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Donostia-San Sebastián
(+37 rating, 12 votes)Cargando... Hace ya tiempo que nos hemos convertido en habituales de este nuevo bar-restaurante de El Antiguo donostiarra. Pero, por hache o por be, no encontraba el momento para hacerle su merecido homenaje público, como salvavidas de nuestros hambrientos estómagos a 5 minutos de casa. Todo comenzó como lo hacen las historias de amor: de un vistazo rápido. Pasamos por delante de su llamativa puerta, cuando paseábamos, y la duda se cernió sobre nosotros: «este sitio… ¿no era antes diferente? Parece que ha cambiado… A ver, a ver la carta…» (qué peligro tiene eso). De ahí al boca a boca de la gente, que parecía más avispada que nosotros y ya lo había probado: «Pues está muy bien, muy agradable». Entonces llegó un día, no recuerdo muy bien cuál, pero era un domingo, a la hora de comer, que por un azar del destino decidimos adentrarnos a esa cueva con aspecto tropical de la que tan bien habíamos oído hablar. Empezamos por lo fácil, el aperitivo. Cañas bien echadas (milagro), camareras amables (milagro dos), y pintxos ricos (menos milagro, pero se agradece). Según pasaban los minutos, nuestra curiosidad iba en aumento y decidimos preguntar si había mesa para comer. ¡Bingo! Tuvimos suerte y allá que fuimos, con el cuchillo y tenedor en ristre, para hacer gala de nuestro curtido arte en cortar y masticar. La oferta gastronómica es perfecta para lo que suele ser esta bendita ciudad. Rica, sencilla y muy muy muy asequible. Me dejo un muy por el camino. Su carta es simple, se pueden tomar raciones, pintxos y platos, y combinar todos, para crear tu comida o cena particular. También hay una solución llamada «Pintxo pack» (8 euros), que incluye tres pintxos salados y uno de postre, que, si la combinas con alguna ración, te apaña la comida. La merluza (tanto el cogote como la merluza al horno) son un absoluto imprescindible, así como la ensalada de ventresca y el revuelto de hongos (en temporada). La tortilla de patatas...
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La tortilla del bar Néstor es estupenda, ciertamente. Poco cuajada en su interior, como mandan los cánones, y con un bonito dorado en su cobertura, cofre de huevo que envuelve y abriga ese jugoso corazón donde se funden patata, cebolla pochada y algo de pimiento verde.
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Botanika Kafe se trata de un espacio acogedor que cuenta con un solicitado mirador, que puede hacer las veces de reservado, y una cuidada terraza que es una gozada en verano.
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A Fuego Negro es un despacho de tapas de autor donde refulgen la imaginación, el ánimo provocador y la incuestionable creatividad de Edorta Lamo, un evadido de las Bellas Artes y del teatro que dice encontrar inspiración en recuerdos, viajes, productos, técnica y música.
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Una imagen de Eva Garcés da la bienvenida a quien acude a La Cuchara de San Telmo.
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Casi escondido, tiene su barra completamente despoblada. Ni un plato de gildas. La Cuchara de San Telmo es el nombre de ese templo, auténtica referencia en ese mundillo de la cocina en miniatura.
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(+17 rating, 4 votes)Cargando... Empiezo confesando que ayer llegué tarde a la Jam Session Londres – España, en la jornada inaugural de San Sebastián Gastronomika 2013. Un retraso más que justificado, por supuesto, pero tarde al fin y al cabo. Y eso implica que me perdiera la primera intervención y la mitad de la segunda. Con esto, no pretendo más que justificar que la opinión tan personal en la que se basa este post, puede que no sea compartida por muchos lectores. Entendible. No escuché a Iván Ortiz y Neftalí Cumplido (Restaurante Hispania), llegué a mitad de cocción de la receta de César García (R. Ibérica), y permanecí atenta a Alberto Criado (R .Cambio de Tercio) y al último ponente, José Pizarro (R. Pizarro). Todos ellos españoles afincados en la ciudad de la niebla, con sendos establecimientos londinenses. Adoro Londres. ¿Si me dan a elegir? Me quedo con José Pizarro. No es que piense siempre que los últimos serán los primeros y todo eso… Además, lamento que los retrasos acumulados en las anteriores intervenciones derivasen en una excesivamente rápida actuación del extremeño Pizarro. Muy rápida, demasiado. Pero ágil y emotiva. Me gustó. Empezó solicitando al público asistente permiso para emitir un vídeo. En inglés, se disculpó. En su propio inglés. Un repaso a sus orígenes con más de una referencia a “my mother and my grandma”, y a “my madre and my abuela”. Con imágenes de sus dos establecimientos, sus tapas, su alta cocina y una foto final junto a sus padres. Dedicado. Gran aplauso. Y tras las prisas impuestas por el propio moderador, se lanzó a la explicación de un tópico. Y un típico, “Fish & Chips”. Él explicaba, en modo showman, mientras cocinaban sus ayudantes. En los anteriores casos, los que vi, era el propio cocinero el que se ocupaba de la elaboración. Pero a mi me gustó escucharle. Más relajado que el resto, sin moverse de aquí para allá, de la cocina a la encimera, de la encimera al horno… Él más a la cámara. Creo que sabe venderse. Y comenzó con la elaboración del plato. ¿El fish? Bacalao, marinado dos horas con pimentón de...
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El menú del restaurante Urbano pasa el corte. Se come bien. Hay que darle la razón al cocinero Patxi Aizpuru cuando defiende la sencillez y la cocina con sentido común. Por su coherencia.
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En la Taberna Ekaitz, en lo más alto de Igeldo, justo en el edificio que igeldotarras y antiguotarras conocen como Casa Polipaso, la recomendación es prescindir de postre y entrantes, que no de alubias, sacramentos, pan, vino, agua y café.
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