Inicio >>
Resultados de busqueda para vitoria
(+20 rating, 4 votes)Cargando... En ocasiones, ni la estupenda compañía logra paliar la decepción de una comida. Es lo que sucedió un sábado de junio en el Virgen Blanca, restaurante asomado a un vértice de la plaza vitoriana de igual nombre, destacado enclave turístico de la capital alavesa. Pese a no tener gran queja de El Siete, de los mismos propietarios, y a haber leído más de una reseña laudatoria del lugar en blogs afines, el Virgen Blanca nunca me ha satisfecho plenamente. Cobra más por su menú, bastante variado, atractivo a priori, con algún atrevimiento y servido, normalmente, con buen gusto. Sí, es de los restaurantes que pintan los platos. Y el vino (en esta ocasión, Hnos. Frías del Val, rioja de maceración carbónica) acostumbra a ser lamentable. Más aún, tratándose de un menú de 19,90€, que es dinero. ¿Tanto cuesta, señores hosteleros, gastarse unos céntimos más en un vino a la altura de su clientela? Cobren si quieren un euro más el menú, pero no nos castiguen con ciertos brebajes. Plis. He aquí la cronología de la velada en cuestión, que debía empezar a las 15:30 horas, pues ese día sólo era posible reservar para comer a las 13:30 o a las 15:30. Mal rollo. Me gusta reservar a las 15:00… 15:27. Nos presentamos en el Virgen Blanca. 15:35. Nos invitan a salir a la intemperie y esperar allí. Con tanto trajín que se traen, dentro molestamos. Anda que… 15:40. Seguimos en la calle. Alguien ha hecho mal su trabajo. 15:46. Se nos ocurren fórmulas para paliar el descontento de los clientes en nuestra situación, que todo puede pasar. ¿Les apetece tomar algo, para aplacar sed y calor, mientras esperan…? Enseguida está lista su mesa; tomen un canapé, y disculpen la espera… En fin, nada de eso sucedió. 15:48. Acompañadme a vuestra mesa. Apretaros aquí. Sí, junto a la barra. 15:50. Toma. Repartíos los cubiertos. 15:55. La camarera nos canta el menú. Primeros: juego de espinacas, trigueros y piquillos con bacalao confitado y all-cremat; alubia pinta alavesa con...
leer más
Las bandejas no podían estar montadas con más mimo y los pintxos no podían tener mejor pinta en bar restaurante Saburdi.
leer más
Esto dice Iñigo de Zaldiaran: «Zaldiaran: «Es un restaurante elegante, moderno y con un servicio excepcional. Para mí es uno de los mejores de España. Siempre tiene productos de primerísima calidad. Además, elabora una cocina imaginativa sin excesos, rica e interesante».
leer más
Reparamos en el menú de Cervecería La Zuyana merced a la camarera morena que lo mostraba en el exterior del edificio, impertérrita y atractiva pese a la multitud de rayones y manchas que salpicaban su silueta.
leer más
Concluye Öscar Cubillo: «Sagartoki me parece caro, me contentaré con ir a su barra, y si encuentro un cupón de descuento me voy con un amigo a charlar y a pagar a medias».
leer más
Si paras por el barrio vitoriano de Lakua y te apetece tomar un vino, lo mejor es dejarse caer por Vinosfera. En cualquier barucho de alrededor, le van a cobrar lo mismo, o más, por cualquier vinillo mediocre y maltratado.
leer más
Uno se planta en el bar Getaria, escoge una de sus muy ricas tortillas de patata, la acompaña con un café solo, calienta gaznate, esófago y estómago con el caldito al que invita la casa y se reconcilia con el género humano.
leer más
El Ikea es uno de los restaurantes de postín de Vitoria, pero es muy cara su cocina innovadora, que presume de elaboración y sentido común en su web.
leer más
Bodegón Gaona, un lugar especial, de los que apenas quedan en las urbes. Allí el diseño no importa y la sencillez se impone en el trato al tiempo que convive con la calidad en los platos.
leer más
Fuimos a Los Guaranís no dejamos ni un charquito de salsa, ni un grano de arroz, ni un rastro de nata, ni una gota de agua ni, claro, ni una gota de vino.
leer más
Entré con paso decidido en Museo del Órgano y pronto comprobé que se trata de un comedor austero al que beneficiaría una reforma, al menos un lavado de cara.
leer más
Pizzería Da Vinci es enorme, blanco y abovedado, con pequeñas cavas, bustos que quieren recordar a la antigua civilización romana y dibujos tipo carboncillo del ilustrador local Mintxo Cemillán.
leer más
Comenta, que algo queda