunque otros cocineros resulten más mediáticos o inviertan más en la promoción de sus restaurantes.
leer másMerece mucho la pena dejarse caer por el Kokotxa, aunque otros cocineros resulten más mediáticos o inviertan más en la promoción de sus restaurantes.
leer másEstaba yo pensando en apuntarme al programa de Fundamentos de la Cocina Española de la sucursal madrileña de Le Cordon Bleu, por aquello de terminar de pillar el punto al arroz, al punto de nieve y a la bechamel, cuando reparé en el precio de matrícula y reserva de plaza: 4.450 euros del ala, por ser yo. !Hala! Sumé a eso las juergas, las resacas y los gastos de alojamiento de tres meses en el Foro y concluí: mejor sorprendo a mi pareja con una bandeja de «Mejillón en salsa de tomate» de Angulas Aguinaga, presentado con disimulo en una ensaladera de mi propiedad, al tiempo que cuento (a mi esposa) cuánto tiempo he invertido en limpiar los moluscos lamelibranquios, ligar esa salsa a base de … Etcétera. En eso estaba ayer, mientras abría una botella de Viña Albina Fermentado en Barrica (90% viura y 10% malvasía de Rioja, de 2010, Bodegas Riojanas; a un paso de la sequedad y aspereza del fino) y esperaba a que el plato se templara tras pasar dos tandas de 150 segundos en el microondas, cuando vi en la cara de mi partenaire la primera mueca provocada por el mal sabor de alguna pieza. Luego, yo mismo experimenté esa sensación, mastiqué mejillones un tanto duros, tiesos en demasía, aparté cáscaras rotas, deseché uno cerrado, topé con alguna molesta piedrita… y llegué a una segunda y definitiva conclusión: no merece la pena acercarse a la cámara de congelados para comprar estos mejillones. Si no quieres limpiar y ligar salsa, mejor bajas al bar. Sugiero. (cuchillo) CuchilloEs el pequeño de los Cubillo Brothers. Nació en 1991, en el mismo Bilbao, es más de salado que de dulce y acostumbra a disociar, con lo cual cambia de apariencia física con frecuencia. Como Robert de Niro antes de rodar Toro Salvaje, pero a lo tonto, por la cara. Él es más de toro tataki. Aprendió pronto que Dow Jones no es un cantante, le incomoda la fama de criticón, pues siempre ha sentido...
leer másPor mucho que viajen y por mucho que coman en sitios de postín será complicado que coman mejor que en restaurante Héctor Oribeen la relación entre calidad y precio.
leer másTres días seguidos almorzamos entre semana en La Chata, empresa alejada de las carreteras y las playas, ubicada en el centro de Arnuero, a pie da su iglesia visible a distancia. De esos tres días, el local tuvo dos llenos con colas
leer másPese a su indisimulable austeridad, una gozada de espacio The Morgan Kompany, una invitación a desconectar y conversar bajo sus lámparas negras, a disfrutar de compañía y comida. Porque la cocina no desentona. No.
leer másBernardina aparentaba ser más grande desde fuera. Muy limpio y bien decorado, presenta una barra no excesivamente larga y unas mesas bien dispuestas para disfrutar de copa de cava o vino con alguna de las apetitosas raciones.
leer másMuy bonito es el restaurante Tellagorri, sito en el cogollito del poteo de Algorta, cerca de los bares y también restoranes Piper’s, Ugartena y Boga, éste último muy influido por el Tellagorri. Ubicado en un antañón caserón de piedra, el Tellagorri ofrece molona y solicitada terracita (atestada en estío, sí), bar bien puesto, servido y provisto (vinos anunciados en una pizarrita, pinchos variados, raciones de anchoas y champiñones, un caldo que un día me resucitó de una resaca mortal, etc.) y comedor subiendo la escalera. Un comedor tan precioso como revelan sin trampa ni cartón las fotos de su cuidada web. Un comedor coqueto con vigas y techo de madera, piedras en la pared, bonitas ventanas, espacios pintados en rojo, agradable mantelería, buena disposición de las mesas, clientela educada que no habla alto y a menudo muy mayor, y ninguna música de fondo, lo cual contribuye a la serenidad general del ambiente. Algunos cocineros recomiendan encarecida y públicamente los pescados del Tellagorri (a menudo en piezas de kilo para dos raciones) y no pocos clientes avalan su chuletón. Los del Tellagorri en su web escriben que hacen cocina tradicional con toques actuales, pero no sé, yo diría que su éxito se halla en el producto, diversos exotismos en los platos y la cuidada elaboración, todo al servicio de un papeo clásico pero puesto al día. Hacía mucho que no íbamos a comer ahí. En Carnaval nos animamos a su menú del día: 14 lereles, IVA incluido, con vino riojano y propuesta culinaria de luengos bautismos en los platos pero hondos sabores. Era miércoles y el comedor se llenó y muchas mesas doblaron su utilidad. Las atendía un chico dicharachero, raudo y cómplice, de afabilidad descarada y echada p’alante, un tipo charlatán y suelto infectado por el síndrome Mario Vaquerizo y que a La Txurri le cayó muy bien. Ese miércoles había cuatro entrantes en el menú: ensalada con lascas de idiazábal, piquillos y vinagreta de nuez y más cosas que ni recuerdo ni apunté...
leer másCorro a la nevera y advierto frigorífico de estudiante y el congelador que hace eco. La moral también directamente al suelo. Así que busco en el teléfono… y marco… ring, ring. «Telemadre, buenas tardes. ¿En qué puedo ayudarle?»
leer másAunque es el mejor negocio restaurador de Laguardia, como se halla extramuros, al margen del cogollito turístico-hostelero-comercial, Amelibia a veces se llena y a veces está semivacío.
leer másEl comedor del Baste carece de ventanas y lo embarga una atmósfera rústica: techo de cestería entrecruzada, vigas de madera, grueso gotelé verde en las paredes, otra pared de piedra barnizada, cuadros costumbristas en relieve de chistularis y demás, colgadores de forja, suelo de terrazo añejo y de batalla…
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